COMENZÓ ANTEAYER Y SIGUE MAÑANA . El juicio oral por el crimen de una docente jubilada: apuntes de la primera audiencia

UN CRIMEN BRUTAL.- Desde anteayer viernes lo ocurrido con Celia Edelma Wagner, que tenía 81 años de edad cuando la mataron en lo que está definido a escala penal como un homicidio criminis causa, es materia de un juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Azul.

Los probables autores del crimen son dos jóvenes: Facundo Emiliano López y Gabriel Ignacio Magariño Vásquez.

El primero de ellos es nacido en Ensenada y tiene 27 años. El otro imputado es azuleño. De 25 años de edad, era quien conocía a la víctima por haber trabajado de manera informal para ella hasta tiempo antes a que fuera asesinada.

El ilícito que les atribuyen a título de coautores contempla, en caso de condena, la pena máxima: "prisión perpetua".

A través de lo investigado, hipótesis nuevamente planteada en el inicio del debate desde la Acusación, a Celia Edelma Wagner la mataron mediante el empleo de un trozo de hierro de más de cincuenta centímetros de largo. El elemento con el que la golpearon en la cabeza.

Su deceso está situado como ocurrido en horas del mediodía del 18 de enero de 2020 en el interior de la casa donde vivía sola, ubicada en Burgos entre Neuquén y Chubut. E implicó, además, que le fueran robadas diferentes pertenencias.

Recién al día siguiente de sucedido el crimen, luego de que sus familiares no tuvieran noticias de ella a pesar de varios llamados telefónicos que le habían hecho, a la docente jubilada la encontraron sin vida.

En un principio se creyó que la lesión en la cabeza que presentaba había obedecido a una muerte accidental. Concretamente, a una caída, considerando que presentaba algunas dificultades para desplazarse debido a que había sido operada de la cadera en dos oportunidades.

Pero la autopsia a la que fue sometido el cuerpo se convirtió en el factor determinante para establecer que a la docente jubilada la asesinaron.

Las características de la lesión que presentaba a la altura de la sien se relacionaban con que recibió, al menos, un golpe en la cabeza que le fracturó y le hundió el cráneo.

El trozo de hierro utilizado para ultimar a la víctima fue hallado por personal policial en un cantero de la casa donde ella vivía y ahora es parte de las evidencias incorporadas al juicio que comenzó hace dos días.

LAS PARTES DEL PROCESO.- El fiscal Marcelo Fernández lleva adelante la Acusación en este debate. Y también había tenido a su cargo la instrucción de la causa penal que, a poco de descubierto el asesinato de la docente jubilada, derivaría en las detenciones de los dos jóvenes acusados, luego de que en poder de ambos se hallaran e incautaran varias de las pertenencias robadas a la víctima.

En su alegato inicial, el actual titular de la UFI 1 afirmó que demostrará que Magariño y López son los autores de ese ya referido delito de "homicidio criminis causa". En otras palabras, un asesinato que fue concretado con intenciones de ocultar por parte de sus autores ese robo que la víctima también sufriera.

A su postura adhirió Daniel Pérez Guedes, quien en el debate que se está llevando adelante en el Tribunal 2 que preside Albano Gallicchio e integran también Karina Gennuso y Alejandra Raverta -los encargados de dar a conocer en los próximos días la sentencia para los encausados- se desempeña bajo la figura del Particular Damnificado, en representación de los familiares de Celia Edelma Wagner.

Diego Prado, el defensor Oficial del azuleño acusado, afirmó que lo ocurrido fue un "homicidio en ocasión de robo", delito que ante una eventual condena contempla una pena de diez a veinticinco años de prisión. Una sanción privativa de la libertad inferior a la del "homicidio criminis causa" que le atribuyen a su asistido.

La también defensora Oficial Adriana Hernández, quien patrocina a López, en su alocución inicial ante los jueces planteó la inocencia de su representado y habló de la supuesta existencia de nulidades durante lo investigado.

UNA NIETA DE LA VÍCTIMA.- Anteayer viernes, la etapa de la recepción de la prueba testimonial vinculada con este juicio se inició con la comparecencia de una nieta de Celia Edelma Wagner.

De todos los testigos que pasaron por la jornada inicial del debate, ella fue quien más tiempo estuvo declarando en la sala de audiencias del TOC 2, ubicada en el segundo piso del Palacio de Justicia de Azul.

Radicada en Olavarría, los datos que fue aportando no bien este crimen se convirtió en materia de una investigación penal fueron de fundamental importancia para llegar hasta los dos jóvenes que están acusados de haber matado a su abuela.

A través de sus dichos y en respuestas a preguntas de las partes, la mujer puso especial énfasis en cómo Gabriel Ignacio Magariño Vásquez entabló con su abuela un vínculo laboral que, por sobre todas las cosas, lo convirtió durante algún tiempo en su chofer, ya que solía llevarla a realizar diferentes trámites en el auto que la docente jubilada tenía.

"Era chofer de mi abuela", declaró.

Además, habló de cómo ese joven comenzó a realizarle tareas a la víctima, contando con que Wagner conocía a un familiar suyo.

"No me cayó muy bien", sostuvo al aludir a la primera vez que lo vio a Magariño Vásquez en ese rol de chofer de su abuela.

