El 6 último del corriente mes se publicó una nota del artista Wolfgang Luh en el medio Extra Tip de Kassel, Alemania, donde se refiere a una importante instalación llamada Vollversammlung que el artista enviará a Argentina, más precisamente a Sierras Bayas donde Silvio Oliva Drys impulsa la concreción de Punto Azul Museo. EL TIEMPO dialogó con el gestor cultural para dar a conocer detalles de este importante proyecto que ha tenido difusión en el exterior ante que en nuestro propio país.

Historia y mucho más

-¿Qué es el proyecto Punto Azul Museo?

-Es el haber encontrado en un lugar, Sierras Bayas que siento tan cercana a Azul como a mis sentimientos, un espacio físico que en los metros cuadrados del lugar me posibilitó pensar en algo mucho más ambicioso, algo en el que ofrecer y legar lo que siento como parte esencial en mi vida. Un espacio de difusión y trabajo en gestión en arte. También me moviliza que será un espacio propio que reúne muchos años de trabajo y que ha sumado voluntades. Y vuelvo a reiterar, muchos años de trabajo que aún continúa.

Punto Azul es más que un lugar de exhibición, también tendrá una residencia para artistas y proyectos culturales, una casa de té con una sala dedicada y realizada especialmente para la instalación Vollversammlung de Wolfgang Luh a la que se refiere la nota en el diario de Kassel. Algo inédito y trascendente porque esa instalación y colección de Luh es única. Para comentarte algo se refiere a: más de 2600 cabezas y muñecas de material plástico, goma o celuloide, 68 muñecos de teatro con cabeza de madera, marionetas, cabezas de payaso con cabeza de goma y cuerpo de tela, libros, afiches antiguos y folletos sobre el tema junto a los audios de la música de la instalación, documentación sobre la muestra -que fue exhibida en importantes partes del mundo como en México y España- y ejemplares del libro Wo kommt das Licht her (De dónde viene la luz). Todo esto que nos remite a las historias compiladas por los hermanos Grimm entre otros autores. Según Fritz Fey, fundador del Theaterfigurenmuseum en Lübeck, esta instalación es la colección más extensa de su tipo en Alemania. Tanto la colección como el formato de instalación constituyen algo inédito en nuestro país y en la región.

-¿Su nombre remite a nuestra ciudad?

-No, precisamente. La historia que me inspiró ese nombre se refiere a un texto de Carl Sagan de 1990 llamado Un punto azul pálido, que es una carta que para mí significa un himno a la humanidad. Recomiendo leerlo y si fuera posible, que El Tiempo lo transcriba en esta nota me enorgullecería mucho ya que guarda relación con el nombre. Siento que lo que expresó Sagan es algo que humildemente comparto. Como si alguien en ese escrito me brindara una revelación. Suelo dar clases a mis estudiantes sobre ese texto que considero, aún en estos momentos de pandemia, que nos ha despertado tantas situaciones como humanidad. Cada palabra y pensamiento que nos ofrece Carl Sagan es una sana forma de volver a vernos.

-¿En qué consiste tu museo y en qué se diferencia con tu actual espacio de arte en Azul?

-Consiste en brindar un espacio, trabajar en ofrecer algo más abarcativo que exposiciones temporarias, exhibir una colección de arte, reivindicar la obra de Aberastury, Bessouet y Eolo Pons, que se amplía mostrando una instalación de un gran artista conceptual alemán como Wolfgang Luh. Pensar en un corredor turístico donde la cultura como factor de desarrollo sea algo primordial. Mi espacio en Azul cumple 23 años de estar trabajando de forma ininterrumpida dentro del quehacer cultural de la ciudad y si bien no es un final sí es pensar algo más complejo y amplio, aunque sea a 30 km pero convivirán, al menos por un tiempo hasta que todo defina nuevos caminos.

-¿Por qué llevarán tres nombres las salas?

-El proyecto ya estaba en marcha y Gabriela Aberastury, por esas causalidades de la vida se entrecruza en este camino y a partir de ciertas charlas que derivaron en sueños que empezaron a pensarse juntos, se da la posibilidad y compromiso de que una sala suya junto a la de Norma Bessouet formaran parte del espacio. Donaciones mediante y la entrega generosa de Gabriela en todo este proceso de construcción fue fundamental y le da otra dimensión y trascendencia.

