En estos días se debate en nuestra comunidad, o al menos en medios de comunicación y redes sociales, sobre la decisión del gobierno municipal de desafectar los quirófanos que fueron construidos para el desarrollo del servicio de cirugía cardiovascular y que ahora se pretende reasignar como espacio para ateneo, estudio y descanso de los profesionales del hospital Dr. Ángel Pintos.

Si bien, desde hace un tiempo me he propuesto no participar de discusiones que puedan derivar en disputas políticas partidarias locales, de las que me encuentro alejado, este tema me conmueve especialmente, por su trascendencia comunitaria y el testimonio que puedo aportar de lo que fue y tal vez podría volver a ser, una política de estado con connotación sanitaria, social y económica, para el desarrollo local.

La Asociación de Cirugía Cardiovascular surgió de un movimiento comunitario con el propósito de concretar el desarrollo de este servicio en nuestra ciudad, con proyección regional, y asegurar su accesibilidad a todos los pacientes que lo requirieran. Aquel grupo entusiasta y plural encabezado por Miguel Ángel Prezioso, que tuve la dicha de integrar como asesor jurídico junto a José Luis Comparato y el Escribano Néstor Juvenal Ronchetti, canalizó la solidaridad de la comunidad, obteniendo el aporte más significativo a partir del legado de un campo de Doña Margarita Mancuzo.

Los esfuerzos de la comunidad se integraron al del Estado, al comienzo durante la gestión del Intendente Barberena y seguidamente durante nuestro gobierno. En esta etapa, definimos la incorporación del área de cirugía cardiovascular (dos quirófanos y sector habitacionado de recuperación e internación, con sus respectivos servicios auxiliares), al plan director de infraestructura del hospital, en el marco de la ampliación que desarrollamos en dos plantas sobre calle Alvear. De manera que con aportes del Estado nacional y municipal y la Asociación se financió el plan de obras que comprendió la planta baja, con instalaciones para el nuevo sector de cirugía general (dos quirófanos) y unidad de terapia intensiva y la planta alta para el servicio de cirugía cardiovascular, con el alcance antes mencionado.

El servicio de cirugía cardiovascular en el hospital Pintos y la infraestructura correspondiente fue pensado en el marco de un proyecto ambicioso de posicionar a Azul como polo de referencia en el centro de la provincia, recibiendo pacientes de toda la región, lo que posibilitaría además del acceso a la cobertura sanitaria específica, la generación de una demanda agregada al consumo y en consecuencia al desarrollo económico local.

La presentación de los nuevos quirófanos de cirugía general en el Hospital Pintos

Al finalizar nuestra gestión dejamos concluida dicha infraestructura y al frente del servicio de cirugía cardiovascular al Dr. Marcelo Antonio Nahin, prestigioso profesional azuleño, actualmente Jefe de dicho servicio en el hospital de alta complejidad "el Cruce" de Florencio Varela- declarado oportunamente Ciudadano Ilustre por el Concejo Deliberante local-. Lamentablemente después sobrevino la decisión del Intendente José Manuel Inza de discontinuar el servicio, sostenida luego por la actual gestión del Intendente Bertellys.

Después de diez años de abandono del servicio, con la excepción de hemodinamia que tuvo continuidad y que ha contribuido a salvar tantas vidas, aparece ahora la decisión del gobierno municipal de desafectar los espacios físicos mencionados, presentado como una consecuencia lógica a la falta de actividad quirúrgica cardiovascular y con el argumento de que estas prácticas ya habrían caído en desuso en la medicina actual, aunque éste ha sido refutado por especialistas en la materia, entre ellos por el propio Dr. Nahín.

Frente a esta situación cabe entonces preguntarnos, todos los espacios políticos, la comunidad en general y en particular los pacientes que han pasado por el servicio, si con resignación daremos por sentada la clausura definitiva del servicio. ¿No deberíamos primero, si persiste la duda de algunos, indagar y esclarecer, con la colaboración de expertos, sobre la vigencia científica de estas intervenciones? Si se verificara esta, ¿no deberíamos trabajar para generar las condiciones de factibilidad que permitan reflotar su funcionamiento a escala regional, requiriendo la participación del Ministerio de Salud de la Provincia y su articulación a través de la Región IX ?.

Mientras esto suceda, ¿no se podría equipar y habilitar los dos quirófanos para cirugías generales, tal vez para prácticas que requieren asepsia especial, separándolas de los quirófanos actualmente en uso y aumentando de este modo la productividad quirúrgica del hospital?

Al mismo tiempo que también debería buscarse alternativas para ofrecerle a los profesionales el espacio adecuado para capacitación y descanso. Obviamente que los recursos siempre son escasos, pero estoy seguro que si se ordenan correctamente las prioridades de inversión pública y se suma la solidaridad de la comunidad, a través de la mencionada Asociación y la Cooperadora, que tanto aporta permanentemente sería posible lograr el objetivo.