Por Laura Méndez

De la Redacción de EL TIEMPO

Lo noté un poco reacio a las entrevistas, aunque accedió, después de leer un par de notas que se les hicieron, en esta misma sección, a amigos suyos. De todas formas el azuleño del cual hablamos, Germán Brown, se manifestó con muy buena predisposición una vez que tuvo las respuestas en la pantalla. Tiene una historia de vida interesante la cual la plasma en este artículo. Desde el hecho que recibió una beca, ingresó a trabajar a Capital Federal para la multinacional en sistemas de Recursos Humanos y Nómina llamada Meta4. Posteriormente tuvo posibilidades de trabajar en México, sin embargo ese proyecto se truncó y se fueron a España junto a su mujer Valentina y sus dos hijos.

Hoy sigue amando su profesión como el primer día. Durante el transcurso de la nota hace hincapié en la vida en Madrid. Frases como "...Los robos no existen, no se mata para robar, la ropa y la comida son muy baratas", se encuentran su discurso. Pero vamos a conocer más a este personaje que presentamos hoy miércoles.

"He vivido una infancia y adolescencia que ahora volvería a repetir, sin dudas"

-¿Nombre completo y edad?

- Germán Guillermo Brown Rispolo, 50 años.

-¿A qué edad te fuiste de Azul y qué sueños te llevaste en la valija?

-Nací en Azul y me crié en el Barrio Dorrego, teniendo en frente de casa el campo y a tres cuadras el arroyo. Por lo tanto podría decir que no fue una infancia del "centro de la ciudad". Mucho de meternos por el campo y regresar embarrados, jugar en la calle, mucha bicicleta, y pesca de tarariras y bagres sorteando mosquitos y enormes tábanos. En carnaval guerra de globos de agua contra los del barrio Güemes, y mucho fútbol, fanático de Azul Athletic Club.

He vivido una infancia y adolescencia que ahora volvería a repetir, sin dudas. "Abandoné" Azul al finalizar la secundaria en la antigua ENET Nº 1. Me fui a Capital Federal a estudiar Ingeniería en Sistemas (informática).

A la capital sólo la había visitado una vez, en un viaje con Azul Athletic a la cancha de River (directo de Azul a River, en colectivo), así que el cambio fue muy grande. Un chico de pueblo en una gran ciudad, y en realidad a esa edad no recuerdo haber soñado mucho, sólo estudiar y tratar de terminar cuando antes. En los primeros meses lo más lindo era cuando llegaban los viernes cada dos semanas y volver a Azul, llegando en el colectivo "La Estrella" o "El Cóndor" a las 2 de la madrugada directo para ir a Cronopios.

-¿Recordas algún momento en especial de cuando te imaginaste ser informático?

-Sí, lo que más recuerdo es que quería estudiar Ingeniería Electrónica. Y se nota que me sigue gustando, no tiro nada electrónico hasta que no lo desarmo del todo e intento repararlo, más ahora con la ayuda de internet...

-¿Dónde te fuiste primero y cómo es que llegas a estudiar informática?

-No muchos tienen, en el momento de llegar la decisión, bien claro sobre qué es lo que quieren estudiar. Existe la controversia entre "que es lo que más te gusta" y el "para qué eres más apto o más hábil". También se debe valorar y agradecer el esfuerzo económico que hacían los padres en aquel momento para quienes éramos del interior, pensar que en aquel momento no había muchas universidades cercanas a Azul.

Y lo que me pasó a mí fue que al ver que en el plan de carrera de Electrónica estaba la materia química, desistí, odiaba química. Busqué otras carreras que me podrían llegar a interesar y encontré Ingeniería en Sistemas, en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Años más tarde, circunstancias de la vida como conocer a la que es ahora mi mujer, que estudiaba medicina en La Plata, junto con el apoyo de Aquilino González que me consiguió una beca para trabajar en la Contaduría General de la Provincia de Bs. As., hicieron que continuara mi carrera en ésta ciudad (también UTN).

Trabajaba en el departamento de informática por la mañana y estudiaba por la tarde.

Un día vi un cartelito en el tablón de anuncios de la facultad en el que buscaban estudiantes para capacitarlos en un programa y luego entrar a trabajar. Pues me entrevistaron, y luego de aprobar el curso de un mes, me ofrecieron un trabajo en Capital Federal, y el sueldo era de 1500 pesos. En la contaduría cobraba 400 pesos. Pues renuncié a la contaduría, y me fui a trabajar a Capital para la multinacional en sistemas de Recursos Humanos y Nómina llamada Meta4 (www.meta4.com).

-Después ¿qué pasó?, me refiero a ¿cómo llegas a España? ¿Por qué dejas Argentina?

-Meta4 tiene sede en varios países: Argentina, Chile, Perú, México, Francia, Portugal y su sede principal en España (con oficinas en Madrid y Barcelona).

Un día me comentaron de irme a un proyecto a México, para lo cual nos hicimos los pasaportes, iba a ser algo temporal, y ya nos habíamos casado y teníamos dos hijos (Germancito y Josefina). Pero finalmente el proyecto se truncó. Lo positivo fue que ya teníamos los pasaportes y eso le hizo pensar a mi esposa Valentina intentar irnos para España, era la posibilidad de conocer Europa. Así fue que un día estando en la oficina y sabiendo que una persona viajaba a España, le entregué mi currículum para que lo entregara en la sede de Madrid. Creo que al mes, bien temprano por la mañana me suena el celular, llamaban desde RRHH de Meta4 España y las únicas preguntas que recuerdo que me hicieron fueron: ¿Por qué quería ir a España? y ¿si estaba dispuesto a ir con mi familia?, no lo podía creer!. Mis respuestas fueron sí a todo!

