Hay gente que tiene un compromiso constante con la sociedad, con su profesión, con su actividad y otros que, claramente, esperan recibir un sueldo y se “duermen” en sus funciones.

Este último no es el caso de Joaquín Ibarbide, justamente él es un ejemplo de lucha que lleva trabajando cuatro años en talleres con niños y adolescentes de bajo recursos -o no- enseñándoles a tocar instrumentos de percusión.

Recientemente, este año, abrió un taller de percusión para estos chicos que los están acompañando desde hace tiempo, claro que se sumaron otros “nuevos” pero que Joaquín los hace sentir “como en sus casas”.

Además, es importante destacar que si bien los talleres son un proyecto de la Municipalidad de Azul, son pocos los que quedan.

Está solo para ello, es contendedor, es docente, es gestor y muy lejos de “quejarse”, se siente muy orgulloso.

Es así que EL TIEMPO dialogó con Joaquín que está todos los lunes a las 19, en el Balneario en el sector de Cacique Catriel con este mismo taller.

Habló de varias cuestiones aunque se notaba que la pasión y compromiso que tiene con este trabajo se apoderan de su alma.

Las propuestas

“Hicimos una convocatoria abierta desde el taller Batucada Barusan que funciona en el Club San Lorenzo y un poco la idea es hacerlo en el Balneario charlándolo con la gente de la Dirección de Cultura que es de donde surgió esta propuesta para hacer los ensayos los días lunes en el Balneario y de paso hacerle una suerte de promoción turística y ponerle una cuota de valor a la movida del verano”, sostuvo en primer lugar.

Posteriormente, continuó que “la convocatoria está abierta para todos, no hay necesidad de saber tocar, de tener conocimientos. previos, solo que sean mayores de 12 años. Se trata de una propuesta que se titula Samba Reggue que es de San Salvador de Bahía de una escuela muy famosa que se llama `Oludom` que se hizo muy famosa en los años 90 porque grabaron un video con Michael Jackson. Además de garbar y de ser grandes artistas realizan un trabajo de inclusión social, que a menor escala, se asemeja a lo que nosotros”.

Explicó que “le buscamos una orientación para que tenga un fin, porque el Estado se hace cargo en el docente y los chicos son del barrio”.

“Después armamos proyectos finales para que los alumnos se sientan motivados, el año pasado participamos del festival nacional de Samba Reggae para lo cual fuimos invitados y hubo mucha gente importante en el género y establecimos contactos, sobre todo con San Salvador de Bahía para que Azul sea cabecera esto”, especificó.

“Además, tenemos el `Quilombo latino` es el tercer año que hacemos algunas tocada en el mismo Club, y en instituciones o comisiones d ellos barrios, entidades intermedias como el CERECHI que fuimos el otro día”.

“Hay muchas historias de vida”

En segundo término, Ibarbide añadió “es un espacio grande contención porque traspasa una tocada de instrumentos porque a veces es más importante el problema que tienen en la cotidianeidad. Hay muchas historias de vida”.

Señaló que “además los vecinos como están al tanto de todo esto, se acercan y preguntan, consultan. Además como es espacio abierto se incluye gente todo el año”.

En tanto “a nivel profesional, sin exagerar es muy bueno porque son chicos que le meten `garrra`, sino no nos invitarían donde fuimos. Este es el resultado de un camino de hace cuatro años y también hay que entender que las posibilidades de quedarnos en el barrio no las consideramos, sino que queremos trascender. Los chicos aprovechan todo a veces con mayor o con menor cantidad de público, los chicos siempre están”.

Para terminar, sostuvo que “seguimos apostando, a pulmón, nos cuesta todo, pero lo más lindo es rescatar a los chicos que hacen cuatro años que van y que no lo afloja, se esfuerzan, se trabaja, se los lleva a Buenos Aires, a bahía y eso significa que el día de mañana que ellos necesiten de saber un instrumento, lo puedan hacer”.