Desde el máximo Tribunal de Alzada departamental, los magistrados Carlos Pagliere (h) y Damián Cini ratificaron -en un fallo dado a conocer ayer martes- la medida cautelar que en primera instancia le impusiera el pasado 10 de agosto a Néstor Félix Hirtz el juez de Garantías Federico Barberena.

De esa manera, por lo que fuera aquel luctuoso suceso ocurrido hace dos meses el productor agropecuario -de 66 años de edad- continúa acusado de un "homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego".

El fallo que ratificó la prisión preventiva para Hirtz fue emitido desde la Cámara Penal en respuesta a un recurso de apelación que habían presentado los abogados defensores del encausado: Ricardo Boucherie y Juan Carlos Scirica.

Ese recurso fue rechazado por "improcedente", quedando confirmada en esta segunda instancia aquella medida cautelar que el mes pasado se había traducido en que la detención del imputado fuera convertida en prisión preventiva.

Un disparo "voluntario"

Más allá de lo que el propio acusado dijera cuando declarara, en ese fallo de la Cámara, resuelto por unanimidad y donde el primero en votar a la única cuestión planteada fue el juez Pagliere (h), se indicó que las pruebas incorporadas hasta el momento a la causa "revelan -al menos con el grado de probabilidad positiva que se requiere en esta instancia- que Hirtz efectivamente quiso disparar su arma de fuego".

Tomás Echegaray había resultado herido al recibir un balazo en su región abdominal, cuando en las primeras horas del 5 de julio llegó en su auto y acompañado por un amigo a la vivienda de Hirtz, donde tenía previsto juntarse con uno de los hijos de ese hombre al que ayer martes le fue confirmada su prisión preventiva.

No bien se abrió la puerta de la casa convertida en Tapalqué en escenario de este hecho -ubicada sobre la calle Luis Brané- Hirtz le disparó con un revólver de alto poder de vulnerabilidad que portaba, mientras en su otra mano sostenía un rociador con alcohol.

Según el encausado dijera cuando fuera indagado por segunda vez en sede judicial y declarara, había querido hacerle una broma al amigo de su hijo. Y también señaló que el disparo que le efectuó a la víctima, con un revólver -que estaba cargado con cinco proyectiles- Smith & Wesson calibre .44 pulgadas Magnun, se le había escapado.

Tomás Echegaray tenía 26 años de edad. Falleció aquel domingo en que este hecho sucedió, mientras era trasladado en una ambulancia al Hospital Pintos de Azul, luego de que en un principio fuera asistido en el de Tapalqué.

En el centro asistencial de la vecina ciudad, ese mismo 5 de julio, Hirtz resultó aprehendido, cuando se hizo presente en el lugar para interesarse por el estado de salud del amigo de su hijo y le refirió a policías lo que instantes antes había ocurrido en su casa.

Desde ese entonces permanece privado de la libertad, acusado de un delito por el que, de resultar condenado en el juicio que por este homicidio agravado se haga, podría recibir penas que van desde los diez a los veinticinco años de prisión.

Actualmente continúa preso en la Unidad 7, la cárcel de varones del Servicio Penitenciario Bonaerense con asiento en Azul.

"Hirtz es una persona que sabe de armas de fuego y tiene un dilatado historial en su uso, por lo que no se puede adjudicar su disparo a la ignorancia o impericia propia de las personas inexpertas en el manejo de armas", escribió en un tramo del fallo el camarista Carlos Pagliere (h).

"De la causa se desprende que, además, tenía por costumbre hacer 'bromas' -que sólo a él le causaban gracia-, las cuales consistían en esgrimir armas de fuego a terceros. E incluso, disparar las mismas en dirección a las personas".

Más adelante, el magistrado señaló: "La valoración racional de la prueba expuesta indica, a todas luces, que la hipótesis más probable es que el disparo haya sido voluntario. Y por ende, que la 'broma' no consistía en exhibir el arma a Echegaray para luego rociarlo con alcohol -como alega Hirtz- sino exhibir el rociador con alcohol para luego asustarlo con el estruendo del arma de fuego".

"Habiendo establecido como hipótesis más probable que Hirtz tuvo la voluntad de disparar su arma de fuego, el dolo eventual de su accionar se torna patente. Ello así por cuanto, en base a la mecánica de lo acontecido, es un hecho comprobado que el imputado disparó un arma de fuego a sabiendas de que la víctima Tomás Echegaray se hallaba a muy corta distancia y se dirigía hacia él", se refiere también en la resolución.

EL DATO

Sin que tampoco prosperara en esta instancia, en ese recurso de apelación formulado ante la Cámara Penal los abogados de Hirtz habían solicitado, entre otros pedidos, un cambio de calificación -a un homicidio de tipo culposo- de esa causa penal que sigue instruyendo desde la UFI 1 de Azul el fiscal Marcelo Fernández.

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