En el calendario peronista, los días 17 son símbolo de la lealtad. El 17 de octubre de 1945 es una fecha fundacional en ese sentido, pero el 17 de noviembre tiene la misma importancia. La lealtad al líder Juan Domingo Perón fue sostenida, alimentada y transformada en acción política a partir de una consigna irredimible: Luche y Vuelve. El peronismo resistió, la Juventud Maravillosa militó el retorno de su conductor, luchó convencida pese a la proscripción y las dictaduras genocidas. Y finalmente, la lucha dio sus frutos: la vuelta de Perón el 17 de noviembre de 1972, a los 77 años y tras 18 de exilio.

La lealtad, lo sabemos bien los peronistas, se milita, se defiende con el cuerpo y se respalda con la vida de ser necesario. Así lo hicieron miles de jóvenes, para quienes el Luche y Vuelve fue razón de vivir y anhelar un país más justo y soberano. Dardo Cabo, Carlos Caride y Cacho Scarpati son algunos nombres ejemplares -junto a los trabajadores y el pueblo argentino- que hicieron de la resistencia peronista el caldo de cultivo para preparar el retorno de Perón. Porque consignas como ésa tienen sentido cuando hay personas que encarnan la transformación social.

Hoy la lucha no cesa. Es otra manera de luchar, otra fisonomía, pero los ideales no se han modificado. "Queremos una Argentina pacífica, poderosa y soberana y una masa de trabajadores unida y feliz como ninguna en el mundo". Mientras las palabras de Evita no resulten extrañas a la realidad que necesitamos seguir transformando, luchar habrá de ser imperioso y una razón de vida impostergable. Evita desea una Argentina pacífica y hoy necesitamos esa paz en nuestro país, tan lacerado por los discursos de odio, la violencia consecuente y la discriminación hacia todo lo que conlleve la esencia peronista. Luchar para cambiar el estado de las cosas que hace que ante cada necesidad se imponga un derecho, sigue siendo una obligación del peronismo.

Luchamos y volvió. En Azul se luchó por aquella vuelta de Perón. La resistencia, también en esta ciudad tuvo parte de su esencia. Jóvenes con valentía y leales a este movimiento revolucionario, generosamente expusieron sus vidas por la causa peronista. Protagonistas heroicos en el contexto de aquella gesta esencial para entendernos como el movimiento transformador del país más grande en los últimos 80 años. Arturo Ibarra, Mario Laurini y el "Negro" Ríos, fundadores de la JP en Azul y artífices de un legado que nutrió la militancia de la Juventud Maravillosa de los 70, donde otros compañeros como el "Paisano" Frías y Julio Varela encarnaron la lucha por la liberación nacional que ha sido reconocida en el mundo entero. Nuestro tributo a esas generaciones maravillosas es permanente, la memoria guarda pero también promueve y en ellos reconocemos a los imprescindibles de esta militancia que hoy continua. Los reconocimos en infinidad de actos, publicaciones, incluso en una placa de mármol -colocada hace ya unos cuantos años en el ingreso a la Municipalidad de nuestra ciudad- donde están gravados sus nombres. Y ahora en esta nota, que fundamentalmente se motiva en eso: abrazar su memoria y llevarlos como bandera hacia la victoria.

Peronismo 26 de Julio.