HISTORIAS Y PERSONAJES DEL AZUL. "Revelación de un secreto"

"Modestia aparte, justo es convenir que el coronel Fraga se consideraría bien feliz en el desempeño de su alto cargo, si contara con un personal tan idóneo, tan activo y adecuado para poder indagar, o sorprender hasta las más reservadas y ocultas palpitaciones de la vida de esta gran Metrópoli, como del que dispone el periodismo con su valiente y perseverante falange de reporteros y cronistas.

Uno de nuestros compañeros, el más fino sabueso de la casa en informaciones, ha sorprendido un complot que se tramaba entre varios distinguidos caballeros amigos de un laborioso industrial, para saborear en la más absoluta reserva, en medio de la más cordial intimidad, el triunfo, el éxito de un progreso que por honor y satisfacción de la industria nacional, no debía quedar oculto como se pretendía.

Trátase de la producción de una selecta cerveza negra, conocida en el mundo entero con el nombre de Culmbach, elaborada hasta ahora en Munich, Alemania, sola y únicamente, y a cuyo tipo jamás la industria cervecera, ni de aquende ni de allende los mares logró superar.

Tan exquisito producto es desde ahora un triunfo más de la industria argentina, logrado y obtenido por los señores Piazza Hermanos del Azul y en cuyo establecimiento fabril-cervecero se ha obtenido tras largo tiempo de estudios, ensayos y costosas pruebas, pero coronando la empresa el éxito, el resultado más lisonjero e indiscutible que fuera deseable, y agregando a la producción del país, a los laureles de si progreso una victoria más, tan paciente como modestamente obtenida por un argentino, por el señor Félix Piazza, miembro de la precitada razón social del Azul y director técnico de la fábrica de cerveza antedicha.

Y aquí de nuestro éxito noticioso y de la revelación a 'forciori' del pretendido secreto.

Los modestos e inteligentes industriales señores Piazza Hermanos, convencido del indiscutible triunfo de su elaboración, en el tipo de la preciada cerveza Culmbach, argentina, deseaban corroborarlo con personas peritas, pero sin la menor idea de exhibicionismo ni 'reclam' comercial, toda vez que por el pronto no se creen en oportunidad de introducir en esta plaza su exquisita cerveza.

Decimos, pues, que huyendo de toda divulgación pública, buscaban solamente someter su producto a un informe de personas de innegable autoridad en la materia y al efecto encargaron la interpretación y realización de su proyecto al caballero alemán Arnold Klanke, quien ideando una habilísima estratagema para disponer de un juri compuesto de notabilidades, y que además no se sintiera sugestionado por el conocimiento anticipado de que iba a dar su veredicto sobre la bondad de un producto argentino, convocó a un numeroso grupo de distinguidos caballeros de la colectividad alemana y de su íntima relación, invitándoles a un lunch en los salones del restaurante 'Aue's Keller', sopretexto de gustar una rica cerveza alemana que como ensayo de futura importación, en gran escala, le hablan enviado y la cual deseaba someter a tan respetables y autorizados paladares."

El plan en marcha

"Así, pues, el complot, la conjura, estaba planteada en tan raras condiciones de reserva, que hasta los mismos complicados en ella eran en su mayoría desconocedores de lo que ya tenía conocimiento nuestro avisado cronista y compañero, gracias a indicaciones de un colega del Azul, que le decidieron a correr en busca del fotógrafo y al que pidió su auxilio en calidad de artillería ligera, en previsión de que al efectuar la sorpresa, si se le resistieran los sorprendidos poderlos someter a cañonazo limpio, o lo que es igual, tomarlos infraganti con la gráfica reproducción de sus personas, medios litros, o litros enteros y hasta cívicos y no del Parque, sino de 'Aue's Keller'.

En efecto, aún más estratégico que Kuropatkin en las retiradas, nuestro compañero, acechó el momento oportuno y cuando vio a todos los conjurados escurrirse cual sombras, escalera arriba, a los salones, acercándose repentinamente al organizador de toda la estratagema le rindió en un santiamén con este santo y seña: O grito que eso que van a probar es producto argentino, o usted me lleva del brazo a mi compañero y a mí, para presenciar este nuevo triunfo de la industria patria y dejar la debida y pública constancia de él.

Publicidad sobre los productos elaborados en la Cervecería de los Piazza.

E1 distinguido caballero Klanke, hombre perspicaz, de un sólo golpe se penetró del derrumbe que tal revelación podría ocasionar en sus proyectos, y amable y sonriente se limitó a tomar del brazo a nuestros compañeros para los que sólo tuvo esta breve respuesta: ¡Silencio hasta el fin!

¡El Kaiser puede venir a la Argentina a gustar la incomparable Culmbach!

El ambiente de sociabilidad, de íntima satisfacción, resultaba gratísimo para nosotros; perfectos caballeros todos los concurrentes, fácil nos fue armonizar con ellos; por otra parte, la cerveza es como todas las cosas buenas de la vida, tiene su música y su literatura y por consiguiente allí estaban los representantes de la música de la cerveza y los de la literatura del néctar tentón.

Dos estimables colegas, directores de hojas diarias de la prensa local, nos tendieron sus manos amigas y nos presentaron a los demás invitados; por momentos nos sentíamos alemanes.

El líquido sabroso, desprovisto de esa acritud y gomosidad que suelen tener la generalidad de las cervezas negras, se escanciaba en profundos y recios chops, a cuyos bordes asomábamos con temor nuestros labios, temor que pronto desapareció, pues en lugar de peligrar caernos en su fondo, nos convencimos de que aquel néctar de color acaramelado obscuro era una inofensiva, alimenticia y deliciosa bebida, casi sin alcohol y del que podría gustar la más delicada de nuestras damas."

El momento de la verdad...

"Las bandejas de sandwichs se renovaban con tanta frecuencia como el líquido de los insondables chops y el venerado juri comenzaba a dar repetidas muestras, con guturales y breves sonidos acompañados de expresivos signos afirmativos, dados con la cabeza, de que aquella Culmbach importada era insuperable cuando el señor Guillermo Dussault, vaso en mano, reclamó la atención de sus colegas del tribunal para decirles que aquella cerveza, ni venía de Alemania, ni aun era europea y que en verdad, era un nuevo producto argentino elaborado en el Azul por los señores Piazza Hermanos, de los cuales teníamos entre nosotros al héroe de la jornada, al señor Félix Piazza, preparador técnico del rico néctar que se había confundido por aquellos veteranos y expertos paladares, con la reputada y reina mundial de las cervezas, con la de Culmbach.

Por un instante reinó silencio de estupefacción.

- ¿Aquella cerveza, no era ni aun, alemana?

- ¡¡Imposible!!

Breves, rápidas consideraciones cruzaron, a este tenor, la amplia mesa, para trocarse y estallar en una reacción de leal y caballeroso entusiasmo, exteriorizado por múltiples ¡hurra Piazza! ¡Viva el Azul!

Plácemes sinceros y felicitaciones ruidosamente presentadas, recibió el tan modesto como inteligente industrial, que rehusó categórica y rotundamente el poner aun en venta su producto en esta capital."