Medios de pago respaldados por el estado

Actualmente el papel moneda todavía es el método de pago y ahorro más habitual entre el común de los ciudadanos (aquel que no invierte en criptomonedas, acciones, ETFs...), y hoy en día el respaldo de ese papel viene dado por la solvencia del estado que lo acuñe, ya que el patrón oro fue abandonado durante el siglo XX. En Argentina el organismo encargado de la política financiera y el suministro de líquido es el Banco Central de la República Argentina, y su fin último es promover la estabilidad mediante la regulación, aunque en el caso del peso argentino su valor se ha devaluado como pocas monedas del mundo, tanto que uno de los economistas que asesoraron a Ecuador durante su proceso de dolarización (Steve Hanke) no duda en recomendar lo mismo para Argentina, que se deshaga de una moneda que actúa como una piedra de molino atada al cuello de la economía argentina y adopte el dólar como divisa.

¿Por qué el dinero estatal pierde valor? La principal razón que explica porque las divisas nacionales tienden, en su mayor parte, a perder valor con el tiempo es la facilidad con la que los encargados de conservar su pureza la degradan aumentando su masa total, con lo que los precios aumentan y los ahorros desaparecen, haciendo que ahorrar sea imposible en algunas monedas (el peso argentino vale ahora mucho menos de la décima parte de lo que valía en el 2010, en cambio el valor de bitcoin es cientos de miles sino millones de veces más valioso), ¿Quiere esto decir que el dinero fiat está condenado? No necesariamente.

El binomio fiat-criptomonedas

Las criptomonedas y el fiat coinciden en lo que se puede llamar Forex de criptomonedas, en el cual se expresa el valor de una criptomoneda en divisas nacionales (la forma más habitual es encontrar la criptomoneda en cuestión expresada en dólares), que además sirve como instrumento para inversiones como el trading con contratos por diferencia (en el caso de utilizar criptomonedas puede que el bróker limite mucho el nivel de apalancamiento, ya que este implica riesgos altos y las criptomonedas son especialmente volátiles) y es un lugar común para muchos analistas que creen que una forma de dinero no se impondrá a la otra, es decir, es probable que en el futuro se pague, ahorre e invierta indistintamente en criptomonedas y en fiat, en un ecosistema en el que además convivirán criptomonedas descentralizadas, estatales y criptomonedas de empresas privadas, otorgando una mayor libertad a los usuarios-ciudadanos, pero obligándolos así mismo a responsabilizarse y delegar menos en unos estados cada vez más paternalistas.

Un mercado de un billón y medio de dólares

Y es que la salud del mercado de las criptomonedas parece más fuerte que nunca (aunque no se debe olvidar que tiene la capacidad de descapitalizarse de forma rápida y brusca) tanto que la capitalización total de todas las criptomonedas es mayor que el PIB de Brasil durante el año 2020, siendo bitcoin la criptomoneda más valiosa del mundo (tanto que ya vale más de 60 000 dólares nada menos), seguida muy de lejos por otras criptomonedas, aunque no por ello menos atractivas para muchos inversores.

Si se necesita otra muestra de la fuerte penetración de las criptomonedas en nuestro sistema financiero mundial es la atención cada vez mayor que se les presta en medios no especializados en criptomonedas, lo que refleja que los lectores demandan cada vez más información sobre este activo digital, y eso sólo puede responder a que de una forma u otra están interactuando con ellas.