Por Ana María Castagnino (UNCPBA - UCA), Javier Marina (UNCPBA), Karina Díaz (UNCPBA) y Marco Antonio Marín Castro (BUAP, México). (*)

Una alimentación saludable, variada, y rica en hortalizas, representa una importante prioridad para la población a fin de propiciar el buen funcionamiento del organismo, conservar la salud y minimizar el riesgo de enfermedades; especialmente en períodos de pandemia como la del COVID-19, que estamos atravesando. Si bien una nutrición saludable no puede impedir el contagio del coronavirus, puede sí ayudar a enfrentarlo con éxito, por lo que, consumir una cantidad suficiente y variada de frutas y vegetales, es fundamental como fuente de fibra, vitaminas, minerales y compuestos bioactivos, por su aporte nutricional, y porque la mayoría de los micronutrientes necesarios para fortalecer el sistema inmunológico y la salud, se encuentran contenidas en ellas.

Según entidades nacionales e internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud la nutrición saludable "es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". Dicho concepto ha sido complementado recientemente por el de "nutrición óptima", que valora el consumo de alimentos como hortalizas y frutas, no solo por su potencialidad para promover la salud y mejorar el bienestar, sino que también por su efecto beneficioso en la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades (OMS, 2019). Por tal motivo, dichas entidades, promueven acciones de difusión de un adecuado consumo de vegetales; y también de la evidencia científica existente que demuestra que una ingesta adecuada de frutas y verduras contribuiría a reducir en el mundo aproximadamente, en un 30% las cardiopatías isquémicas, 20% de cánceres gastrointestinales y un 10% de los accidentes cerebro-vasculares (ACV).

Por esta causa, la Asociación Argentina de Horticultura, avala y promueve la iniciativa de un grupo de Facultades de Agronomía latinoamericanas instando a las familias a adoptar medidas para optimizar el consumo de frutas y hortalizas, ya sea a través de la realización de huertas familiares, del consumo de productos locales y regionales; como así también del consumo en adecuadas cantidades de las hortalizas tradicionalmente comercializadas y consumidas en el país.

Una buena alimentación, no solo favorece la respuesta inmune del organismo frente a agentes infecciosos, sino que puede contribuir a disminuir la gravedad, las complicaciones y minimizar la susceptibilidad del huésped, fundamentalmente en las enfermedades infecciosas de transmisión persona a persona, como es el caso del coronavirus. El consumo de estos alimentos, además, está asociado con la prevención de enfermedades crónicas como la obesidad, que se originan desde la niñez; situación que debe ser revertida ya que los hábitos alimentarios se configuran en los primeros años de vida, por lo que es imprescindible que todos los miembros de las familias tengan hábitos saludables.

El consumo de hortalizas de la propia huerta y de productos locales, es una nueva tendencia global, también creciente en Latinoamérica, por parte de consumidores que entienden la alimentación, como una fuente de sabor, salud, sustentabilidad, biodiversidad y de mayor seguridad alimentaria; y de, no sólo, una forma de satisfacer necesidades de alimentación básica.

Por la importancia que el tema tiene, se llevó a cabo una encuesta latinoamericana en el marco de los vínculos interinstitucionales existentes entre diferentes universidades como la U.N.C.P.B.A. y la B.U.A.P., con la finalidad de disponer de un panorama actualizado de los hábitos y preferencias de producción y consumo de hortalizas, en Latinoamérica. De este modo, la difusión de los resultados logrados representa un estímulo para que la sociedad tome conciencia de la realidad, de los cambios que son necesarios y de los beneficios de una alimentación y nutrición óptima, rica y variada en vegetales.

Encuesta realizada.- El relevamiento de datos fue mediante el desarrollo y la instrumentación de una encuesta denominada: "Tendencias del consumo de hortalizas en tiempos del Coronavirus - Latinoamérica". La misma fue diseñada y realizada en el período 01/08/2020 - 30/9/2020, por los equipos de Horticultura de las Facultades de Agronomía latinoamericanas: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires - UNCPBA (Argentina), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla - BUAP (México), Universidad Nacional de Colombia - UNAL, sede Bogotá (Colombia) y Universidad Nacional de San Luis - UNSL (Argentina) y la Pontificia Universidad Católica Argentina - UCA, (Argentina), con el aval de la Asociación Argentina de Horticultura - ASAHO.

Países que se sumaron a la propuesta.- Participaron del proyecto, residentes latinoamericanos de México, Argentina, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, República Dominicana, Uruguay, Brasil, Bolivia, Paraguay y Panamá.

Percepción sobre los beneficios para la salud del consumo de hortalizas.- Casi el 98 % de los encuestados demostró tener en claro que el consumo de hortalizas es beneficioso para su salud; aunque solo un 65 % consideró tener una dieta rica en vegetales.

