Por Marcial Luna / Redacción El Tiempo

Inés Sanguinetti es co-fundadora y presidenta de fundación "Crear vale la pena" y dirige el Programa Entornos Creativos -Arte y Creatividad para transformar proyectos de vida en escuelas y comunidades de contextos vulnerables-. Socióloga y coreógrafa, es además miembro del directorio del Fondo Nacional de las Artes y de International TeachingArtsCollaborative (ITAC) y ha coordinado la Red Latinoamericana Arte para la Transformación Social. Actualmente es miembro del movimiento latinoamericano "Cultura Viva Comunitaria". Su tarea hoy, en diversas ciudades de Argentina y otros países de Latinoamérica, es la transferencia de metodologías y didácticas de creatividad, lúdica y bienestar aplicadas al mejoramiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje, como a la gestión sociocultural para escuelas, organizaciones sociales y empresas. En el caso de Azul, a partir de la iniciativa de Azul Solidario -con el apoyo de la Secretaría de Salud municipal- esta semana Inés Sanguinetti estuvo presente, junto a otros integrantes de "Crear vale la pena", para desarrollar el taller "Tallola" en siete establecimientos secundarios y los tres institutos de Educación Superior que funcionan en esta ciudad. En ese contexto, los estudiantes realizaron, entre otras actividades, una escritura colaborativa. [Ver pág. 8, donde se incluyen algunos fragmentos de las producciones]

Durante la entrevista con EL TIEMPO, momentos antes de iniciarse el taller conjunto en el salón de actos de Escuela Normal del que participaron alumnos y docentes de los Institutos 156 y 157, Inés Sanguinetti explicó que "venimos de hacer funciones en colegios secundarios y es impresionante la reacción de los jóvenes. A veces decimos que los jóvenes tienen problemas de lecto-escritura y de comprensión de textos. El poema que construyeron aquí sesenta chicos y chicas, alrededor de todo lo que tiene que ver con ansiedad y depresión, es una especie de diagnóstico impresionante de salud mental, pero además es poético".

"La escuela, tal como la conocemos, es un modelo que tiene más de trescientos años. Cuando los chicos no quieren ir a la escuela, no son irreverentes. Nos están pidiendo que hagamos algo...", sostuvo Inés Sanguinetti durante el desarrollo del taller con la consigna "Vivir sin miedo".

Para la directora de "Crear vale la pena", "los chicos tienen un entendimiento de las cosas que, si hay un espacio que llame a la palabra, logran expresarse. Una palabra que es, primero ficcional, para que no dé miedo. 'Vivir sin miedo' es un juego, en cuanto a que el miedo existe o no existe. La conclusión de los chicos al final era que el miedo existe, que puedo tener miedo y, sin embargo, me puedo expresar igual y decir lo que me pasa. Y puedo escuchar los sentimientos de los demás y respetar cómo sienten. No reírme, sino entender al otro".

A partir del taller concretado en Azul "las personas de los CAPS, los equipos de orientación escolar, nos dijeron: 'Todo esto vamos a tomar para volver en profundo con los grupos más vulnerables'. Los más vulnerables son los chicos que más afectados están por la violencia. Pero no por recibir la violencia, sino por producirla".

En ese sentido observó que "si hay un chico que dice 'sentí miedo a la oscuridad cuando me di cuenta que mi tío era peligroso...', de repente ese chico no es una víctima de las que vemos, del bullying, sino que tal vez es un chico que hace bullying, pero estamos escuchando por qué", explicó Sanguinetti.

Generar oportunidades

En cuanto al origen de la fundación que preside, Inés Sanguinetti refirió que "'Crear vale la pena' nació hace más de veintisiete años y nuestro objetivo fue generar oportunidades en la educación artística para jóvenes que nunca van a tener una guitarra, un piano, tiempo y dinero para pagar una clase de danza. Empezamos con un centro cultural en el barrio de La Cava, en San Isidro, y terminamos con tres".

En el trayecto que comenzaron a realizar con "Crear vale la pena", explicó Sanguinetti, "nos dimos cuenta que no podíamos seguir haciendo centros culturales, porque era muy caro, y que esto tenía que estar en el corazón de la educación pública. Entonces dijimos: vayamos a las escuelas públicas a llevarle una herramienta que los docentes quieren. Porque también hay una idea equivocada y es que el docente no quiere innovar".

Por el contrario, "el docente quiere innovar, pero resulta que la innovación no está en agenda. A veces, las propias autoridades de gobierno, inclusive los propios sindicatos, tienen otras agendas, que no juzgo si son o no más importantes. Lo que sé es que la escuela, tal como la conocemos, es un modelo que tiene más de trescientos años. Cuando los chicos no quieren ir a la escuela, no son irreverentes. Nos están pidiendo que hagamos algo... ¡No podemos pedir que un chico esté cuarenta y cinco minutos sentado, mirando un pizarrón...! Y no importa si es un pizarrón para escribir con tiza o si es un pizarrón interactivo, una pantalla".

