“Todo parecía indicar que la señora se había descompensado y se había caído. Pero el domingo a la noche, la médica de Policía que se encargó de la autopsia fue quien informó que el cuerpo presentaba golpes y que, en realidad, esto no se trataba de una muerte accidental”, le dijo ayer a la mañana a EL TIEMPO un vocero judicial que contó la manera en que se descubrió este crimen.

El hecho había comenzado a investigarse el domingo que pasó después del mediodía, cuando el cadáver de Celia Edelma Wagner-una docente jubilada que tenía 81 años de edad- fue hallado en la casa donde vivía, ubicada sobre la calle Burgos entre Neuquén y Chubut de esta ciudad.

Una de las vecinas de la víctima de este brutal asesinato tenía una llave de ese inmueble donde Wagner se domiciliaba. Y como desde el día anterior la mujer no respondía a los varios llamados telefónicos que le habían hecho, utilizando esa llave fue posible ingresar a la casa.

Cuando se encontró el cuerpo, que yacía en el fondo de la entrada al garaje, inmediatamente se dio aviso a la Policía. También, a la vivienda concurrió personal médico que constató el deceso de la jubilada.

En un principio se creyó que su muerte había estado ligada a una caída que le provocó un golpe en la cabeza y posterior sangrado, teniendo en cuenta que la mujer, además de su avanzada edad, presentaba dificultades para desplazarse.

Pero ese domingo en horas de la noche, cuando su cuerpo fue trasladado a la morgue para la autopsia ordenada en el marco de la investigación penal que se había iniciado, la médica que se encargó de llevar a cabo esa intervención concluyó que el golpe que la víctima presentaba en su cabeza tenía relación directa con una brutal muerte traumática que, según pudo determinarse después, se produjo el sábado que pasó en horas del mediodía.

“Resulta especialmente relevante el protocolo de autopsia practicado en el cuerpo de quien en vida fuera Celia Wagner, dando cuenta de causa de muerte por fractura y hundimiento de cráneo por un traumatismo severo; que, conforme expone la perito médica, dada su magnitud no puede ser atribuida a una simple caída o auto infligido, sino producido por algún elemento duro de bordes cortantes”.

A esa conclusión -cuando poco antes de la medianoche del lunes último dictó las detenciones de quienes ahora están acusados de haber cometido este asesinato- arribó el juez de Garantías Federico Barberena, de la mano de lo que había revelado la autopsia al cadáver.

Anteayer, efectivos policiales de la Seccional Primera y de la DDI Azul llevaron a cabo las aprehensiones de los ahora imputados y detenidos. Se trata de dos jóvenes, uno de los cuales conocía desde tiempo antes a la víctima.

Laura Margaretic -en turno desde el lunes durante la feria judicial de verano- es quien transitoriamente lleva adelante esta investigación penal, a través de una causa radicada en la UFI 1, la Fiscalía con asiento en los Tribunales de Azul que conduce su colega Marcelo Fernández.

La funcionaria judicial había sido quien, de la mano del resultado de la autopsia y una vez que los presuntos autores de este asesinato pudieron ser identificados y aprehendidos, solicitó el dictado de las detenciones para los dos jóvenes, medidas cautelares que el juez de Garantías Federico Barberena dispuso poco antes de la medianoche de anteayer lunes.

Los sospechosos habían sido arrestados ese mismo día. Y después, los allanamientos en los domicilios de los ahora encausados, procedimientos que se hicieron en las primeras horas de ayer, arrojaron resultados que sustentan con más fuerza ese ilícito que actualmente les están imputando en carácter de coautores: homicidio criminis causa.

En caso de resultar condenados por ese delito implicará que les apliquen la pena máxima que contempla el Código Penal argentino, es decir, prisión perpetua.

Fuentes judiciales y policiales identificaron a los ahora detenidos como Gabriel Ignacio Magariño y Facundo Emiliano López, dos jóvenes que -respectivamente- tienen 19 y 22 años de edad.

Según versiones de allegados a la víctima -testimonios que constan incorporadas a la causa penal que se está llevando adelante- Magariño, que es oriundo de Azul, conocía a la jubilada, ya que en ocasiones anteriores solía trabajar para ella como remisero.

Siendo el chofer de la docente, en una ocasión estuvo sospechado de haberle sustraído unos tres mil pesos, se menciona también en la investigación penal a través de testimonios brindados por familiares de la jubilada asesinada.

En el caso de López, nacido en la ciudad de Ensenada, se sabe que desde meses atrás estaba radicado en Azul y que es amigo del otro acusado de haber cometido este brutal asesinato.

Un fuerte golpe en la cabeza con un fierro

Ahora se sabe que a la docente jubilada -que era la madre de Fernando “Nano” Wilhelm, militante por los Derechos Humanos y periodista que durante varios años formó parte del staff de EL TIEMPO y falleció en noviembre de 2016- la mataron el pasado sábado poco antes de la hora 13.

Ese crimen, que comenzó a descubrirse con el hallazgo de su cuerpo al día siguiente, fue cometido para ocultar el robo del que había resultado víctima la mujer en esa casa ubicada sobre la calle Burgos de este medio donde vivía sola.

En la reconstrucción de lo sucedido se ha podido determinar que el sábado último, después del mediodía, los agresores concurrieron al domicilio de la jubilada.

