Policiales
6 de julio de 2019
El Juez de Garantías que interviene en la causa penal iniciada después de que el miércoles que pasó un preso fue asesinado en la Unidad 7 convirtió en detención a la aprehensión del recluso acusado de lo que a escala penal es este homicidio simple.
Fuentes judiciales señalaron que la medida cautelar fue dispuesta luego de que ayer el imputado fuera indagado por el Fiscal que, por lo sucedido en la cárcel de varones de Azul perteneciente al Servicio Penitenciario Bonaerense, está sustanciando una causa penal.
En esa audiencia, llevada a cabo en horas del mediodía de ayer en la sede de la UFIE que está a cargo de José Ignacio Calonje, el recluso imputado, oriundo de Mar del Plata y actualmente de 21 años de edad, declaró.
Voceros allegados a la instrucción del sumario señalaron a EL TIEMPO que, durante lo que fue su testimonio ante el Fiscal, el preso brindó una versión exculpatoria con relación al incidente donde, poco antes de la hora 15 del miércoles que pasó, utilizando una faca de pequeñas dimensiones mató de un puntazo en el pecho a la víctima.
El recluso que murió era oriundo de Azul y tenía 22 años. Fuentes del SPB y judiciales lo habían identificado como Daniel Jeremías Silva Maddío, quien aquel día en que resultara herido fue trasladado al Hospital Pintos, el centro asistencial municipal local al que prácticamente -según versiones de testigos incorporadas al sumario penal- llegó sin signos vitales después de que la lesión que presentaba había afectado su arteria pulmonar.
Ahora está detenido
Ayer en horas de la tarde Juan José Suárez, el titular del Juzgado de Garantías número 3 con asiento en los Tribunales de Azul, convirtió en detención a la aprehensión del preso acusado de cometer este asesinato: un joven llamado Alexis Darío Almada Muñoz.
La medida cautelar fue ordenada por el magistrado dando lugar a un pedido presentado desde la UFIE a cargo del fiscal Calonje, después de lo que había sido esa indagatoria a la que en horas del mediodía fuera sometido el recluso imputado por este crimen.
En su versión brindada ayer en sede judicial, Almada Muñoz afirmó que se defendió de un ataque cuando cometió el hecho. Y dijo también que estaba armado porque sabía que iba a ser agredido por el interno al que terminó matando de un puntazo en el pecho.
Según versiones de testigos incorporadas a la investigación penal, los protagonistas de este hecho habían compartido meses atrás una misma celda, aunque en la actualidad se encontraban en espacios diferentes dentro de la Unidad 7. Otros testimonios señalan que entre ambos ya había problemas desde tiempo antes.
En la escuela
El homicidio ocurrido el miércoles que pasó tuvo como escenario una de las aulas de la escuela del penal.
Poco antes de que se iniciaran las clases, ambos protagonistas de este incidente comenzaron a pelear en ese salón, una situación ocurrida en presencia de docentes, otros reclusos y efectivos del SPB.
Cuando guardias del penal intervinieron para separar a Almada Muñoz y Silva Maddío, el preso que después moriría a causa de la gravedad de la lesión que presentaba en el pecho fue llevado al hospital.
También fue trasladado al centro asistencial municipal el ahora acusado de cometer este crimen, quien resultó con una lesión cortante en uno de sus hombros. Sin que la misma pusiera en riesgo su vida, después de ser curado en el Pintos fue regresado a la Unidad 7
En la previa a que el homicidio sucediera, a pesar del cacheo que hicieron a los internos que habían bajado a la escuela, los agentes penitenciarios no detectaron que los protagonistas de este hecho tenían ocultas entre sus ropas sendas facas que después usaron cuando se enfrentaron.
El Fiscal a cargo de la instrucción de esta causa penal estuvo ese mismo miércoles en que el homicidio se produjo en el penal de varones de Azul.
Además de que se tomaron varios testimonios a quienes presenciaron lo sucedido, en ese entonces se incautaron las armas blancas de fabricación casera que tenían los dos reclusos.
Un dato inédito en torno a este asesinato se relaciona con el lugar donde se produjo. Quienes conocen de cerca lo que es la vida intramuros sostienen que la escuela es un ámbito en el que normalmente no se registran incidentes.
Pero en esta oportunidad ocurrió uno. Y fue de extrema gravedad, ya que un interno fue asesinado por otro en un espacio en el que habitualmente no suelen suceder este tipo de situaciones, lo cual pone en evidencia la vulneración de códigos no escritos pero que existen entre aquellos que están privados de la libertad en una unidad carcelaria.
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