Escribe: Francisco Bariffi.

“Después de Benjamín hay 65 chicos más en la lista de espera”, me dice Carolina por teléfono. Su hijo tiene 6 años. A los 2 comenzaron a atenderlo en el Hospital de Niños de Azul por problemas en las amígdalas y adenoides. Un año más tarde lo derivaron al Hospital Gutiérrez en La Plata. Ahí los médicos les comunicaron que el problema podía solucionarse con una operación. Tan simple como agregar el nombre de su hijo a la lista de espera.

falta de recursos, como el instrumental necesario para el procedimiento quirúrgico, el Hospital de Niños de Azul sólo pudo ofrecer pasajes de colectivo hacia La Plata. Pero la operación nunca se realizó. “Por una razón u otra la postergaban”, dice Carolina. veces por paros del personal del hospital, otras por insuficiencia de camas disponibles, y, la última vez, este mismo enero, por falta de anestesista.

Una larga espera 

Ya pasaron cuatro años desde que a Benjamín le recomendaron la operación. Entre las distintas consecuencias de la espera, Carolina comentó que el oído derecho de su hijo está a punto de perder su capacidad auditiva de forma completa. Su nariz, por otro lado, tiene poca capacidad de ventilación. A veces Benjamín tiene amneas de más de un minuto. En esos momentos se agarra fuerte del pecho de su madre, buscando respirar de alguna manera.

Como todos los que sufren del colapso de nuestra Salud Pública en este país, la familia de Benjamín se vio en la necesidad de buscar una salida alternativa. Reunir la plata como sea y pagar por la operación en un centro privado. “La idea es que sea antes del invierno”, dice Carolina, mientras se escucha el juego de sus hijos por el teléfono. Cuando Benjamín toma frío su garganta se inflama. A veces el dolor es tanto que sus ganas de comer desaparecen. Así disminuye su energía, la cual se extraña sobre todo cuando Benjamín quiere jugar al futbol. Según su mamá, esa es su actividad favorita.

Apelando a la solidaridad de los azuleños

La operación puede llegar a costar hasta 60 mil pesos. Sin ningún tipo de cobertura médica ni trabajo estable, la familia busca reunir plata de distintas maneras. Por un lado, venden empanadas y bizcochuelos. Por el otro, han dejado urnas para donaciones en distintos puntos de la ciudad. La pollería “Avícola” en Rauch y Belgrano, una carnicería en Yrigoyen y Castellar, y un negocio en Castellar y Olavarría. Junto a las urnas también pueden encontrarse el número de teléfono de Carolina (+ 54 9 2281 633403) y las rifas por la causa. Habrá prendas de ropa para los números ganadores.