Desde que se viene desarrollando la XVI edición del Festival Cervantino, en Azul pasa de todo: desde actividades muy atractivas, educativas, recreativas, hasta una falta de organización de la mano de una mala comunicación de la Municipalidad, es decir funcionarios, empleados que se ve reflejado hacia la comunidad.

Ocurre que, a mi parecer, "los trapos sucios se lavan en casa", como dice la frase. Es decir, no es aceptable pero siempre y cuando todo ocurra en Azul... "pasa" porque, justamente, hay cuestiones que los azuleños podemos criticar, cuestionar, opinar, pero todo para mejorar en una próxima oportunidad.

Lo que sí no podemos permitir es que cuando viene gente de afuera, se la destrate.

Cuando hablo de destrato, quizás esté exagerando; pero cada uno sacará sus propias conclusiones cuando llegue al fin de este relato.

Una docente de Pinamar con 30 alumnos de tres escuelas organizó rifas y vendan tortas y café hace casi dos meses para poder viajar 300 km. y como no llegaron a juntar los 220.000 pesos de los gastos de traslado (micro), la misma docente puso 50.000 para poder participar de este Festival Cervantino, más todas las expectativas.

La idea era presentar una muestra en que se estuvo trabajando arduamente, además.

La docente Daniela Rumbola llegó el viernes para exponer un trabajo el mismo día- audiovisual- titulado "El fotolibro del Quijote" y que no es casual que figure en el programa cervantino porque se viene trabajando con mucha anticipación.

El trabajo justamente habla de los valores del Quijote, de ser compasivo, del respeto, de ser humilde. Pero por todo lo contrario, el día antes, jueves por la noche Daniela recibe un llamado de la organización del festival comunicándole que no venga a Azul ya que se había omitido que era el Día del empleado municipal y que no se iban a poder abrir el Complejo San Martín para exponer.

Daniela se encontró en una situación confusa porque ya tenían todo organizado para viajar y los alumnos entusiasmados.

Daniela decidió venir igual, les avisaron que podían exponer en el Parque Municipal pero no cuentan con la tecnología que eso requiere. Así que contaron su experiencia en el Parque Municipal y se fueron al Balneario en un dia con 30 grados a la sombra. Como lo encontraron seco, se fueron a la Costanera a refrescarse y, de paso, apaciguar la temperatura, no tanto ante el clima, sino a las circunstancias.

Por lo menos conocieron Casa Ronco y la colección del Quijote de la Mancha. El resto, les quedará como "anécdota".