La Asociación de Árbitros Azuleños viene realizando un trabajo arduo y solidario desde la pandemia, ayudando a numerosas familias de la ciudad. Este compromiso se vio impulsado por el Padre José Luis Depascuale "Keli", quien les cedió un espacio -la Parroquia de Lourdes- para que pudieran cocinar y distribuir viandas diarias a las familias necesitadas.

Sin embargo, actualmente la agrupación enfrenta serias dificultades debido a la falta de insumos para preparar las comidas. Por esta razón, solicitan la ayuda de la comunidad para poder continuar con esta importante labor.

Para aquellos que puedan colaborar, cualquier donación de alimentos será de gran ayuda. La solidaridad de la comunidad es fundamental para seguir brindando este servicio a quienes más lo necesitan.

En este marco EL TIEMPO dialogó con Germán Castro y Raúl Piazza quienes brindaron presiones al respecto.

"Entendemos que la colaboración de la gente no fue la misma durante la pandemia que después"

En primer término, Castro explicó que "comenzamos esta tarea el 26 de abril del 2020 en pleno pico de pandemia, los árbitros no teníamos actividad laboral y en ese momento queríamos hacer algo y no teníamos el espacio físico, así que decidimos hablar en su momento con el padre Keli. Él nos cedió el espacio físico y nosotros comenzamos a realizar la tarea solidaria sólos. En ese momento era la AAA, después hicimos el contacto con la Municipalidad que nos sigue proveyendo de insumos y al mismo tiempo colaboraba con un vehículo para que pudiéramos hacer el reparto a domicilio".

Con relación a la dinámica, Castro especificó que "cocinábamos lunes, miércoles y viernes en Lourdes desde las 16 horas hasta las 22:00. Después repartíamos los miércoles y los viernes. Posteriormente la dinámica cambió porque la Municipalidad nos retiró el vehículo que nos proporcionaba, entonces nosotros no pudimos llegar más a los domicilios. Así que ahora la gente tiene que ir, exceptuando los jubilados que están en frente del hospital, que Raúl es el que se encarga. Es decir, a ellos únicos les llevamos a domicilio. El resto de los asistidos van a Lourdes, de lunes a lunes".

Por su parte, Piazza contó su versión de cómo comenzaron.

"Iniciamos a pulmón con los pocos recursos económicos que teníamos, después hicimos el nexo con el Municipio que, como dijo mi compañero nos provee de insumos, ya sea fideos, arroz, lo que puede".

Castro retomó la charla "entendemos que la colaboración de la gente no fue la misma durante la pandemia que después. Por eso, lo importante es que todo esto se hizo en base a donaciones de la comunidad. Primero nosotros poniendo dinero de nuestro bolsillo para que la gente empezara a colaborar, que por suerte lo hizo. Además, después se sumó la Municipalidad. Pero la realidad actual es que está medio 'flaco' el tema de que la gente colabore, lo cual nos obliga a pedir para que esta causa no quede olvidada".

"Necesitamos más ayuda"

De la misma manera Piazza siguió "si no fuese por el Municipio y algunos colaboradores anónimos, hoy como hoy la situación no sería la misma pero necesitamos más ayuda. Resulta que siempre para esta época invernal se va a incrementando la demanda en cuanto a leña y comida. Hemos ido a campos de personas y les llevamos leña, llevamos cuatro años de trabajo ininterrumpido".

"La pandemia fue como un detonante, pero la necesidad existió, existe y seguirá existiendo", dijo Castro.

"Es decir lo empezamos como una experiencia pero hoy es una obligación porque si no cocinamos hay cuarenta y pico de asistidos que se quedan sin la comida en su mesa".

Aclaró que "cocinamos tres veces por semana, pero la entrega es de lunes a lunes, los 365 días del año".

Sobre qué barrios son los inscriptos para estas donaciones, coincidieron en que El sol, Lourdes, Villa Suiza y Tiro Federal, entre otros.

Sobre la realidad de carencias que observan cuando distribuyen, Piazza que mayoritariamente se encarga de ello, opinó que "es terrible, nosotros llevamos a gente que realmente lo necesita, son cuatro o cinco integrantes por familia. Hay gente que realmente la está pasando mal, es cruda la realidad".

Para terminar resaltó que "necesitamos alimentos no perecederos, la carne la tenemos asegurada por el Municipio, las panaderías colaboran la mayoría".

"La comunidad es muy solidaria, lo que pasa que no alcanza. Es difícil sostenerlo, tenemos el recurso económico y el recurso humano, que es el fundamental".

Volviendo a la realidad de Azul, Castro comentó que "ir a los barrios vulnerables es terrible, los primeros meses fueron terribles, era llegar a mi casa y ponerme a llorar". Informó que "la gente no tiene agua, ni luz. Además lo que se ve es que la gente quiere y necesita hablar, pedían una garrafa, pedían leña o una chapa y muchísimas cosas más".

"Hemos conseguido leña, chapa, madera, piso, muchísimo y a veces ponemos el oído y escuchábamos sus problemática que no solamente necesidades materiales, sino también necesidades espirituales".

Enfatizaron en que "muchas de estas familias son mujeres separadas o solteras que quedaron embarazadas y están viviendo con sus mamás. Nosotros no negamos asistencia social a nadie, pero también vamos a hacer un registro y relevamiento. Hoy para los asistidos que tenemos nos alcanza, incluso alguno consigue una changa y desparece un mes y durante esos 30 días no va a buscar la vianda, son gente honesta".

EL DATO

Los árbitros agradecen a Néstor Saenz Petrello, "es nuestra mano derecha hoy, a la Municipalidad de Azul, Empleados de Comercio, Estudio Luis Conti, Marcelo Cammarata, Gustavo Montero, Mariela Brrera y Carlos Ganderat y las panaderías, Las Delicias, Los Ángeles, Las Dos Avenidas, Panaderia del Azul, Pan y Cocholate, La Imperial, Abuela Pepa, Panadería San Martín, que si no fuera por ellos nos seria imposible".