Los ahora considerados coautores de este crimen ingresaron a la casa de la mujer “contando para ello con la anuencia de la misma, quien conocía al primero de los nombrados -Magariño- por haber tenido una relación laboral previa”, según se cita en la resolución donde se ordenaron las detenciones de los dos jóvenes.

Una vez que ambos estaban en el interior de la vivienda de la jubilada se produjo el robo. Un teléfono celular, dinero en efectivo, joyas de oro, un Smart TV de 48 pulgadas, un autito de colección, una tetera de porcelana, una Cédula Azul y otros elementos formaron parte de los elementos de los cuales se apoderaron los autores de lo que ahora a escala penal es considerado un homicidio criminis causa.

Todos esos elementos la Policía los recuperó durante los dos allanamientos que se hicieron ayer.

“Para consumar el delito y/o procurar su impunidad-se alude también en la descripción de lo sucedido con relación al accionar de ambos jóvenes- arremetieron contra la víctima, golpeándola en la cabeza con un trozo de hierro” que tenía más de cincuenta centímetros de largo.

“Al menos un fuerte golpe a la altura de la sien, desde atrás hacia adelante”, le provocó a la docente jubilada “contusión, hemorragia cerebral, fractura y hundimiento de cráneo” y se tradujo en su deceso, quedando su cuerpo tirado en ese lugar donde al día siguiente de ocurrido el hecho sus conocidos lo hallaron.

Otro elemento de peso en la investigación penal que se está llevando adelante se relaciona con la grabación de una cámara de seguridad instalada en un domicilio cercano a la vivienda convertida en escenario de este crimen.

A través de ese registro es posible observar cómo ambos autores de este hecho huyen de la casa llevándose los elementos robados, después de que la jubilada había sido ultimada de un fuerte golpe en la cabeza.

El auto en el que ambos se trasladaban también fue incautado por la Policía. Se trata de un Renault 9 de color blanco.

En ese mismo vehículo, uno de los imputados solía llevar como pasajera a la docente jubilada, brutalmente asesinada durante ese robo que sufrió en su casa el sábado último.

Cuando los investigadores observaron el video el pasado domingo, en un principio uno de los ahora acusados, Magariño, fue convocado a sede policial con el fin de tomarle una declaración testimonial.

El joven concurrió a la seccional en el mismo automóvil que había sido visto en la filmación, el sábado que pasó, estacionado en la puerta de la casa donde vivía la víctima.

De la mano de la versión brindada por un efectivo de seguridad surgió que “Magariño se hace presente en la seccional policial conduciendo un automóvil idéntico” a aquel que los investigadores visualizaron en la grabación de esa cámara de seguridad instalada en una vivienda cercana a la casa donde la mujer fue asesinada.

Según ese registro fílmico, en el Renault 9 color blanco ambos autores de este hecho llegaron hasta la casa de Wagner cuando el sábado habían transcurrido unos minutos de la hora 12. Y “permanecen escasos minutos en ella, para luego retirarse portando cosas en su poder -un bolso y una manta que parecía cubrir un televisor-, en una conducta enteramente compatible con un desapoderamiento perpetrado, y en cuyo contexto le quitaren la vida a la víctima”, se menciona también en esa resolución que se tradujo en las detenciones de Magariño, que era quien conducía el auto, y López.

Para el juez de Garantías Barberena fue relevante “el secuestro en poder de Magariños -una vez aprehendido el lunes- de una muy importante suma de dinero, que confirma la finalidad de desapoderamiento con la que concurrieron a la morada de la víctima”.

Una casa ubicada sobre la calle Catamarca y un departamento en el barrio Carús se convirtieron en los lugares donde ayer se llevaron a cabo los allanamientos, procedimientos a través de los cuales fue posible recuperar los elementos robados en la casa de la víctima de este asesinato ocurrido el sábado.

Según voceros policiales dijeron, uno de los acusados había sido aprehendido alrededor de la hora 14 del lunes. Y ese mismo día, cerca de las 18.30, en cercanías al primero de los domicilios mencionados fue arrestado López.

Acompañado por otro sujeto, el joven salía de la casa situada sobre la calle Catamarca, inmueble convertido en uno de los objetivos de los allanamientos ordenados en el marco de esta investigación penal.

Después de que se enfrentara con los efectivos de seguridad y se resistiera a su arresto, pudo ser reducido. En ese entonces, llevaba un teléfono celular “de idénticas características al que le habría sido sustraído a la Sra. Wagner”, se indica también en la causa penal iniciada por lo que se creía que había sido una muerte accidental pero que, en realidad, fue un brutal asesinato.

El dato

Hasta anoche ambos imputados permanecían en carácter de detenidos en la sede de la Seccional Primera local. Ayer sólo López había sido indagado en Tribunales. Durante esa audiencia ante la fiscal Margaretic estuvo asistido por Diego Fernández, el defensor General departamental. Si bien el joven declaró, concretamente sobre el hecho “no contestó preguntas”, le dijo un vocero judicial a EL TIEMPO. En el caso de Magariño, había solicitado una prórroga para hoy jueves para cumplir con esa indagatoria a la que será sometido en sede judicial, ante la posibilidad de que ya cuente con la representación de un Defensor Particular en esa causa penal que lo ubica como uno de los coautores de este asesinato.

Hasta anoche ambos imputados permanecían en carácter de detenidos en la sede de la Seccional Primera local. Ayer sólo López había sido indagado en Tribunales. Si bien el joven declaró concretamente sobre el hecho “no contestó preguntas”. FOTOS DDI AZUL/PBA