Influencia del período de pandemia sobre la alimentación.- La enfermedad Covid-19 trajo cambios en la forma en que vivimos, trabajamos, nos conectamos, compramos, socializamos y nos alimentamos; por lo que más de la mitad de los encuestados consideró que durante el período de pandemia tuvo la oportunidad de mejorar su alimentación, lo cual representa un importante cambio de hábitos respecto del consumo.

Cantidad de porciones diarias de hortalizas consumidas regularmente.- Un aspecto positivo fue que todos los encuestados indicaron consumir, al menos, una porción diaria de vegetales; pero solo uno de cada 10, indicó consumir las 5 porciones recomendadas por la OMS (2019). Y el 60% de quienes respondieron la encuesta indicó consumir entre 2 a 3 porciones diarias, valor que coincide a la media nacional argentina, según la Encuesta de Factores de Riesgo de la Población 2019; realizada por el Ministerio de Salud Argentino.

Preferencias del consumo de hortalizas en Latinoamérica.- Las preferencias latinoamericanas en el consumo de hortalizas tradicionales se centran en especies como: cebolla, ajo, lechuga, tomate, papa, pimiento y zanahoria. Mientras que de las no tradicionales incluidas en la encuesta, las de mayor frecuencia de consumo mencionado fueron, en orden de importancia: brócoli, espárragos, rúcula y alcaucil. Por tal motivo, de la encuesta surge la necesidad de una mayor diversidad en la producción y consumo de especies.

Lugares de compras de hortalizas para consumo familiar.- Las verdulerías resultaron ser el lugar preferido para las compras de frutas y verduras, seguido de supermercados y del consumo de huerta propia, quintas, almacenes de barrio, e hipermercados. Dichos resultados indican la conveniencia de difusión del consumo de hortalizas provenientes de quintas locales y de productos de cercanías actualmente denominados en el "Km 0", de origen conocido, inocuas y de calidad.

Preferencias respecto de la procedencia de hortalizas consumidas.- Cuando se les da la posibilidad de elegir los consumidores encuestados, en un 74% indicaron que consumen hortalizas producidas en quintas locales o regionales, lo cual indica un cambio de actitud muy importante respecto de las preferencias en cuanto al origen de las hortalizas consumidas. No obstante, dichas producciones tienen como desafío adoptar para su manejo las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), cuya aplicación es obligatoria desde 2021.

Es decir que la pandemia está provocando cambios en los hábitos de consumo de los latinoamericanos que repercuten sobre los canales comerciales tradicionales, y la mayor demanda de productos locales y regionales, de origen conocido, estaría indicando la necesidad del fortalecimiento de la relación entre el campo y la ciudad, con el acompañamiento de las instituciones.

Valoración de las hortalizas de propia producción.- Casi el 80% de los encuestados coincidió en que es mejor para la salud el consumo de vegetales de la propia huerta, en relación a las compradas, lo que estaría mostrando una tendencia al cambio de hábitos familiares, una mayor atención a la calidad de las hortalizas consumidas y una mayor predisposición a dedicar tiempo y esfuerzo a la realización de huertas familiares. Dicha valoración posiblemente haya sido influenciada por el contexto generado en el marco de la pandemia.

Predisposición a la realización de huerta.- Ocho de cada diez encuestados manifestaron su predisposición a la realización de huerta, a partir de la pandemia global. Dicha actividad es clave, según la Organización de las Naciones Unidas - ONU (2020), para mantener bajos niveles de estrés, especialmente, durante etapas de confinamiento y para aprovechar mejor el tiempo disponible.

La mayor valoración de la huerta familiar, posiblemente se deba, a un cambio de actitud que implica el conocimiento de las ventajas que la misma tiene, de permitir un ahorro importante.

En el caso de la horticultura urbana puede ser hasta 15 veces más productiva que la convencional, ya que un espacio de apenas un metro cuadrado puede proporcionar entre 10 y 20 kilogramos de comida al año, según FAO (2018).

Necesidades comunes de los latinoamericanos para la realización de Huerta.- Las principales necesidades mencionadas para establecer la huerta familiar fueron: espacio, capacitación, información, insumos y tiempo. Las dos primeras, como principales necesidades indicadas demuestran, que las familias al no disponer de un lugar adecuado podrían participar de actividades de formación en alternativas innovadoras de producción como microhortalizas o microgreens y brotes o germinados que requieren de superficies pequeñas y constituyen alimentos multivitamínicos, que pueden ser producidos en el hogar, aun cuando no se dispone de espacio. Dichas alternativas pueden ser interesantes para la población latinoamericana en general, ya que la misma pasó de 100 a 500 millones de habitantes en tan solo seis décadas, con una tendencia creciente en los requerimientos habitacionales y de espacio para la población.

