José Luis Colotto, farmacéutico de profesión, ha dedicado su vida al cuidado de la salud a través de su farmacia. Desde temprana edad, bajo la influencia de su madre María Teresa, quien también compartía su pasión por la profesión, comenzó a familiarizarse con el entorno farmacéutico. Aún durante sus años de secundaria, José Luis frecuentaba la farmacia familiar, lo que le permitió conocer de cerca el funcionamiento del negocio y enamorarse de el.

Al finalizar sus estudios secundarios, no tuvo dudas sobre su futuro académico y decidió estudiar Farmacia. Durante su carrera, su pasión y dedicación crecieron, confirmando que había elegido el camino correcto. Nunca se arrepintió de su decisión, y con los años, ha construido una trayectoria sólida y reconocida en su comunidad.

Hoy, a sus 64 años, José Luis sigue ejerciendo con el mismo entusiasmo y dedicación que el primer día. No solo se ocupa de las tareas convencionales de un farmacéutico, como la dispensación de medicamentos y el asesoramiento a sus pacientes, sino que ha desarrollado una especialización en preparados magistrales. Esta área, que implica la formulación de medicamentos personalizados para las necesidades específicas de los pacientes, ha sido un éxito dentro de su práctica, logrando una respuesta muy positiva.

En una charla con este diario, José Luis compartió sus recuerdos de aquellos primeros años en la farmacia, recordando con cariño la influencia de su madre y cómo ella fue fundamental en su decisión de convertirse en farmacéutica. Además, habló de las satisfacciones que le ha traído la profesión a lo largo de su vida. Para él, el contacto directo con las personas y la posibilidad de ayudarlas a mejorar su salud es uno de los aspectos más gratificantes de su trabajo. También mencionó el impacto positivo que ha tenido su trabajo en la comunidad, ya que muchas personas confían en su experiencia y conocimiento.

A pesar de su extensa trayectoria, José Luis no tiene planes de retirarse pronto. La pasión por su trabajo lo mantiene activo y con deseos de seguir ofreciendo sus servicios a la comunidad. Además, los avances en la ciencia y la medicina continúan motivándolo a aprender y actualizándose constantemente.

Colotto representa el compromiso y la vocación que caracterizan a los buenos profesionales de la salud, y su historia es un ejemplo inspirador de dedicación y esfuerzo.

Uno de sus hijos Sebastián, se está por recibir de farmacéutico y una sobrina, Dalila está trabajando con él.

Él asegura que su éxito depende de su gran equipo de trabajo.

"María Teresa fue mi timón en muchos aspectos de mi vida"

En principio, con relación a su vocación destacó que "yo tenía una herencia que fue mi madre. Es decir María Teresa fue mi timón en muchos aspectos de mi vida. Ella era farmacéutica, estudió muy joven cuando las mujeres casi no estudiaban. Me impulsó porque me gustó mucho el apostolado que uno tiene que tener siendo farmacéutico,

-como son muchos de mis colegas- con la gente: una dedicación importante".

Al respecto comentó que "ya sea escucharlos, atenderlos, ser el intermediario previo al médico, lo cual es muy importante. La veía a mi vieja dedicarse y la acompañaba en los turnos cuando era joven, de hecho cuando todavía iba al secundario, me quedaba en la farmacia, es decir lo mamé de chico. Tuve una indecisión importante también porque me gustaba ser médico lo cual es también un gran apostolado. Pero me decidí por la farmacia porque creo que esa herencia era muy fuerte y no estoy arrepentido para nada".

Precisó "me recibí a los 22 años, en 1982, ahora tengo 64 años, así que llevo 42 años de farmacéutico".

"La verdad que viví una universidad muy linda en La Plata, y tuve una vida universitaria muy linda que compartí con mi hermana que llegó al otro año. Se armó un grupo de colegas, hoy tenemos un grupo de WhatsApp, nos seguimos viendo en los cumpleaños, en fiestas, se generó una linda comunión y la verdad que eso lo hace todo más fácil", señaló el farmacéutico.

Recordó que "mi madre llega a Azul en el año 1961, recién había nacido tenía menos de un año y se instala en la calle que se llamaba 'Humberto Primo' y Castellar, después se trasladó a Leyría y fundó la farmacia Colotto. En realidad el nombre de la farmacia es por papá. Hoy cambió porque hay una ley que establece que el nombre de la farmacia tiene que ser como el farmacéutico, pero no ella no era de Azul y que se llame Colotto porque mi padre sí era de Azul, tenía toda una trayectoria, le daba otra fuerza en cuanto a marketing".

Prosiguió "posteriormente mamá se trasladó a un local propio, primero alquilaba y se montó este local propio en la calle Leyría, ocurre que mamá se jubiló. Después en el año 1977 le compró a Don Carlos Peroggi el local donde estamos ahora. Don Peroggi era un farmacéutico, ya fallecido, o muy buena persona y ya estaba queriendo vender la farmacia porque era una persona grande y con mamá hicieron un negocio de compraventa y se armó una sociedad hasta que llegué a Azul en el año 1985 para hacerme cargo de la farmacia".

"La verdad que ser farmacéutico me abrió muchos campos"

Sobre la satisfacción más grande que le trajo la profesión José señaló que "el secreto para no envejecer radica en estar siempre conectado y la satisfacción más grande es: ayudar a la gente. Siempre entendí que es muy importante porque lo que una ayuda la vida te lo devuelve en mucha más magnitud y los pacientes te llenan el alma, el espíritu, el corazón y después la vida te lo devuelve en amistades, relaciones en general y otras cosas más. La verdad que ser farmacéutico me abrió muchos campos. Yo tuve la posibilidad de trabajar cuando llegué a Azul en el horario que estaba cerrada la farmacia era farmacéutico del Servicio Penitenciario, o sea las cárceles de Azul durante casi 30 años con lo cual también me relacioné mucho con el tema de los médicos. El ayudar a la gente que está privada de la libertad fue enriquecedor, además de los preparados magistrales".

Aclaró que "primero para mi y después para otros colegas".

En ese sentido destacó que "actualmente las hago y empecé con una línea cosmética porque eso me llevó al otro paso que es estar en el mercado y que de a poco creciendo teniendo en cuenta que la situación no es no es fácil, pero vamos creciendo. Se sumaron mis hijos en ese aspecto que me están ayudando, tengo un hijo casi farmacéutico que se va a recibir, Sebastián, le queda la tesis. También está trabajando conmigo mi sobrina Dalila que hace redes. Ella es licenciada en Periodismo y Comunicación Social".

Para terminar destacó que "quiero agradecer a la gente, a mis empleados, colegas, no tengo palabras para realmente pongo allá arriba el equipo".

Ejemplificó que "Argentina ganó el campeonato del mundo en el 2022 y gracias a Dios seguimos teniendo al mejor jugador del mundo: a Messi pero no fue solo él, ganó con un equipo tanto de dirigentes, médicos, psicólogos hasta el cocinero, toda la gente que estaba por fuera y dentro de la cancha. Yo tengo un gran equipo en la farmacia, confío en ellos y el beneficio es de todos. Si todo funciona bien, todos nos sentimos bien lo cual se traduce en la buena onda, la buena vibra. Porque nos visitan gente con dolencias, con problemas, pero uno los recibe distinto, ya sea con una broma o lo que sea que podemos hacer de manera útil para ayudar".