Desde la cárcel de mujeres de Azul realizaron juegos didácticos, muñecas y árbol navideño para un merendero.

Mujeres privadas de libertad de una cárcel bonaerense de Azul elaboraron juegos didácticos, muñecas y un árbol navideño para el Comedor y Merendero "Manos Unidas" de esa localidad en un emprendimiento solidario.

La experiencia se desarrolló en la Unidad 52 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y contó con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Juan Martín Mena.

La entrega consistió en la producción de cuarenta unidades de juegos didácticos tipo Tateti, yenga y juego de la memoria, realizados con madera de MDF y con madera recicladas de palet, muñecas tipo peponas y un árbol navideño, todo realizado en el "Taller de Carpintería y costura" que funciona en la cárcel.

Los materiales para la producción fueron entregados por la institución solicitante.

La entrega se realizó en las instalaciones del comedor "Manos Unidas" y lo recibió Belén Otero, una de las integrantes de la entidad. La producción fue llevada por la directora de Unidad 52, Amalia Vidal, la jefa de la sección talleres, Yanina Selaya, la subjefa de tratamiento, Sambrano y personal auxiliar de la sección talleres, Javier Arce.

"La producción que hicimos fue muy especial para nosotras"

Vidal se mostró muy comprometida con la tarea realizada por las privadas de libertad: "como directora de Unidad estoy convencida que es muy importante trabajar de manera mancomunada con la sociedad. Nos fortalece a nosotros como equipo de trabajo y al grupo de privadas de libertad que aparte de capitalizar el tiempo de encierro y este tipo de trabajos las dignifican y desarrollan un gran potencial para su reinserción".

Lorena una de las internas que participó de la producción de los juguetes afirmó que "la producción que hicimos fue muy especial para nosotras porque pudimos hacer juguetes para chicos que los necesitan, se están acercando las fiestas y se nos remueven muchas cosas porque queremos estar con la familia, entonces ayudando a otras personas nos hace bien, nos sentimos útiles y nos acerca a nuestros afectos".

Lo novedoso de esta actividad solidaria realizada en la Unidad 52 es que parte de los materiales y juguetes fueron donados por la hija de una de las jóvenes privadas de libertad, que las entregó en una de las visitas a su mamá, Brisa. Una vez que dejó los juguetes, acrílicos y pinceles, entregó una carta para los niños del comedor.

"Hola soy Aymara, tengo 8 años, algunos de estos juguetes eran míos cuando yo era chiquita, y ahora van a ser de ustedes. Espero que les gusten y sean felices, así como fui yo", escribió la niña. Uno de los impulsores de este programa de voluntariado social es Claudio Degregorio, jefe de departamento regional del Complejo Penitenciario Zona Norte, que realiza la labor de vincular estas instituciones y alentar el trabajo de las privadas de libertad.