HISTORIAS EN EL RING . Más historias de boxeadores azuleños que estuvieron con la guardia alta para para hacer realidad cualquier sueño

Por Juan José Zurro - Especial para EL TIEMPO

La década del '80 en el boxeo azuleño comenzó con la aparición de una persona que fue fundamental en aquellos años y lo es hasta el día de hoy. Se trató del joven Ricardo Lima.

Lima, azuleño nacido en el barrio del Hospital Pintos, más precisamente en la casa de la esquina de Alvear y Diab, tuvo su primer encuentro con el boxeo cuando pasó por el Club Boca, de la calle Belgrano. Allí estaba dirigiendo el boxeo amateur Octavio "Toto" Andrada, quien rápidamente forjó una amistad con Lima.

Los días fueron pasando, la preparación física y técnica de Lima fue evolucionando hasta presentarse a combatir, primero, en exhibiciones y, luego, como boxeador amateur.

La campaña de boxeador amateur fue de cinco peleas y se cortó por una lesión en la vista.

A partir de ese entonces, comenzó a trabajar con Andrada como colaborador en el gimnasio de Boca. También viajaba a Capital Federal con una carta de Andrada e iba al Luna Park a buscar guantes de descarte para luego ser utilizados en el gimnasio de la entidad boquense.

Rápidamente, Lima comenzó su andar en este deporte dentro de la ciudad. De los testimonios recogidos en varias entrevistas, contó su vasta experiencia, al principio como entrenador en el Club Velocidad y Resistencia, de la calle Maipú y Avenida Mitre. Allí estuvo acompañado por Miguel Ibarra.

En aquel lugar conoció a tres boxeadores que iban a tener un papel fundamental en el boxeo amateur azuleño: Darío Flamengo, "Pulga" Álvarez y Hugo Lucero. Allí también la parte física estaba a cargo del "Paisano" Andrade y el tandilense Jorge García.

En la década del '80, el boxeo se practicó en el Círculo de la Policía Federal, en la calle Moreno, en Boca, en Vélez, en Cemento Armado, en San Lorenzo y en River Azuleño. La impronta de Octavio Andrada se mudaba por todos los clubes de la ciudad. Y la de Lima, obviamente, quien fue aficionado primero y entrenador más tarde, luego técnico y mánager, para terminar siendo jurado.

Su actual etapa en el boxeo azuleño lo tiene como vocal en su primera participación y ahora como presidente de la Comisión Municipal de Boxeo.

De aquella década repleta de boxeadores y gimnasios en la ciudad se pueden llegar a contar más de sesenta boxeadores que subieron al ring. La lista es larga, y las historias son muchas. Estas notas tratan de contar la evolución del deporte en la ciudad con las actuaciones de sus figuras más destacadas.

Juan Carlos Álvarez es un reconocido boxeador azuleño amateur de la década del '80 y del '90.

Conociendo a la "Pulga" Álvarez

El trabajo de recopilación de datos y festivales tal vez no abarca a todos los boxeadores. Se puede decir que aquellos boxeadores que fueron figuras en la ciudad, la zona y el país quedaron grabados a fuego en la memoria de muchos azuleños, a los cuales se consultó al momento de averiguar quiénes fueron los que dejaron sus huellas. En ese sentido, una figura que brilló en el boxeo azuleño en los 80 fue Juan Carlos "Pulga" Álvarez.

Nacido en el barrio de San Francisco en 1962, tuvo su primer acercamiento al boxeo siendo un adolescente, a los 13 años. Luego de jugar al fútbol en Piazza y en Athletic, pasó por la vereda de Vélez y entró a ver cómo eran los entrenamientos de boxeo. Allí, dirigidos por Octavio Andrada, había figuras de renombre, como Carlos Pouyannes, los hermanos Cejas, el "Negro" Mansilla y un grupo de colaboradores que formaban un sólido equipo de trabajo. Eso deslumbró al "Pulga", quien en su infancia escuchaba por la radio, junto con su familia, las hazañas de Carlos Monzón y Miguel Castellini, gracias a las transmisiones de Horacio García Blanco y Osvaldo Caffarelli desde el Luna Park.

Desde los 13 hasta los 21 entrenó en boxeo. Lo hizo sin poder debutar como amateur, ya que no tenía autorización de sus padres. Sin embargo, jamás abandonó la práctica y estuvo en varios gimnasios de la ciudad hasta que llegó su debut a los 21 años, cuando ganó por nocaut en su primera pelea.

En el lapso previo a su debut, Álvarez hizo el servicio militar y, por ser categoría 62, estuvo como reserva para ir a la Guerra de Malvinas. Su destino fue Neuquén, donde estuvo durante el conflicto, a la espera de ser llamado. Días bravos que no disminuyeron su pasión por el boxeo.

Tiempo después pudo debutar y cosechó una importante carrera como aficionado hasta 1996, en la que hizo una gran cantidad de combates.

Una de sus mejores actuaciones fue cuando salió campeón amateur en Olavarría en un importante torneo zonal. Luego de esa destacada presentación, fue llamado a participar en muchos festivales. Sus mejores peleas fueron contra el "el Potro" Ríos, Darío Porta, Carlos Gon y, en especial, frente a Gustavo Fabián Saporitti y a Jorge Alves. Este último había sido campeón argentino amateur y participante para la clasificación de los Juegos Olímpicos de Seúl.

Su triunfo contra el correntino Mariño en Bolívar, en 1990, cosechó un sinfín de elogios, ya que fue un rival de mucho recorrido en el plano amateur, y Álvarez cuenta que se enteró el mismo día de la pelea que sería contra él, ya que hubo un cambio a último momento. En esa campaña enfrentó a su compañero de gimnasio Rubén Flamengo en dos oportunidades.

Retirado en 1996, Álvarez se dedicó a ser referí de boxeo y siguió acumulando experiencias y viajes, por lo que se convirtió en un referente de este noble deporte para la ciudad de Azul.

El recuerdo permanente de todos sus rivales y su agradecimiento a Octavio Andrada por los consejos hacen que el testimonio se mezcle con la emoción. Contó que forjó su carrera con mucha dedicación, pasión y mucho cuidado de la salud, sin dejar de lado las amistades y la familia.

Juan Carlos Álvarez, o simplemente "Pulga", es un reconocido boxeador azuleño amateur de la década del '80 y del '90.