EL DATO:

"La encuesta realizada fue publicada en la edición número 100 de la revista Horticultura Argentina con el título "Panorama del consumo de hortalizas en tiempos del Covid-19. Parte 2: Realidad latinoamericana de la producción y consumo de hortalizas 2020" y fueron sus autores (ex aequo) Castagnino, A. M.; Marín Castro, M. A.; Bazán, P.; Díaz, K.; Marina, J. A.; Echeverría, S.; Galizio, R.; Martinoia, G. I.; Rogers, W. J.; Díaz, H.; Reina, R.; Rubel, I.; Miranda Lasprilla, D. La misma puede descargarse desde el sitio www.horticulturaar.com.ar".

Conocimiento de las recomendaciones de consumo diario de hortalizas y frutas.- Menos de la mitad de los encuestados indicó conocer que, según la OMS y la FAO, la ingesta de un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y hortalizas (excluidas las papas y otros tubérculos feculentos), es necesario para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad, así como para prevenir y mitigar varias carencias de micronutrientes, sobre todo en los países menos desarrollados. Por tal motivo, de la encuesta surge la necesidad de intensificar la difusión de dichas recomendaciones por parte de las instituciones latinoamericanas.

Además, siete de cada 10 latinoamericanos encuestados también indicó desconocer que, según la OMS, cada año sería posible salvar millones de personas, mediante un adecuado consumo de frutas y hortalizas.

Valoración de las acciones de promoción de una alimentación saludable.- Sólo la mitad de los encuestados valoró las acciones de promoción de una alimentación rica en vegetales, llevadas a cabo por instituciones / entidades públicas. De allí surge la oportunidad que las mismas tienen de intensificar sus acciones de promoción de hábitos alimenticios saludables en la población, tendientes a una mayor calidad de vida y de convertirse en agentes de cambio y auténticos promotores de una educación alimentaria nutricional como pilar fundamental en la formación de nuevos hábitos.

Percepción respecto de la proporción de hortalizas en la dieta.- La percepción general de los encuestados respecto a su consumo de vegetales fue muy buena, ya que 8 de cada 10 consideró que tiene una dieta saludable o muy saludable. Dicha percepción no se corresponde con lo que indicaron que efectivamente consumen, ya que, menos del 10% de los encuestados indicó cumplir con las recomendaciones de 5 porciones diarias que efectúan las entidades internacionales.

Cambiar la errónea percepción de los consumidores latinoamericanos constituye un enorme desafío para que la población disponga de una alimentación saludable. Todas las acciones tendientes a hacer coincidir lo que la gente cree y sabe que debe consumir, tiene implicancia directa en la cocina doméstica, por lo que es prioritario contribuir a cambiar los paradigmas de consumo y resignificar lo que es actualmente considerado como "saludable", labor en la que resulta conveniente el acompañamiento por parte de las instituciones.

Conclusiones

En síntesis, la población latinoamericana sobreestima su real consumo de hortalizas y frutas, en cantidad y diversidad, por lo que será necesario que las familias tomen conciencia de los múltiples beneficios que el consumo de dichos alimentos tiene para la salud.

Un aspecto positivo del relevamiento realizado fue que, gran parte de los encuestados latinoamericanos, considera que tuvo la oportunidad de mejorar su alimentación durante el periodo de pandemia, manifestando gran predisposición a la realización de huertas urbanas familiares, llamadas de traspatio, en países como México; como así también una gran valoración de los productos producidos y consumidos a nivel local, actualmente denominados en el "Km 0". No obstante, las marcadas preferencias detectadas en el consumo de ciertas especies indica la necesidad de una mayor diversidad en el consumo.

En este contexto, surgen como desafíos dar respuesta a los requerimientos para la expansión de las huertas urbanas familiares, generar disponibilidad de espacio y promover capacitaciones, las que debieran ser llevadas a cabo desde instituciones y entidades públicas y privadas. En tal sentido, será prioritario en cada país latinoamericano la intensificación de la comunicación a la población de los resultados de estudios internacionales que demuestran la necesidad de contar con una nutrición óptima en la población, que implica la incorporación a la dieta de vegetales.

Es decir, que la pandemia en Latinoamérica tuvo efectos positivos en la predisposición a la producción y consumo de hortalizas, pero dejó en evidencia una gran asimetría entre lo que la población cree que consume y lo que efectivamente forma parte de su dieta.

Desde la Asociación Argentina de Horticultura - ASAHO y nuestras universidades de pertenencia (UNCPBA, UCA y BUAP) esperamos con la presente nota haber contribuido a incentivar la producción y consumo de hortalizas en Latinoamérica.

(*) Nota realizada desde la Secretaría de Prensa y Publicaciones de la Asociación Argentina de Horticultura (ASAHO).