Sanguinetti no dudó en afirmar que "los chicos necesitan vivir experiencias y nuestra metodología, que desarrollamos desde nuestro saber en los barrios, es cuerpo, emoción y aprendizaje colaborativo". Al respecto, señaló: "Lo que yo desarrollé son cosas muy simples, para que, si los docentes ni cantan, ni bailan, ni escriben poesía, puedan hacer actividades en todos estos lenguajes artísticos y mezclarlos con las disciplinas escolares o con las problemáticas adolescentes, como ansiedad, depresión, noviazgo violento, violencia intrafamiliar, violencia escolar, violencia en el barrio, alcoholismo, consumo".

Inés Sanguinetti junto a los jóvenes actores que desarrollaron en Azul el taller "Tallola" en escuelas secundarias e institutos de Educación Superior. Foto: Nacho Correa.

Por otro lado, Inés Sanguinetti subrayó que "nosotros somos parte de una investigación que sucede en tres países de Latinoamérica -Colombia, Perú y Argentina-, que trabajamos con tres universidades -la Universidad de Buenos Aires (UBA), Universidad Cayetano Heredia y Universidad Javeriana- y vamos a estar cinco años investigando. Llevamos ya en esa actividad tres años. Los que lideran, por supuesto, son los psiquiatras. Ellos van, junto con los demás investigadores, a los talleres de arte, porque la hipótesis de la investigación es que el 70 por ciento de los chicos y las chicas padecen algún tipo de sufrimiento mental agudo importante, como un ataque de pánico, o anorexia, como una fobia. De ese 70 por ciento, la mitad sana sin fármacos y sana sin tratamiento psiquiátrico formal. ¿En dónde sanan? Sanan en los espacios conviviales; cuando tienen un grupo de amigos, en el barrio, en el club, en la biblioteca popular, en donde hay arte".

"Entonces, en los talleres de Lima, Bogotá y Buenos Aires se estudia cómo, las actividades como esta que realizamos en Azul, sirven -aseveró Sanguinetti-. Es impresionante cómo los chicos contestan la encuesta, como nos pasó aquí, que dicen: 'Me di cuenta que podía expresarme, aunque estuviera angustiada; porque el taller me dio angustia pero, por otro lado, me dio la libertad para decir lo que siento...'. En este taller no estamos haciendo el 'sarasa' de decirles, bueno, 'si vos estás con un poquito de depresión tenés que fortalecerte, el tema es tuyo, sos una persona con poca voluntad. O tenés un problema psiquiátrico...' Tenemos una sociedad con el 26 por ciento de las personas entre 15 y 24 años -de acuerdo con un estudio hecho por el Observatorio Mental de la Facultad de Psicología de la UBA- en esta situación. El 26 por ciento es mucho. En Colombia, por ejemplo, es el 17 por ciento".

En tal sentido, puntualizó que "la Organización Mundial de la Salud dice que la depresión es la mayor causa de discapacidad en el mundo hoy. Entonces nosotros, acá con esta actividad, abrimos la puerta al tema. Ese es el tema de hoy. ¿Qué hacemos con esto? ¿Hacemos una obra de teatro y ya? ¿Un debate? No. La gente viene acá y hace actividades expresivas. Como la obra de teatro habla del acoso, del bullying, de la descalificación, de la meritocracia que no nos permite otros honores que los que un sistema indica, se lee una escritura colaborativa, que es hermosa. Nosotros tenemos 350 poemas por año, que son una contundente palabra de los jóvenes, que están entendiendo un cambio cultural que nosotros no entendemos", destacó.

En cuanto a los jóvenes, Sanguinetti mencionó especialmente que "ellos tienen una ternura y una capacidad de amar, a las personas, a los animales y al agua, con la misma intensidad. Esos chicos se repiten: no importa si es Salliqueló, si es Pehuajó, si es Corrientes, Mar del Plata, si es San Salvador de Jujuy... Uno lo ve: están diciendo lo mismo. Entonces estamos tratando de ver si los adultos empezamos a escuchar eso".

Trabajar juntos

"Yo empiezo a investigar estas cosas en el Conurbano bonaerense", recordó la directora de "Crear vale la pena". "Como ya había comenzado a funcionar internet, en 2006 cuando empezamos, me invitaron a Escocia. Vi que se trataba de un congreso al que me invitaron para mostrar nuestra experiencia, y vi que allí estaba el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud trabajando juntos. Entonces dije: acá lo entendieron".

Luego ejemplificó: "Hoy en día, si vos en Inglaterra tenés una recomendación médica por padecimientos o angustia mental, podés tener acceso gratuito a formación artística. Esa es la consecuencia de que se articula Educación con Salud. Lo que estamos haciendo en Argentina es tratar de que la educación pública y la salud pública trabajen mucho más juntos", precisó Inés Sanguinetti.

"Aquí en Azul los CAPS nos dijeron, por ejemplo, que quieren ser parte de la capacitación. Estaremos dando una capacitación, con estas pequeñas herramientas, para los docentes, para que en vez de venir a un evento nada más, puedan reproducir estas actividades en las aulas y en los barrios", explicó, al tiempo que refirió: "Ya lo hemos hecho en esta ciudad, con Azul Solidario, que lo hizo con mucho éxito con artistas de Azul, que fueron a las escuelas y a los institutos de Educación Superior. Fue algo maravilloso".

