"Quiricocho", el local de venta de indumentaria y artículos deportivos situado sobre la calle Yrigoyen entre Necochea y Avenida 25 de Mayo, se convirtió durante las primeras horas de ayer en escenario de un robo que fue cometido por cuatro jóvenes.

El accionar delictivo quedó registrado a través de las cámaras de seguridad instaladas en ese negocio. E implicó que, tras forzar las dos cerraduras de una puerta de vidrio laminado del tipo Blindex, uno de los autores de este hecho ingresara al comercio para llevarse algunos buzos, lo cual sucedió mientras sonaba la alarma que está instalada en ese negocio situado en la zona céntrica de Azul.

El ilícito ocurrió alrededor de la hora cuatro de este miércoles que pasó y los demás implicados en el robo se quedaron en las afueras del local, haciendo de campana al joven que ingresó para apoderarse de las referidas prendas, que estaban en exhibición y a la venta en un perchero.

"Manoteó entre tres y cuatro buzos"

Francisco Marchionni, el comerciante de 30 años de edad propietario del negocio y damnificado por lo sucedido, radicó una denuncia en sede policial.

Además, en esa presentación en la Seccional Primera aportó las filmaciones de las cámaras de seguridad que grabaron el accionar delictivo, por lo que desde la investigación penal iniciada se procuraba, mediante las observaciones de dichos registros, identificar a los autores de este hecho.

"El robo fue a las cuatro de la mañana. Estuvieron desde cuatro menos veinte, más o menos, andando acá por afuera del local, mirando la puerta, que la forcejearon un par de veces. La palanquearon, como quien dice, con una barreta chiquita que tenían", le contó el comerciante a EL TIEMPO sobre este episodio delictivo ocurrido en su local y de la manera en que actuaron quienes lo cometieron.

Con relación a los autores del hecho -que en las grabaciones de las cámaras se observa que eran cuatro jóvenes que tenían sus rostros parcialmente cubiertos con capuchas, gorras y bufandas, uno de los cuales se movilizaba en una bicicleta tipo "playera" y los demás a pie- Marchionni afirmó que "iban, venían y pegaron varias vueltas" hasta que se decidieron a cometer el robo, amparados en la nocturnidad y en que, a la hora en que este ilícito sucedió, prácticamente no andaba ninguna persona en el centro. Y tampoco se observa en la grabación de las cámaras algún móvil policial pasando por el lugar.

"A las cuatro menos dos minutos -refirió el propietario del negocio en ese contacto mantenido ayer con este diario- empezó el trabajo. Y mientras los otros le hacían de campana, uno de ellos empezó a forcejar la puerta con esa mini barreta que tenía. Forzó las dos cerraduras hasta que logró falsearlas y pudo abrir la puerta. Y ahí, mientras empezó a sonar la alarma, ingresó al local, manoteó entre tres y cuatro buzos de pasada que sacó de un perchero y también vino hasta el mostrador para buscar algo de plata. Pero la caja registradora estaba cerrada y sólo tiene cambio, por lo que agarró los buzos y se fue corriendo, dejando la puerta abierta".

En otro tramo del diálogo con este diario, Marchionni hizo alusión a la impunidad con la que los delincuentes concretaron el ilícito en su local ubicado en el centro.

Una situación, sobre todo, que puso en evidencia la ausencia de personal policial cuando ayer, minutos antes de la hora cuatro, este robo sucedió.

"Me da la sensación de que hay una falta de patrullaje en el centro. Quienes me robaron no es que lo hicieron a la pasada. Ellos estuvieron dando vueltas desde las cuatro menos veinte hasta la cuatro, todos con las caras tapadas con bufandas y capuchas, uno en bicicleta y tres caminando, y con lo que sería una punta que usaron para forzar la puerta. Y en ese entonces, que no anda gente, tampoco se vio ningún patrullero por el centro, que se ve que hacía falta", sostuvo el comerciante.

Tras la denuncia que radicara en sede policial, el sumario penal que se inició por este episodio delictivo quedó radicado en la UFI 13, la fiscalía que en los tribunales de Azul está a cargo de Adrián Peiretti.

EL DATO

Según expresó el propietario de "Quiricocho", los buzos que le robaron están valuados en su totalidad en unos 22.000 pesos. Y al perjuicio económico por lo ocurrido tuvo que sumarle lo que le costó cambiar las dos cerraduras que estaban colocadas en la puerta que fue forzada para que uno de los autores de este hecho ingresara al local a cometer el ilícito.