Hoy lunes a las 13 horas se dará a conocer en el Palacio de Justicia local el veredicto para Hermenegildo Florio Gorosito, el hombre que al mando de una camioneta que conducía alcoholizado atropelló y mató a la enfermera Blanca Susana Peralta, siniestro de tránsito que se produjo en Azul en los primeros minutos del 12 de enero de 2019.

Así había sido anunciado cuando, durante la tercera jornada de este juicio que tiene como escenario la sala del Tribunal Oral en lo Criminal número 2, el pasado martes 6 del corriente mes las partes dieron a conocer los alegatos.

El debate había comenzado a desarrollarse el 29 de noviembre e incluyó las declaraciones de varias personas que fueron citadas a este proceso, algunas de las cuales comparecieron al día siguiente de iniciado ese juicio oral.

Finalizada la recepción de la prueba testimonial, los jueces Inés Olmedo, Javier Barda y Joaquín Duba -que integran el TOC 2 para este debate- escucharon en la tercera de las audiencias los alegatos de las partes, representadas por la fiscal Karina Gennuso: el abogado Carlos Bevacqua, en su carácter de Particular Damnificado; y Rina Barbieri, la defensora Particular del encausado.

Tanto para la titular de la UFI 6, que tuvo a su cargo la instrucción del sumario penal por el luctuoso suceso, como para el abogado que patrocina a los familiares de la víctima la conducta desplegada por el imputado debía encuadrarse bajo la figura de un homicidio simple "con dolo eventual". Y en ese contexto, ambos pidieron que Gorosito -un azuleño de 59 años que está preso en la Unidad 7 y que pidió no estar presente en la audiencia de mañana- sea sentenciado a doce años de prisión y que también que lo inhabiliten por un plazo de diez años para conducir cualquier tipo de vehículo automotor.

La Defensora Particular del azuleño manifestó su desacuerdo con relación a la calificación penal otorgada a lo que pasó.

Según sostuvo en su alegato, su cliente no desarrolló conducta dolosa alguna en lo ocurrido, que especialmente atribuyó a las malas condiciones en que se encontraba la camioneta con la cual atropelló y arrastró a la víctima sobre la cinta asfáltica durante varios metros hasta causarle la muerte.

Todo esa fatídica escena se había producido sobre la Avenida Mitre, en momentos que Peralta regresaba a su casa en moto, tras haber estado trabajando en el Servicio de Psiquiatría local.

Sin desconocer que Gorosito conducía alcoholizado, a pesar de esa grave circunstancia su abogada le adjudicó un rol fundamental en lo ocurrido a "severas fallas mecánicas" en la Chevrolet C10 que manejaba su cliente.

Cuando el siniestro de tránsito se produjo, a Gorosito lo acompañaba un conocido suyo. Un hombre de quien el imputado, cuando fuera indagado en sede judicial como el probable autor de este homicidio, dijo que era el que manejaba la camioneta, algo que después quedó completamente descartado por tratarse de una versión falsa.

Barbieri solicitó a los jueces del TOC 2 la absolución de su defendido. Y en subsidio, que la condena que reciba mañana sea como autor de un homicidio culposo; a través de la imposición de una sanción que -a su entender- no podía superar los tres años y medio de prisión. Algo que, por el tiempo que Gorosito lleva privado de la libertad, debería derivar en su inmediata excarcelación.

Alcoholizado

Más allá del particular enfoque sobre lo ocurrido que hiciera su Defensora Particular, desde un principio Hermenegildo Florio Gorosito figuró acusado de un homicidio "con dolo eventual", teniendo en cuenta las especiales y graves características que tuvo aquel hecho que protagonizara.

Durante lo que fuera la tramitación de esta causa, esa calificación sostenida por la fiscal Gennuso la avaló en un principio un juez de Garantías y la confirmaron después los miembros de la Cámara Penal departamental.

Gorosito había sido aprehendido no bien sucediera el hecho, lo cual ocurrió en momentos que -según versiones de testigos- intentó darse a la fuga a pie del lugar donde provocó la muerte de la enfermera.

Posteriormente quedó detenido y esa medida de coerción luego fue convertida en la actual prisión preventiva que lo tiene en una unidad penal. Y hasta el momento no han prosperado para él pedidos para que le sea otorgada una medida alternativa a esa que lo tiene encarcelado, los cuales desde sus defensas han estado fundamentados en problemas de salud que padece.

Aquel día en que mató a la enfermera, alcoholizado como estaba el hombre cometió diferentes faltas de tránsito. Entre ellas, cruzar un semáforo en rojo y circular en contramano por una de las manos de la Avenida Mitre hasta impactar la camioneta que guiaba contra la moto que conducía la enfermera. También, chocar en un principio su Chevrolet C10 contra otra camioneta y, al invadir la mano de circulación contraria de la Mitre, pasar por encima de la rambla divisoria y derribar al menos una farola.

Sobre la mencionada avenida, el fatal recorrido que puso fin a la vida de Peralta se inició cuando, tras embestir la camioneta a la moto que la mujer guiaba, el rodado quedó prácticamente enganchado debajo de la C10. Y en esas circunstancias, también el cuerpo de la mujer, que fue arrastrado varios metros sobre el asfalto mientras Gorosito le imprimía una mayor velocidad al vehículo con el que provocó este homicidio.

Desde Mitre, la trayectoria de la camioneta finalizó cuando dobló hacia la calle Leyría, donde terminó estrellándose contra el frente de una vivienda.

En ese entonces, la enfermera que volvía de trabajar ya estaba muerta y su cuerpo yacía debajo de la C10, víctima del inconmensurable y desaprensivo accionar causado por un conductor alcoholizado que no reparó en absoluto sobre lo que era capaz de provocar en un estado así: nada más, ni nada menos, que la muerte de una persona.

EL DATO

En su alegato, además, la Defensora Particular de Gorosito adelantó que un fallo desfavorable a lo pretendido por ella derivará en que el resultado de este debate sea apelado ante instancias judiciales superiores.