Este monólogo teatral, híbrido de espectáculo flamenco desarrollado entre cantes, bailes y utensilios de cocina, estará en escena el jueves 5 y viernes 6 de septiembre a las 21 hs. en Espacio Soho, ubicado en calle Burgos 937.

EL DATO: Los cupos son limitados, interesados contactarse vía IG a @espaciosoho_

SOBRE LA OBRA

'Yo me lo guiso, yo me lo como' es un recorrido por la vida y el alma de una fantástica bailaora flamenca, que hace años 'cruzó el charco' de la mano de un amor al que conoció en Andalucía y al que enamoró cocinándole su plato estrella, pollo al ajillo. En escena, Carmen convierte a los espectadores en sus comensales, los mete en su cocina y allí, en un acto de amor y agradecimiento por aceptar su invitación, les cocina en vivo y en directo ese plato tradicional que aprendió de su madre. Todo viene de su mano: entre cantes y bailes, cazuelas y cucharones, aceite de oliva y ristras de ajo, los visitantes viajan por ilusiones, amores, desamores, olores y sabores que marcaron su infancia y su recorrido hasta dar el gran salto que le supuso la conquista de la comedia bonaerense. Toda una declaración de intenciones, con mucha poesía de raíces flamencas, y música en vivo como ingrediente fundamental.

Para la artista, esta producción quiere "mostrar la parte de dentro del artista, la que no está arriba de un escenario, la humana: adentrar al publico en mi casa y en la cocina, que para mí tiene muchas connotaciones especiales". Mantenerse en la profesión y valorar que todos los días puedas hacer lo que te hace feliz "es pura magia", asegura esta sevillana adoptiva.

La dirección del espectáculo corre a cargo de la dramaturga y directora teatral argentina Gina Piccirilli, quien tras 27 años de trabajo y experiencia en Madrid, decide volver a su país para fundar el Teatro El Damero y conseguir desarrollo profesional en ambas ciudades. "Gina, me gustaría hacer un espectáculo donde hable, cante, baile y cocine pollo al ajillo pa' la gente" fueron las palabras de Carmen Mesa que le conmovieron y con las que inauguró su propio espacio. Para poner letras al montaje, ambas contaron con Erika Halvorsen que, gracias a su dramaturgia, aportó un relato en el que las palabras se entretejían con arte y delicadeza.