Vendimos todo lo que teníamos y luego de los papeleos de rigor, a los 2 meses estábamos ya en Madrid. Nunca olvidaré el aterrizaje del avión, era junio, poco mas de las 20:30 y había un sol pleno.

"La vida es tranquila, te olvidas de la inseguridad"

-¿Formaste familia acá?. Tengo entendido que tu mujer también es azuleña.

-Formé familia en Argentina, mas precisamente en la ciudad de La Plata, donde nacieron nuestros hijos. Pero nos casamos en Azul. Sí, mi mujer es azuleña, se llama Valentina Focaraccio y tiene 2 años menos que yo. Una persona siempre muy positiva, alegre, siempre con ideas de progresar, de mejorar y que siempre me dio el empujón que necesitaba. Mi complemento, la quiero muchísimo. Ella y los chicos tienen ciudadanía italiana, por lo que residen como ciudadanos de la Unión Europea sin problemas. Y yo vine con permiso de trabajo por parte de Meta4, y ya tengo la ciudadanía española (derecho que se adquiere luego de haber residido 2 años de manera legal en el país).

-Contame ¿en qué trabajas y como es tu vida allá?

-Continúo trabajando con Meta4, dicho software informático de recursos humanos y cálculo de nóminas (sueldos) está muy extendido en muchas y grandes empresas acá en España, y por suerte hay trabajo todavía.

El 9 de junio de 2021 hemos cumplido 14 años en España. Desde la llegada hemos vivido en Las Rozas de Madrid, donde está la sede de la empresa, por lo que me quedaba muy cerca del trabajo. El trato que hemos recibido por parte de los españoles (y de toda la sociedad en general porque acá hay mucha gente de otros países) ha sido fenomenal, los argentinos somos los extranjeros a quienes mas aprecian. Hemos cumplido, con creces, el sueño de conocer Europa. Hemos visitado más de 20 ciudades del mundo, conocido distintas culturas y recorrido casi toda España. Aquí todo es más fácil. La vida es tranquila, te olvidas de la inseguridad, los chicos desde bastante pequeños van solos al colegio. Los robos no existen, no se mata para robar, la ropa y la comida son muy baratas. No existe la inflación, los precios son los mismos que hace 14 años (hasta la yerba que llega de Argentina tiene el mismo precio de hace 14 años).

"El desarraigo familiar no fue muy traumático"

-Ahora, vamos por Azul. ¿Qué es Azul para vos?

-Azul es el recuerdo de una muy hermosa infancia, con mi hermano Saúl y unos maravillosos padres que se ocupan de que estemos bien. Nos dieron la posibilidad de criarnos en una barriada con muchos chicos de mi edad y grandes amigos con los cuales todavía tengo la suerte de poder contactar por las redes sociales. Otros amigos diferentes son todos los de la secundaria, los de la ENET, con los cuales tenemos un grupo de WhatsApp. Las redes sociales han permitido que nos sigamos viendo las caras, saber como está cada uno, darnos cuenta de lo rápido que pasan los años y que las características personales de cada uno no han cambiado para nada.

También sigo las publicaciones, y quehaceres del Museo López Claro (Alberto López Claro era mi bisabuelo), y de todo lo bien que lo hacen quienes lo llevan adelante y lo mantienen en actividad constante.

Volvería a elegir Azul para nacer y vivir hasta los 20 años.

-¿Tenes gente aún?

-Sí, mi papá Guillermo, mi mamá Susana y mi hermano viven en Azul. También tengo una sobrina, Catalina, una dulzura de persona. Mi primos Silvina Brown (Matilda disfraces) y Mauricio Brown también siguen en Azul. Por supuesto que también tengo a mi cuñada y a todos los familiares de Valentina, que ellos sí que son muchos.

-¿Por lo que me dijiste no creo que hayas sufrido desarraigo pero decime vos qué te pasó cuando te fuiste?

-Ya ha pasado mucho tiempo y los grandes cambios con Argentina se notan al principio. Nosotros cuando nos vinimos a España, ya vivíamos desde hacía tiempo en La Plata, por lo que el desarraigo familiar no fue muy traumático, pero claro, ahora no nos podemos ver personalmente todos los meses...

Sentimos un gran cambio, pero todo para mejor. Madrid es muy parecido a Buenos Aires en cuanto a la edificación, aunque las calles no son todas paralelas. El tránsito es muy ordenado, no se escucha un solo bocinazo. Si te olvidaste una campera en un banco, puedes volver a la media hora y todavía estará ahí, nadie se la llevará.

Desde el principio nos han tratado muy bien en España y nuestros hijos se han adaptado rápidamente al entorno y con todos sus compañeros de colegio.

-¿Que te parece que le falta a Azul para desarrollarse como ciudad ya sea en el ámbito económico, infraestructura, sociedad?

-Seguramente Azul tenga mucho margen de mejora, pero al no visitarla con frecuencia en los últimos años, no me encuentro en condiciones de darte una respuesta con total seguridad. Podría responderla alguien que conozca muy bien Azul y que además visite con frecuencia ciudades más grandes o del exterior.

-¿Querés mandarle saludos a alguien?

-Saludos sobre todo a mis padres, mi hermano y mi sobrina, recordarles que los quiero mucho y los extraño. Y por supuesto a todos mis amigos, los del barrio Dorrego y los de la ENET con los que contacto habitualmente. También pido mucha fuerza a todos los azuleños que sé que lo están pasando muy mal, sobre todo por la pandemia. En general, los argentinos estamos habituados y entrenados al sufrimiento y a las crisis, y eso les hará sobrellevar la situación y salir adelante.

Agradezco a ustedes haberse comunicado conmigo y hacerme refrescar recuerdos de mi infancia y adolescencia, y también por poder compartir nuestra experiencia.

Saludos.