Por Laura Méndez de

la Redacción de EL TIEMPO

Este año está complicado irse de vacaciones ya que hubo gente que no pudo trabajar durante el 2020 por la pandemia, otros temen al contagio, entre un centenar de cuestiones que impiden que las familias disfruten de las playas, en este caso.

Pero hay gente que sí se animó a recorrer la costa argentina o que fue a trabajar. Por eso es que para saber cómo son los protocolos sanitarios vigentes y si se cumplen, cómo están los costos de alojamiento, comida y demás, EL TIEMPO consultó a los turistas azuleños para saber qué opinan.

En líneas generales coinciden en que hay mucha menos gente que años anteriores, aunque también hay poco lugar para alojarse, que los costos aumentaron un 100 por ciento o más con relación al año pasado, es decir la pandemia afectó temerosamente la economía de todos lo cual no es una novedad; pero quizás para irse de vacaciones se necesita más del doble de dinero que en el verano del 2020.

Los azuleños: una vecina que está en Mar del Plata, Juan Íbalo que está en Pehuencó, Mauricio y Cecilia quienes también estuvieron en `La feliz` cuatro días durante las fiestas y Liliana que también está en la costa, junto a su familia, brindaron sus testimonios.

Los protocolos

En principio la vecina que está en Mar del Plata, contó que "nosotros viajamos un día antes de Navidad, con un permiso otorgado por la Municipalidad de Mar del Plata. En ese momento había un control de Gendarmería en Balcarce, nos pidieron documentación. Hubo otro control más adelante pero no nos detuvo".

De la misma manera especificó que "los contagios según los medios son muy altos. Hay disponibilidad de camas de terapia intensiva en los centros de salud. Los negocios y restaurantes cumplen el protocolo".

Por su parte, Juan contó que "nosotros somos tres azuleños, estamos con Claudia Caldarella y Osvaldo Villanueva. Llegamos el 30 de diciembre. Cuatro días antes tuvimos que sacar los permisos, cuando llegamos también hubo controles y tuvimos que mostrar todas nuestras pertenencias y llevamos todo lo que sea higiene. Par ello hay inspectores que están controlando que esté todo en regla".

"La Feliz" con mucha menos gente que años anteriores.

Con respecto al distanciamiento social, puntualizó que "tenemos nuestros puestos pero estamos bien distanciados de la gente y no pueden tocar los productos que vendemos, exceptuando que se los lleven. Después limpiamos con alcohol nuevamente".

Mauricio contó que "por la experiencia de haber vivido tantos años en Mar del Plata y que siempre el 'fuerte` es después de Reyes, por lo general para las Fiestas era un poco tranquilo, aunque sumado a la pandemia ha hecho que yo notara muy poca gente. Por ejemplo: cerca de la playa había lugar para estacionar, también había espacio en las playas y en los paseos. Estuvimos recorriendo el puerto y no había nadie. Lo cual marca un precedente que la gente no llegó en su totalidad".

Liliana especificó que "nosotros, junto a mi familia, llegamos el lunes 4 de enero con todos los permisos y no nos solicitaron nada. Lo mismo pasó el 8 de diciembre que trajimos dos permisos: de propietarios no residentes y el de turista y tampoco hubo controles".

"Así que entra cualquiera, pensamos que era porque veníamos por determinada ruta, pero ayer llegó mi hija que venía de LP por autopista y ocurrió lo mismo: no le pidieron nada. Tampoco se toma la fiebre cuando se ingresa a la ciudad".

En cuanto a la playa, precisó que "no puedo opinar porque los días estuvieron feos así que cuando llegamos todo el mundo se fue a la Peatonal, así que es mucha aglomeración de turistas en el centro".

Reconoció que "en los comercios se nota mucho el cumplimiento de los protocolos, en farmacias, en restaurantes no te llevan la carta sino que uno pasa el celular con el código QR, las mesas están separadas, desinfectan todo, atienden con guantes, con barbijos, toda la gente usa barbijo aunque lo utilizan mal: debajo de la nariz".

También mencionó que ella es muy creyente y va todos los días a Catedral cuando hay misa continuamente, según expresó. Lo cual le parece una muy buena idea porque la gente necesita de la fe en estos tiempos.

Los precios

La vecina azuleña en Mar del Plata se refirió a los precios remarcando que "los costos de los Balnearios en Pta. Mogotes varían entre $3000 a 4000, por día, la carpa para 6 personas y el estacionamiento descubierto $400. Con duchas al aire libre, las carpas se utilizan una por medio. Funcionan los vestuarios, a los baños ingreso con barbijo, con mucha higiene, no se utilizan las duchas interiores, restaurante al aire libre. Se higieniza cada 50 minutos alrededor de la pileta y se ve una gran cantidad de chicos en la pileta".

