Desde la Cámara Penal fue confirmada la elevación a juicio de una causa relacionada con la usurpación de un inmueble ubicado en Villa Piazza Norte de esta ciudad, informaron voceros judiciales a EL TIEMPO.

El hecho, definido a escala penal como usurpación de inmueble agravada por la participación de un menor de edad, tiene como imputado a un joven al que fuentes allegadas a lo que había sido la tramitación de este sumario identificaron como Alan Miguel Ocanto, de ocupación "bicicletero" -según se menciona en esas actuaciones- y de 27 años de edad.

Hasta diciembre pasado el acusado de este caso de usurpación estaba preso en la Unidad 7, el penal del SPB con sede en Azul, luego de que meses antes resultara detenido por otro episodio delictivo: el robo a mano armada de una bicicleta en perjuicio de un adolescente.

Ese ilícito, de acuerdo con lo investigado, lo había cometido -contando con la complicidad de un menor de edad- el 13 de junio de 2021 en la vía pública, luego de que la víctima había sido atacada a golpes y Ocanto, armado con un cuchillo, le apoyara en el abdomen, para despojarla del rodado, un arma blanca que portaba.

El sumario penal relacionado con ese delito de usurpación de una casa que también le atribuyen al encausado había sido elevado a juicio el 31 de mayo pasado por Juan José Suárez, el titular del Juzgado de Garantías 3 con asiento en los tribunales de Azul.

Días atrás, lo resuelto por ese magistrado fue ratificado por parte de los jueces que integran la Cámara Penal departamental, al ser rechazado desde la Alzada departamental -al igual que sucediera en un principio- un pedido de sobreseimiento para el imputado, el cual en ambas instancias formulara la defensora Oficial Laura Serradell.

Al desestimar ese recurso, los camaristas Agustín Echevarría, Damián Cini y Carlos Pagliere (h) ratificaron la decisión de que este sumario penal -que en su momento instruyera desde la UFI 13 el fiscal Adrián Peiretti- siga camino a la próxima etapa, es decir, al juicio. Un proceso que, por las características del hecho investigado y la calificación otorgada al mismo, tendrá que desarrollarse en uno de los juzgados correccionales con asiento en el Palacio de Justicia de Azul.

Una casa ubicada en la calle Malére

Con relación al ilícito que le atribuyen a Alan Miguel Ocanto, por el que se confirmó el pasado viernes desde la Alzada departamental que vaya a juicio, en lo que fuera la instrucción de esta causa penal se menciona que el mismo se produjo el 11 de julio de 2020.

Aquel día, "dos personas de sexo masculino mayores de edad, Carlos Raúl Gómez y Alan Miguel Ocanto, junto a un menor de edad, mediante violencia forzaron la puerta de ingreso al domicilio sito en calle Malére N° 1256, cambiando la cerradura de la misma y despojando así de la posesión a su propietario".

Según lo demostrado, el legítimo dueño de ese inmueble -situado sobre la ya referida calle Malére entre Comercio e Industria de Villa Piazza Norte de esta ciudad- es un hombre que padece un alto grado de discapacidad y actualmente tiene 48 años de edad.

Una familiar del propietario de esa vivienda presuntamente usurpada se había convertido en la denunciante de este hecho, en su rol de "curadora" del damnificado por lo ocurrido.

Además, días antes a que formulara la denuncia convertida en materia de esa causa penal que la semana pasada se confirmó que se convertirá en un futuro debate, la mujer había señalado que del interior del inmueble supuestamente usurpado habían faltado una heladera y un equipo de música.

En el marco de la investigación iniciada por las sustracciones de ambos elementos, posteriormente personal policial había recuperado la heladera, la cual fue hallada en un negocio situado en Comercio y Corrientes, cuya propietaria afirmó en aquel entonces habérsela comprado -"de buena fe" y a "tres mil pesos"- a uno de los jóvenes que después sería denunciado por la usurpación del inmueble.

En cuanto al equipo de música que faltaba, la vecina que denunciara la usurpación de la vivienda afirmó que también posteriormente pudo recuperarlo.

No bien advirtiera esa maniobra de usurpación en el inmueble, la mujer refirió que los acusados de cometer ese ilícito habían cambiado las cerraduras, advirtiendo que uno de los ocupantes ilegales de la propiedad era Ocanto, el encausado. Y sostenía también, en esa presentación que formulara, que tanto ese joven como las demás personas que estaban en la vivienda de manera ilegal, a los cuales ella denunciara, la increparon en varias ocasiones, llegándole a decir que si quería recuperar el inmueble trajera "los papeles" y que iban a prenderlo fuego -según le expresaron textualmente- "con vos adentro".

Valorando los testimonios incorporados a lo que fuera la instrucción de esta causa, cuando el juez de Garantías Juan José Suárez resolvió elevarla a juicio meses atrás concluyó que a Ocanto y los demás involucrados en este caso de usurpación los habían visto "cambiando la cerradura de la vivienda". Y teniendo en cuenta la versión de la mujer que denunciara este hecho -que sostenía que los investigados ingresaron al inmueble con intenciones de ocuparlo de manera ilegal- ese magistrado ordenó convertir en materia de un futuro debate a esta Investigación Penal Preparatoria. La decisión que ahora quedó confirmada desde la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal departamental.

"Entiendo que los elementos probatorios reseñados resultan suficientes para alcanzar el grado de probabilidad positiva requerida en esta etapa del proceso. Tanto de la existencia del hecho como de la intervención del encausado en el mismo, lo que amerita la elevación de esta causa a juicio", había referido con relación a Alan Miguel Ocanto el magistrado a cargo de Garantías 3 en lo resuelto en mayo pasado en aquella primera instancia.

El dato

Tras aquella denuncia por usurpación que diera lugar a estas actuaciones penales, los presuntos autores de ese ilícito se habían retirado del inmueble. Al ingresar nuevamente a la vivienda la mujer que reclamaba para que se la devolvieran, constató roturas en diferentes aberturas y volvió a cambiar las cerraduras. Y dejó la casa al cuidado de conocidos suyos, para evitar que nuevamente esa propiedad fuera ocupada de manera ilegal.