Por Laura Méndez de la

Redacción de EL TIEMPO

Valeria Meiller es una escritora, académica y artista azuleña que vive en Nueva York. Valeria se especializa en cuestiones medioambientales en Latinoamérica y es reconocida internacionalmente por su experiencia concibiendo proyectos e ideas dinámicas y originales para bienales de arte y diseño, exhibiciones, conferencias y publicaciones. Su investigación y su escritura analizan temas ecológicos urgentes desde la perspectiva de la filosofía del medio ambiente. Valeria es autora de cuatro libros de poesía, El libro de los caballitos de próxima aparición por Caleta Olivia, El mes raro (2014), que ha sido recientemente traducido al inglés, Tilos (2010) y El Recreo (2010). Entre 2012 y 2017, Valeria fue editora del proyecto independiente Dakota Editora, un proyecto que cofundó para crear un diálogo entre autores contemporáneos de las Américas. Es también traductora de varios libros y artículos del inglés al español, y viceversa. Desde 2009 hasta 2015, Valeria fue colaboradora frecuente de la revista Ñ del diario Clarín. Su trabajo ha sido publicado en numerosas revistas, diarios y antologías argentinas e internacionales tales como Chicago Review, Tabula Rasa, ISLE, Rolling Stone, Página 12, UNAM, Contrappasso, Mansalva, AEP, El niño Stanton, El interpretador, No Retornable, PUL, Iberoamericana, Logoi, Revista de Estudios Críticos Animales, La Agenda y Eterna Cadencia. Valeria ha sido invitada a participar en simposios, conferencias y eventos internacionales sobre el medio ambiente en Latinoamérica. Actualmente es candidata doctoral en la Universidad de Georgetown, con un master en Estudios Latinoamericanos de Georgetown y una licenciatura en Letras de la Universidad de Buenos Aires.

"Las becas han sido el modo en que he logrado avanzar mis proyectos"

-¿A qué edad te fuiste de Azul y qué sueños te llevaste en la valija?

-Me fui de Azul a los 17 años a estudiar Letras en la Universidad de Buenos Aires. Lo que me llevé fue el deseo de formar parte de una comunidad intelectual donde se celebrara el deseo de aprender y pensar cosas nuevas.

-¿Hablas inglés desde chica?

-Crecí en un ambiente bilingüe con una relación muy cercana a la literatura y a la traducción.

-¿Cómo llegas a Estados Unidos?

-Llegué a Estados Unidos a través de una serie de becas y oportunidades de desarrollar mi carrera literaria e intelectual.

-Sos escritora, ¿cómo es que elegís este lado de las letras, la profesión?

-La escritura siempre fue una gran parte de mi identidad, no sé si la "elegí" y tampoco estoy segura de considerarla una "profesión" por el simple hecho de que no vivo de mi escritura literaria sino de otros aspectos de mi práctica. Pero si siento que la escritura fue siempre mi forma de aproximación al mundo.

-Contame sobre los libros, ¿de qué se tratan?

-En mi sitio web www.valeriameiller.com están mis libros con reseñas que han hecho periodistas e intelectuales que son mucho mejores lectores de mi obra que yo misma, así que los invito a visitar ese espacio.

-¿Qué haces en Estados Unidos?

-Estoy terminando mi tesis doctoral "Argentina, una nación en carne viva (1939-2001)" donde analizo el espacio del matadero argentino como un tropo constitutivo a partir del cual la literatura, las artes visuales y la arquitectura le dan dado forma a la identidad nacional y puesto en marcha diferentes momentos de su proceso de modernización. Mi análisis está basado en la idea de que en contra del espacio del matadero como un espacio destinado a la invisibilización del pasaje del animal a la carne, como defienden las teorías del norte global, en Argentina encontramos un caso muy particular de cómo el matadero es un espacio hipervisibilizado en los materiales de la cultura.

-Has logrado varias becas.

-Las becas han sido el modo en que he logrado avanzar mis proyectos artísticos y académicos. Estoy muy agradecida a todas las asociaciones, fundaciones y universidades que me han permitido continuar mi educación durante todos estos años.

-¿Formaste familia?

-En estos tiempos de reconfiguración social y afectiva, sobre todo a la luz de las conquistas de los movimientos feministas en Argentina y en el mundo, me interesa más pensar en el concepto de comunidad, ya que nos permite tender redes más amplias a través de la afinidad tanto con otros humanos, como con seres de otras especies y con factores medioambientales más amplios.

-¿Tenes contacto con otros azuleños en Estados Unidos?

-Soy muy amiga de Camilo Colotto y también de Bruno Zaffora, dos azuleños que formaron parte de este ciclo. Los admiro a los dos profundamente, así como también a Santiago Villanueva, un artista azuleño que reside en Buenos Aires y a quién los aliento mucho a contactar como parte de esta serie.

"Creo en que cada búsqueda es personal y única"

-¿Qué les dirías a la gente que se quiera embarcar en un proyecto en otro país?

-No me siento autorizada a "predicar" ningún tipo de consejo, porque creo en que cada búsqueda es personal y única. En mi experiencia, lo más valioso de haber vivido en un país diferente y haber tenido la oportunidad de viajar es que es ha sido una experiencia increíblemente enriquecedora.

-¿Qué es lo que más disfrutas de la escritura?

-Lo que más disfruto de la escritura es su lentitud, en un momento histórico marcado por la velocidad y la visualidad, creo que la escritura es una especie de tecnología obsoleta que propone en marcha una temporalidad lenta tanto para el escritor como para el lector. A diferencia de una imagen, que se puede absorber en cuestión de segundos, la literatura nos confronta con otro tipo de permanencia.

-¿Proyectos que tengas en alguna otra obra?

-Durante el último año estuve incursionando en proyectos a través de otros medios como la pieza visual "El caso de la carne" desarrollada en colaboración con el arquitecto tandilense Agustín Schang para la Bienal de Diseño de Estambul y la exhibición online "Matadero Modelo" en colaboración con la arquitecta eslovena-austrica Bika Rebek.

-¿Qué es Azul para vos?

-El paisaje originario y recurrente de mi identidad literaria.