Por otra parte, expresó que "'Crear' encargó a tres universidades diferentes -una es la UBA-, en todo lo que tiene que ver con salud mental; a FLACSO, todo lo que tiene que ver con el impacto en las escuelas y el impacto en pandemia; y a un instituto que se especializa en Desarrollo Local, tres investigaciones que dicen: si no hay motivación, no hay aprendizaje; si no hay cuerpo, no hay aprendizaje; si no hay emoción y razón, no hay un campo cognitivo que esté trabajando con representaciones que de verdad los nombre; entonces los chicos repiten pero no entienden. Y no producen".

"Por eso -añadió- los problemas que tenemos ahora en cuanto a analfabetismo, en materia de cálculo y comprensión de textos, tienen que ver con que la preparación del medio para el aprendizaje no está teniendo las herramientas del Siglo XXI, sino que está teniendo las herramientas de finales del Siglo XVIII. Y es un 'problemita'...", admitió.

En las actividades que desarrolla el taller de la fundación, "les hemos ofrecido a los docentes de escuelas, tanto como a los profesionales de Atención Primaria de la Salud, que hagan juntos una capacitación en las herramientas que llamamos 'lúdico-creativas' de esta metodología, para que puedan hacer un abordaje conjunto. Por ejemplo, nos dicen: 'Tenemos que hacer trabajos interdisciplinarios, pero la verdad es como psicóloga -me decía una de las chicas de un CAPS- a mí no me dan herramientas para trabajar con grupos, me dan formación como psicóloga'. Pero inclusive a los docentes tampoco les dan muchas herramientas para trabajar con grupos. Por ejemplo, cómo se hace un 'aula afuera', cómo se hace un aula con alumnos y padres; cómo se hace un aula entre 4° A y 4° B y 6° A y 6° B, es decir, un aula heterogénea. Los maestros rurales tienen bastante más claro esto, por el propio trabajo. Pero hoy en día esa heterogeneidad y esa diversidad es la que manejan los chicos en las redes sociales, donde los de 14 no están haciendo cosas sólo con los de 14, sino que allí las edades están mucho más mezcladas, como de la misma manera están mezcladas en los centros culturales barriales. Nosotros no teníamos por un lado a los de 8, a los de 13, etcétera. No. De golpe tenés un equipo barrial con chicos entre 9 años y 24, y juntos piensan un evento".

En la cultura popular

De esa manera, puntualizó por otro lado Inés Sanguinetti, "ese aprendizaje por proyectos está mucho más en nuestra cultura popular, anclado, radicado y sabido. Y a esas herramientas, lo que he hecho yo, ha sido sistematizarlas y distribuirlas. Y cada vez que encontramos a una organización como Azul Solidario, que tiene la potencia de juntar a los actores sociales, a todos los funcionarios del campo de la educación y de la salud, los espacios de atención primaria, las escuelas y ahora los institutos de Educación Superior, que son los que van a llevar esa avanzada de la nueva educación, estamos felices de poder estar acá y desarrollar el taller" que, además, es gratuito.

También Inés Sanguinetti adelantó algunos de "los resultados provisorios de esta investigación. Sus hallazgos -y usamos estas obras para contar estos hallazgos- son: las personas que hace uno o dos años sufrían depresión o ansiedad, la siguen sufriendo. El origen de ese tiene mucho que ver con el uso de redes sociales. No es que exactamente devenga de eso, pero las experiencias traumáticas no procesadas a través de espacios vinculares donde se puedan procesar; el consumo de alcohol temprano y drogas, el uso de tecnología obsesivamente, el aislamiento, los modelos culturales que no respetan la diversidad, están impidiendo la sanación".

"Sin embargo -explicó Sanguinetti- los jóvenes encuentran que los espacios donde hacen vínculos con otros jóvenes, son espacios donde sanan. Eso está diciendo la investigación en estos tres años. Y espacios donde hay creatividad, arte, expresión o deporte, son espacios donde se sana. Ellos están avizorando soluciones y por eso estamos haciendo obras para contarlas, porque las soluciones las avizoran los jóvenes, que no administran lo público, por lo que son los adultos los que tienen que escuchar eso".

"Nuestra metodología, que desarrollamos desde nuestro saber en los barrios, es cuerpo, emoción y aprendizaje colaborativo", expresó Inés Sanguinetti en referencia a los talleres que implementa la fundación "Crear vale la pena".

Refirió, asimismo, que en febrero pasado "la UNESCO se reunió en Emiratos Árabes y una de las conclusiones fue: la escuela tiene que ser el principal centro cultural de un territorio. Cuando por ahí vemos que acá se está tratando de correr a un lado la cultura, la UNESCO está diciendo que la escuela tiene que ser un espacio cultural. Y que los docentes tienen que capacitarse con otras herramientas. Y que las herramientas expresivas son centrales para la transformación de las didácticas. Y que los espacios de educación no formal de una comunidad con los espacios de educación formal deben trabajar juntos. Es decir, todo lo que estamos haciendo nosotros acá", concluyó Inés Sanguinetti.