Mientras se escriben estas líneas, poniendo nuestra voz en un día tan importante como es el de los trabajadores y las trabajadoras, en el que siempre hemos estado presentes con nuestra firme convicción de que el motor de un pueblo es el trabajo, junto con la educación y la salud - derechos conquistados hace mucho tiempo por el movimiento obrero -, se están poniendo en jaque en el Congreso Nacional en el debate de la Ley Ómnibus.

Cuando un gobierno elegido por el pueblo, toma decisiones en contra de su propia Patria sólo queda defender cada una de esas conquistas. Así lo hizo un mar de personas el 23 de abril en cada punto de nuestro país, en defensa de la educación pública - única garante de oportunidades - y de la universidad pública (y de calidad reconocida en el mundo).

Los privilegios siguen siendo para los mismos, y encima pretenden darle súper facultades a un Presidente que quiere implementar una reforma laboral (quitando derechos a los trabajadores), favorecer el blanqueo de capitales (recetas que ya puso Macri al servicio de quienes en verdad son la "casta"), castigar a los y las jubiladas y subir la edad jubilatoria a las mujeres, por nombrar algunas de las políticas que se quieren llevar adelante.

Días de conmemoración como el 1° de Mayo son para reflexionar, pero también para reconocer la importancia de la masa trabajadora, destinataria final de las reivindicaciones sociales, políticas y económicas llevadas a cabo por el General Perón y su inseparable compañera Evita.

En una gestión de un Gobierno Nacional negacionista de esas conquistas, recordamos las palabras de Perón al Congreso Nacional el 1 de Mayo de 1974: "La doctrina fue adoptada primero por los trabajadores. Yo los elegí para dejar en ellos la semilla. ¡Ellos fueron mis hombres!"

Un fuerte abrazo a todos los trabajadores y trabajadoras en su día!