Desde una Fiscalía local se está investigando un caso de presunto abuso policial en el que un joven de 20 años figura como víctima.

Según consta en la denuncia radicada por lo ocurrido, después de que le sustrajeron su gorra en un boliche de esta ciudad el joven acudió a pedir ayuda a efectivos que estaban en inmediaciones del local. En esas circunstancias, uno de los policías le arrojó gas pimienta en los ojos y le efectuó varios disparos con postas de goma que le provocaron heridas en la espalda y la cabeza.

El hecho se produjo durante las primeras horas del pasado día 8 del corriente mes en cercanías a un local que está situado en una de las esquinas de Belgrano y Moreno.

Ese mismo sábado, horas después, acompañado por su mamá el joven agredido radicó la denuncia en sede judicial, en la previa a que por las lesiones sufridas tuviera que ser atendido en el Hospital Municipal “Dr. Ángel Pintos”.

“Es clarísimo el mal accionar policial. Le tiran a una persona por la espalda, que se estaba yendo caminando después de que lo rociaron con gas pimienta”, afirmó en diálogo con este diario la madre del joven agredido, quien por temor a represalias prefirió no revelar su identidad ni la de su hijo.

Además del gas pimienta que afectó su visión, cuando fue atendido en el Pintos al joven le contabilizaron varias heridas por postas de goma. Dos de esos disparos estuvieron localizados al costado de la oreja derecha de la víctima, uno detrás de su oreja izquierda y siete más en diferentes partes de su espalda.

“Yo hice la denuncia por una cuestión de que esa persona no puede seguir en la calle”, expresó la madre del joven agredido con relación al uniformado que le arrojó gas pimienta y después le disparó a su hijo.

“Se tiene que saber quién es -afirmó también en el contacto mantenido con este diario- para que la gente esté al tanto de qué clase de uniformados están en la calle porque con policías así nuestros hijos no están seguros”.

Una gorra

De acuerdo con el testimonio brindado por el joven en la denuncia radicada en Tribunales, aquel sábado ya referido, cuando habían transcurrido unos minutos de la hora cinco, se encontraba junto con sus amigos en el interior de un boliche que está en Moreno y Belgrano.

Estando en ese lugar le quitaron una gorra que tenía puesta. El joven en un principio intentó pedirle ayuda a uno de los patovicas del local. Pero inmediatamente después a que le arrebataran la gorra, se quedó afuera del boliche y acudió a policías que se encontraban en ese entonces en Moreno entre Belgrano y Mitre.

Ante uno de ellos el joven refirió lo que le había pasado y le indicaron que fuera a hacer la denuncia. Pero lo imprevisto vino inmediatamente después, cuando -según consta en la presentación que realizara en sede judicial la víctima- uno de los efectivos de seguridad, sin motivo alguno, le arrojó gas pimienta y después, cuando se retiraba caminando, le disparó por la espalada en varias ocasiones, provocándole así las heridas ya señaladas.

“Él no insultó a un policía ni nada. Le tiraron con saña y para lastimarlo”, declaró la madre de la víctima de este caso de abuso policial. Un hecho por el cual “las denuncias se hicieron como corresponde pero hasta ahora no hay respuestas”, afirmó también la mujer.

Según señaló, ahora “están tapando y ocultando todo. Los jefes no brindan información de quién era el policía que estaba ese día en ese lugar. Si bien toda la Policía no es igual, pido que todo el mundo que sepa algo colabore para saber quiénes estaban ese día a esa hora en ese lugar porque esos son uniformados que manchan al resto”.

“No se entiende lo que quiso hacer esta persona. Nadie tiene una explicación para lo que hizo”, sostuvo también sobre el accionar del policía que agredió a su hijo.

“Él fue a pedir ayuda porque le habían robado la gorra adentro del boliche. Pero le echaron el gas pimienta, se dio vuelta y salió caminando ciego. Y ahí le empezaron a tirar”, reiteró sobre lo sucedido con el joven, a quien le descubrieron las heridas que tenía en la espalda una vez que fue atendido en el hospital, ya que en un principio, por el efecto provocado por el gas pimienta en los ojos, no se había percatado de los tiros que le habían efectuado.

“La Policía está al servicio de la comunidad, para cuidarnos. Por eso digo que esta persona, por llamarla educadamente de alguna manera, no puede seguir estando en la fuerza y en la calle porque no es seguro para nadie. Es un loquito que le tiró por la espalda”, concluyó la mujer.