Por Ing. Agr. Hernán Godoy (*) - Especial para El Tiempo

La presencia de árboles frutales en nuestros hogares no solo añade un toque decorativo encantador, sino que también brinda la gratificación de cosechar nuestras propias frutas. ¿Sabías que es más fácil de lo que pensás? Ya sea que tengas un amplio jardín o un pequeño espacio disponible, cultivar árboles frutales es posible con algunos consejos básicos. Hoy exploraremos cómo seleccionar y plantar estos árboles para disfrutar de su belleza y sabrosos frutos.

Seleccionando la variedad adecuada

Los árboles frutales de calidad en general son injertados y están conformados por dos partes principales: un pie o patrón, que aporta el sistema radicular y un injerto o variedad, que aporta la parte aérea o copa del árbol. En esta unión ambos actúan juntos para que tengamos buenos frutos: las raíces del pie brindan resistencia o tolerancia a enfermedades, a los distintos tipos de suelo, al exceso o déficit de agua y regula en parte el tamaño de nuestro futuro arbolito, mientras que la variedad tiene una gran importancia sobre las características de la fruta.

Cuando elijas un árbol frutal para tu jardín es esencial optar por especies y variedades adaptadas a nuestra región y nuestro clima. Al adquirir asegúrate de que estén sanas, uniformes y claramente etiquetadas con la variedad y el pie que estás seleccionando. Esto garantizará el éxito de tu cultivo desde el principio.

El momento de plantar

El final del invierno es el momento ideal para plantar la mayoría de los árboles frutales. Los frutales que pierden sus hojas en la estación fría tales como duraznero, ciruelo, nogal, manzano, peral, membrillero, etc., se plantan en invierno a raíz desnuda, mientras que aquellos que mantienen sus hojas todo el año (cítricos) se las planta luego que haya pasado el máximo peligro de heladas a fines de agosto o septiembre, siempre con pan de tierra.

Es muy importante brindar a tus árboles frutales el ambiente adecuado para prosperar, por lo que busca plantarlos en un lugar luminoso y cálido, evitando cambios bruscos de temperatura. Debes pensar en el tamaño futuro que nuestro frutal tendrá, así que dejale buen espacio para que crezca. Dale un buen riego al momento de plantarlo sin encharcarlo y regalo con regularidad especialmente durante los primeros años de crecimiento. Para los cítricos (limonero, naranjo, pomelo) debemos tener en cuenta que son sensibles a las heladas fuertes, por lo que debes ubicarlo en algún sector donde tenga algo de protección o considera medidas de protección contra el frío en invierno.

El lugar ideal para colocar nuestro arbolito no se debe inundar, necesitando un suelo profundo y fértil. Hacemos un pozo amplio que sea mayor al ancho y profundidad de las raíces, para que nuestra planta entre cómodamente, colocamos nuestra planta y completamos con tierra negra. Siempre es conveniente atar nuestro árbol a un tutor de madera rígida con hilo de algodón o plástico, para darle protección contra los vientos.

Con un poco de planificación y atención, cultivar árboles frutales en tu hogar es una experiencia gratificante y accesible para todos. Aprovecha la oportunidad de agregar belleza y sabor a tu vida con la simple alegría de cultivar tus propias frutas. ¡Tu jardín te lo agradecerá y tú también!

En un próximo artículo veremos algunos cuidados para mantener sano nuestro árbol y con buena fruta.

(*) Profesor Adjunto Fruticultura. Facultad de Agronomía de Azul - CAIVA