La vigencia de la medida cautelar fue dispuesta para un azuleño llamado Nicolás Ezequiel Álvarez, de 28 años de edad.

A través de la resolución más reciente vinculada con su situación procesal, ese joven sigue siendo considerado el probable autor de los siguientes delitos: desobediencia y violación de domicilio en concurso real y dos hechos de resistencia a la autoridad y lesiones leves, también "en concurso real de acciones".

El pasado 19 de septiembre, en un principio, había sido el juez de Garantías Federico Barberena quien convirtió a la detención del encausado en prisión preventiva, la medida de coerción que días atrás ratificaron de manera unánime los miembros de la Alzada departamental: Damián Cini, Carlos Pagliere (h) y Agustín Echevarría.

Lo resuelto en esta segunda instancia implicó que fuera rechazado "por improcedente" un recurso de apelación que había sido presentado desde la Defensa Oficial del investigado, en busca del cese de su prisión preventiva.

Considerando lo que desde la Cámara Penal fue definido como "el contexto de violencia de género en que se enmarcan las graves conductas desplegadas por el encartado en contra de su ex pareja"; el temor a sufrir represalias que la víctima expresara si Álvarez recupera la libertad y que registra más causas en trámite por agresiones anteriores contra esa mujer, desde la Alzada se resolvió confirmar la prisión preventiva del imputado.

El pasado 4 de septiembre el joven había sido arrestado, luego de que ingresara sin autorización y estando vigente una perimetral a la casa donde reside su ex pareja.

En el interior de ese inmueble, a la víctima de este caso de violencia de género la insultó y la tomó del cuello, agresión a pesar de la cual su ex pareja pudo accionar un botón antipánico y convocar a personal policial para que interviniera en lo que estaba pasando.

Agentes del Comando de Patrullas, cuando se hicieron presentes en la casa donde la joven vive, se enfrentaron con Álvarez, quien opuso resistencia a ser arrestado por esa medida que le impedía mantener cualquier tipo de contacto con su ex pareja y acercarse a ella.

En esas circunstancias, en la previa a que pudiera ser reducido y esposado para su traslado a la comisaría donde sigue privado de la libertad, agredió a golpes a varios de los agentes policiales que intervinieron en su aprehensión, provocándole a dos de ellos lesiones por las que después tuvieron que recibir asistencia médica.

"De concedérsele la libertad incumplirá con los requerimientos que desde la magistratura se le efectúen y podría entorpecer el accionar de la justicia, ya sea no presentándose al ser requerido u hostigando a la víctima", se concluyó desde la Cámara Penal para confirmar la prisión preventiva del imputado por estos hechos.