HACIA UN APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE . Naranjos amargos: un tesoro urbano de Azul

Por Ing. Agr. (Ms.Sc) Hernán Godoy (*)

La ciudad de Azul se enorgullece de su variada arboleda que adorna sus calles, caminos y espacios verdes. Entre estos árboles se destacan los majestuosos naranjos amargos, no sólo por su belleza, sino también por su valor alimenticio, forestal, económico y medicinal.

Los naranjos amargos, declarados Patrimonio Urbanístico por Ordenanza 3576/2014 del Concejo Deliberante de Azul, son guardianes de nuestras calles, y se encuentran protegidos de mutilaciones y extracciones. En su mayoría, estos árboles han visto pasar más de setenta años de la historia de nuestra ciudad, con algunos ejemplares más jóvenes fruto de reforestaciones apadrinadas en varias ocasiones por instituciones educativas.

Gracias a su porte y desarrollo, los naranjos amargos apenas requieren intervención humana. Con troncos limpios y alturas que oscilan entre 3,50 y 4 metros, estos árboles frutales se distribuyen estratégicamente a lo largo de las calles, a pleno sol y a distancias que permiten su óptimo crecimiento.

Además de su contribución al desarrollo sustentable, estos árboles frutales ofrecen una serie de beneficios para la comunidad, también conocidos como servicios ecosistémicos. Son los más conocidos la capacidad de purificar el aire, reducir la contaminación sonora, brindar sombra y refugio a la fauna urbana, contribuir a la regulación térmica y embellecer el entorno, promoviendo así una mejor calidad de vida para todos los habitantes de Azul.

A pesar de su inmensa belleza, se observa una triste realidad: los frutos de estos naranjos, aunque no son aptos para el consumo humano en forma directa sí pueden serlo de forma elaborada, pero no son aprovechados de manera organizada. La mayoría termina en las calles, ensuciando veredas y siendo recogidos junto con los residuos domiciliarios.

Desde el CAIVA (Calidad Alimentaria Inocuidad y Valor Agregado), perteneciente a la Facultad de Agronomía de Azul, y con la colaboración del Municipio, un grupo de docentes investigadores trabaja interdisciplinariamente para aprovechar de manera sustentable los recursos que nos ofrecen estos árboles. Se realizan extracciones de aceites esenciales, pectinas, elaboración de jaleas, producción de nuevos árboles y estudio de mercado, en un esfuerzo por darle un uso responsable a esta riqueza natural.

La versatilidad de los naranjos amargos no se limita a sus frutos. Sus flores, ramas, hojas y frutos son valiosos recursos para la industria de la perfumería, la gastronomía y más. Aunque no se realizan tratamientos fitosanitarios de manera regular, la resistencia de estos árboles en el entorno urbano es notable lo que los transforma en árboles de muy buen comportamiento en espacios reducidos como son los que encuentran en una vereda.

Es hora de redescubrir el potencial de los naranjos amargos en nuestra ciudad. Con su historia arraigada en nuestras calles y su riqueza en recursos, estos árboles son mucho más que meros adornos urbanos. Son un legado que merece ser valorado y aprovechado por toda la comunidad de Azul. (Continuará en una próxima edición).

(*) Profesor Adjunto Fruticultura. Facultad de Agronomía de Azul - CAIVA.