El pasado 3 de enero falleció en su Mendoza natal el doctor Raúl Eduardo Baglini, quien presidió a todos sus desempeños - en especial el de parlamentario- con singular sabiduría, desde la que -con talento ilustración y honorabilidad- pensó, sirvió y empujó con mayúsculo virtuosismo a la política como actividad que se da en derredor del poder para mejorar la realidad.

Elevación, desde la cual -en lo que motiva esta reflexión- sabía, por su compromiso con el conocimiento, del significado para la región de la presencia y proyección de la Universidad Nacional del Centro, como así también el empaque que caracterizaba y caracteriza a las distintas disciplinas que constituían y siguen constituyendo sus ofertas educativas.

Igualmente estaba compenetrado del trabajo que requirió su asentamiento, como luego - en un contexto de excelencia - el de la creación de las nuevas unidades académicas que expandieron su quehacer.

Por lo que al tiempo que le fue requerida su contribución por la Asociación de Abogados de Azul que entonces me tocaba presidir, para el plan que se le presento', anticipó de inmediato su mejor predisposición.

Como es obvio, porque desde la misma se le fundamentó que concurría en nuestro medio y el de todo el departamento judicial, una jerarquizada forma de pensar el derecho, la justicia y el ejercicio de la profesión; cuanto era más que propicio como para formar aquí una casa de altos estudios en la disciplina, dependiente de la UNICEN.

Intervención que por lo demás, verificó que contaba con el respaldo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, el interés de la propia Universidad Nacional del Centro, contaba su dirección en cabeza de quien - sin su aporte no habría podido llevarse a cabo - el Doctor Eduardo Victor Lapenta , siempre con el Doctor Adolfo Alvarado Velloso y la colaboración del Doctor Fernando Ronchetti; todo lo que luego, a partir del compromiso y aportes de la Doctora Laura Giosa y el doctor Miguel Ciuro Caldani entre muchos otros, facilitó la consolidación definitiva del proyecto.

Paralelamente y como puntualmente lo recuerdo y compartí con el rescató siempre, el compromiso de la comunidad local toda, que -sin el alzamiento de una sola voz convalidó el incremento porcentual en una tasa municipal, que bajo la denominación de fondo educativo constituyó inicialmente la mayor fuente de financiamiento.

Bloque que lo llevó a propiciar -como presidente de la comisión de presupuesto de la Cámara de Diputados de la Nación- la incorporación de una partida adicional para la UNICEN, con destino específico para la unidad académica de Derecho en Azul; cuya obtención - como condición resolutoria - lo exigía para la Asociación de Abogados, el convenio suscripto por esta con nuestra Universidad.

La que sostuvo con una firmeza singular de la que puedo dar fe, al tiempo que informado por el Doctor Raúl Alfonsín de una dificultad extrema, concurrí de modo inmediato y por su consejo al despacho del Doctor Baglini.

Oportunidad en la que el mismo me hizo conocer el texto de una nota que, proveniente de una de las partes comprometidas, anunciaba - pocas horas antes de la sesión - su desinterés y desvinculación con el proyecto , lo que de prosperar demolía todo y por cierto tornaba innocuo incorporar la partida al presupuesto.

Ante lo que, más allá de la perturbación que pude constatar en el legislador, presencié una toma de decisión que nunca habré de olvidar, cual fue la que desde su convicción optó por juzgar como despreciable a la presentación , despedazar al ejemplar que la contenía y por ende hacer prevalecer la conquista de los recursos que permitieran avanzar con la propuesta académica de la Asociación de Abogados de Azul.

Cuanto inmediatamente defendió - secundado por Jose Gabriel Dumon y Alfredo Bravo - en el recinto y logró la aprobación, mediante esa maciza decisión que importo cumplir la cláusula resolutoria del convenio, y lo volvió irrevisable.

Lo que de no haber sido así hubiera sepultado - seguramente de modo definitivo - consagrar a nuestra Facultad de Derecho dentro del único continente que debía ser recipendiada: la Universidad Nacional del Centro.

Todo cuanto amerita un enorme reconocimiento al Doctor Raúl Eduardo Baglini por el beneficio recibido; homenaje este que por razones diversas no fue posible darle en vida, empero que inspirado en el pensamiento de uno de sus mentores - Lucio Séneca - y aunque tardíamente, de todos modos procura restituir su forja y deportar el olvido, al tiempo encierra una imperecedera gratitud hacia su persona.

Luis Armando Miralles; Presidente período 1995/2006; Asociación de Abogados de Azul