Agregó que "las carpas y sombrillas de balnearios céntricos están casi vacíos. Hubo protestas por el poco espacio que se le dejó a la gente. Realmente queda poco lugar y cuando hay muchas personas no se respeta el distanciamiento social.

En Torreón del Monje los costos están entre 4000 a $4500 las carpas.

También informó que "cuestionan el panorama sanitario de algunos balnearios. A la noche mucha se puede observar mucha gente en la costa, sobre todo jóvenes. Muchos recibieron año nuevo allí, música y fuegos artificiales muy inferior respecto al año pasado. Hubo muchas multas por fiestas clandestinas. Existe preocupación por la cantidad de reuniones de jóvenes donde no existe ningún protocolo".

Añadió sobre los precios que "aumentó el 100 % en relación al año pasado en indumentaria, alimentos, libros, entre otros".

Con relación a la economía Juan observó que "años anteriores la gente se quedaba 15 días, ahora son 3. Pero más de 5 días la gente no se queda, se nota mucho eso, el recambio. Y mis ventas vienen flojas. Antes éramos 60 artesanos, ahora somos 20".

Con respecto a la economía Mauricio y Cecilia manifestaron que "se esperaba para toda la temporada un 20 por ciento que es bajísimo. La gente estaba asustada y se estaba evaluando decretar un toque de queda, pero a partir del 15 de enero. Nosotros no hemos salidos mucho, pero para salir a comer era accesible como en Azul. Mauricio relató que "tengo un sobrino trabajando en hotelería y de hecho no ha vuelto a trabajar".

Acerca de los precios, Liliana puntualizó que "es todo muy caro, una lágrima con dos medialunas cuesta 150 pesos. En los locales donde venden ropa, hay vestidos por 6.000 pesos. En hospedaje hay hoteles 3 estrellas la 'promoción' es de alojamiento habitación doble + desayuno+ cochera + un masaje descontracturante y una cena para dos personas cuesta: 4 días 26.930 y 5 días 32.4000, pesos. Terribles los valores".

De la misma forma dijo que "los hoteles están casi vacíos porque los precios son inaccesibles".

"Los teatros y los cines están cerrados, debe haber dos espacios culturales abiertos y por lo menos hay locales que están trabajando, los comerciantes se oponen al toque de queda porque de esta amera están trabajando, es decir si nos cuidamos entre todos, ellos van a poder trabajar".

Los balnearios

La vecina en Fardel informó que "en las playas a las que fui se ingresa con barbijo, a veces hay control en la entrada, en la playa nadie lo usa. Llevan perros, a pesar de que una reglamentación municipal los prohíbe en la playa y son portadores del virus".

De la misma manera añadió que "el turismo disminuyó. A pesar de eso no hay lugar para estacionar, en los espacios céntricos".

Juan especificó que "en el camping antes estábamos todos juntos y ahora hay parcelas, no tenemos contacto con la otra gente. Lo mismo que las parrillas, las podemos usar parrilla por medio".

Playa "Afonsina" como se puede apreciar hay distanciamiento social. Carpas y sombrillas cerca del agua.

En cuanto a la gente, contó que "se la ve tranquila, estos son lugares donde no hay tanto turismo, vienen a descansar no es como Mar del Plata, no hay juventud acá".

Cecilia y Mauricio sostuvieron que "en las playas se cuidaban mucho los protocolos porque había personal de la salud constantemente controlando o vienen algunos paseos otorgaban barbijos por si alguien se los olvidaba. En la Peatonal había gente que sí utilizaba el barbijo y había otros que notamos en la rambla, que la gente no respetaba nada, no había distanciamiento social, estaba la gente bailando como si nada pasara y es esa misma la preocupación que tiene el Gobierno de Mar del Plata por la cantidad de casos activos que hay. Mientras estuvimos cuatro días durante las Fiestas notamos el incremento de casos y esta preocupación".

Cecilia aportó que "de hecho, se registró un record en Mar del Plata y es por la gente que no respeta. Y hay que darles puntos a favor para la gente que está trabajando para controlar el COVID-19. Pero había gente que no respetaba nada".

Mauricio retomó la charla "los controles estaban pero es la falta de concientización de la gente porque había gente controlando. Noté a Mar del Plata triste, es un combo de todo, la economía, la pandemia y fue antes de Reyes que quizás comiencen a ir ahora".

Coincido con una de las entrevistadas: "A pesar de la sombra del virus la gente trata de disfrutar del mar, el sol, el paisaje, la familia, los amigos y vivir cada día".