Hay un nombre que llevará la sala general y es el de Eolo Pons, con quien supe cultivar una amistad y que el legado de toda su obra me fue donado por Coca Rodríguez de Pons por voluntad expresa del artista. Esto último con numeroso material de archivo sobre el arte argentino, circuitos de galerías, manuscritos de Giambiaggi, Prelorán, entre otros. Hay todo un acervo que quiero que esté a disposición de todos. Este año he tenido el privilegio de que el MALBA solicitara de mi colección algunas obras y documentos para una exposición que inaugura en marzo y se extiende hasta agosto.

También Gabriela Aberastury donó chapas originales de Aida Carballo, manuscritos, piedras litográficas entre muchas otras cosas más. Todo esto más la colección de afiches y material gráfico que reúno desde hace 25 años generan un acervo para trabajos de investigación sobre el arte argentino y que nuevas generaciones tomen dimensión de esa historia.

-¿Puede nombrar algunos artistas que conforman tu colección?

-Nombrar siempre es injusto. Pero están grandes maestros junto a muchos artistas de la provincia de Buenos Aires que respeto y admiro mucho. Hay obras de las décadas del 50, 60, 70 y 80 y más acá en el tiempo. Siempre una colección implica una mirada, mi propia forma de elegir cada obra que integra la colección, dice de uno mismo, siempre. Supera más de 100 firmas y con orgullo y esfuerzo junto a mi familia hemos sacrificado o postergado muchas cosas para tenerla. Siento que tengo mucho que agradecer a ellos incluso con el tiempo que he restado a momentos que no recuperaré pero que anhelo que ese espacio los llene de felicidad.

-¿Lo sentís como una realización en tu vida el concretar este proyecto?

-Lo siento como una realización que brinda algo nuevo y no solo a Sierras Bayas sino a toda la provincia y el país. Me sumo también a todo un trabajo que se viene desarrollando desde hace años sobre los circuitos de las colonias, emprendimientos privados, que apuestan al desarrollo cultural. La sola instalación de Luh, junto a las obras de Aberastury y Bessouet con trayectorias reconocidas internacionalmente y el mérito de ser ya parte de la historia del arte argentino, ofrecerán algo distinto no solo para Sierras Bayas sino a toda la región.

También este proyecto me ha ligado a jóvenes arquitectos que son parte de la identidad que tendrá Punto Azul. Génova Arquitectura de Victoria Zerdá Braicovich y Juan Ciotta y Camozzi-Zárate Arquitectura de Federico Camozzi y Hernán Zarate. No es solo un trabajo profesional lo que nos une, trasciende eso, ya que pudimos armar un equipo de trabajo con el que he aprendido mucho.

-¿Cuándo se realizará la inauguración?

-Se empezaron a definir muchas cosas y otras aguardan su tiempo. La llegada de la instalación de Wolfgang Luh desde Alemania es algo complejo que requerirá tiempos administrativos, de cierta burocracia en cuanto aduana y permisos, pero todo va iniciando su camino. En breve comienza otra etapa de construcción, la losa de las dos salas cuyos nombres ya dije y que se colgarán las obras de las dos artistas y se suma una terraza que será un patio de esculturas a la intemperie de más de 80 metros cuadrados. La colección está, y aguardará su tiempo para exhibirse de forma completa, será continuar construyendo ese espacio, su hogar y es el desafío que tenemos ahora. Anhelo poder a todos invitar en este año a su apertura, concretar un sueño que ha sumado voluntades y entusiasmos. Por lo pronto no hay fecha pero si trabajo constante para poder vivir y compartir esa inauguración. Gracias por la oportunidad de esta entrevista.

Inspiración

El siguiente texto es el escrito de Carl Sagan llamado un Punto azul pálido que inspiró a Silvio Oliva Drys para el nombre de su nuevo proyecto. A partir de una fotografía de la Tierra tomada por la sonda espacial Voyager 1 desde una distancia de 6000 millones de kilómetros en que la imagen muestra la Tierra como una mota o punto de luz casi imperceptible debido al fulgor del Sol, inspiró en 1990 al científico y divulgador espacial a escribir el siguiente texto.

Un punto azul pálido

Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada "superestrella", cada "líder supremo", cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí - en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.

La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... es desafiada por este punto de luz pálida.

Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad -en toda esta vastedad-, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Asentarnos, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una formadora de humildad y carácter. Tal vez no hay mejor demostración de la locura de los conceptos humanos que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos mejor los unos a los otros, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.