A continuación, se transcriben las sentidas palabras escritas por “Nelly” que fueron acercadas a este medio por la dirección del Jardín, expresando la mayor gratitud a toda la comunidad por los años compartidos.

50 años del Jardín de Infantes Nº 908

Hoy repican las campanas de Oro en el Jardín 908 y por ello asistimos alegres y emocionados a tan grata celebración. Campanas de Oro que fueron elaboradas a lo largo de estos 50 años con mucho amor, con mucha alegría, con tesón, esfuerzo, paciencia, dedicación, voluntad, sueños, utopías. En un trasiego que nunca se ha detenido.

El Jardín, como el devenir de la vida, ha sucedido de unos docentes a otros en la constructiva formación de los niños. Nada se ha descuidado.

El niño es un ser íntegro ha ido formándose generación tras generación en su aspecto físico, social, intelectual y creativo dentro de una infraestructura que pasó de ser una vieja y descuidada casona, a una estructura sólida, cómoda, elegante, provista de los elementos necesarios para que niños y docentes crearan y recrearan el diario vivir en una actualización permanente de elementos, de acuerdo a la evolución social, cultural y tecnológica de la época en constante evolución.

Para que esto fuera posible y dejando volar apenas los recuerdos vemos un ir y venir de docentes, esposos, ayudantes voluntarios, técnicos, operarios y un sinfín de colaboradores que pudieron poner la casa de pie, instalar el agua corriente y el gas junto con la escuela 18, revestir pisos, modernizar sanitarios y cocina, cercar por seguridad el edificio, agrandar habitaciones sin descuidar el estilo, remodelar el patio con baldosas y jardines.

El esfuerzo fue largo y sostenido en estos 50 años y justo es reconocer que para alcanzar los logros fue necesario el aporte continuo de otras

Instituciones como la Asociación Cooperadora, Bancos, Mumicipio, Consejo Escolar, la Iglesia cediendo sus instalaciones para eventos, Senadores, el Comercio en general, particulares; especialmente plomeros y gasistas. También la Placita Alberdi, que tanto se ha disfrutado y gozado, teniendo al Jardín como vecino. Unos años más, otros menos, pero siempre se le han hecho mejoras. Por lo que les he comentado y por todo lo que ustedes conocen como vecinos, podemos apreciar lo importante que son las instituciones en el desarrollo de la comunidad. El esfuerzo mancomunado nos hace madurar, crecer y desarrollarnos en plenitud.

La obra humana es colectiva, nada que no sea colectivo es sólido y durable. Aún las grandes obras que nos parecen individuales son el producto de quienes precedieron y sirven para que otros que vengan detrás, sepan aprovecharlas. Deseo se lleven en el corazón la impresión inolvidable de esta jomada de luz y belleza. Hemos gustado la inefable voluptuosidad del éxito y rindo el tributo modesto de mi admiración por el éxito presente y futuro. Finalmente mi agradecimiento a las autoridades del establecimiento por permitir mi participación.

Felices 50 años para todos los participantes do estos festejos.

Nelly Isabel Medina.-