Aquella primera impresión que tuvo del encausado -recordó- surgió de cuando lo conoció en uno de los viajes que desde Olavarría hizo a Azul, oportunidad durante la cual llegó a decirle a Wagner que el joven "no le cerraba".

También hizo alusión a que, ya para cuando el imputado dejó de trabajar para su abuela, ella se enteró que "le había robado plata".

En el juicio relató que supo de esa situación, ocurrida un día en que el acusado fue con su abuela hasta el cajero de un banco para retirar dinero. Según afirmó la nieta de Wagner, a una parte de esa plata se la había quedado el joven cuando hizo aquella extracción con la tarjeta de la víctima.

Por ese motivo la docente jubilada decidió prescindir de los servicios de Magariño Vásquez, lo cual ocurrió meses antes a que la mataran.

"Me arrepiento de no haber sido más incisiva para que cambiara de chofer", declaró también la nieta de la víctima de este homicidio agravado.

Después, en otro tramo de su testimonio, la mujer se mostró visiblemente emocionada cuando fue consultada por el fiscal Fernández para que hablara de cómo era su abuela.

"Era todo lo que estaba bien", alcanzó a decir entre lágrimas sobre Celia Edelma Wagner. Y agregó: "No veía la maldad en la gente. Era así, dada".

En tanto, con relación a aquel 19 de enero en que viajó a Azul una vez enterada de que hallaron sin vida a su abuela, dijo que en un principio "viajamos pensando que había sido un accidente".

LOS VECINOS QUE LA ENCONTRARON MUERTA.- A Celia Edelma Wagner la unía un profundo vínculo de amistad con otra maestra, también jubilada, que vivía sobre la misma cuadra donde ella residía, en Burgos entre Neuquén y Chubut.

Esa mujer falleció un día antes a que se produjera el deceso de la víctima de este homicidio. Y tenía una copia de las llaves de la casa donde residía Wagner.

El hijo de esa amiga suya y su esposa, dos de los testigos que pasaron también por este debate anteayer viernes, fueron quienes la encontraron sin vida.

El 19 de enero de 2020, cuando poco antes del mediodía ambos ingresaron a la vivienda junto con otra vecina, en un principio creyeron que la docente jubilada no contestaba los llamados telefónicos a causa de alguna descompensación que podría haber sufrido.

"Celia y mi madre eran íntimas amigas, se visitaban diariamente, habían sido maestras juntas", recordó ese hombre en el debate, para después aludir a las circunstancias que derivaron en el hallazgo del cadáver, cuando tanto él como su esposa y otra vecina ingresaron a la casa de Wagner y hallaron su cuerpo, que yacía en el patio, cercano a la puerta de un garaje.

La esposa de ese testigo, al momento también de declarar en el juicio, refirió que no bien encontraron muerta a la amiga íntima de su suegra lo primero que hicieron fue llamar al 911, el teléfono de emergencias de la Policía.

POLICÍAS DEL CPA.- Dos agentes del Comando de Patrullas de Azul, un varón y una mujer que continúan desempeñando tareas en esa seccional policial, fueron los primeros en acudir en un móvil a la casa escenario del crimen, lo cual sucedió cuando faltaban algunos minutos para la hora doce del ya mencionado 19 de enero de 2020, según recordaron ambos en el debate.

A esa altura Wagner llevaba prácticamente un día sin vida y ambos efectivos de seguridad contaron también que, sobre la base de lo que el protocolo establece, inmediatamente dieron aviso de su deceso y preservaron la escena del crimen, en la previa a que personal médico y más policías concurrieran a la vivienda, al igual que un instructor judicial.

Todavía en aquel entonces no se tenían certezas con relación a los motivos del deceso de la docente jubilada, que en un principio se creyó que podría haber sufrido un accidente doméstico. Pero después, necropsia mediante, se determinó que su muerte había obedecido a un brutal asesinato.

LA MÉDICA A CARGO DE LA AUTOPSIA.- Su presencia cerró anteayer viernes la audiencia inicial de este debate.

A esa médica le fue exhibido el trozo de hierro hallado en la escena del crimen. Elemento que, según afirmó, era compatible con la lesión en la cabeza que presentaba la víctima. Una herida cuya magnitud hacía que prácticamente su expectativa de vida fuera nula.

A ese golpe que Wagner recibió, la médica a cargo de la autopsia lo comparó con traumatismos que sufren quienes resultan heridos en violentos siniestros viales.

Al ser consultada sobre cuánto tiempo llevaba muerta la docente jubilada, recordó que podría haber sido alrededor de un día por el estado que su cuerpo presentaba.

Ese lapso temporal coincide con lo investigado, ya que los acusados de haberla matado fueron vistos llegando a la casa de Wagner cuando era alrededor de la hora 12 del 18 de enero de 2020.

El informe de la autopsia, incorporado a la investigación penal llevada adelante, refería que la jubilada murió a causa de un "traumatismo severo" en su cabeza que le produjo la "fractura y hundimiento" del cráneo. Y que, dada la magnitud del golpe que recibió, la característica de dicha lesión no podía estar emparentada con una caída, por lo que era producto de haber sido agredida con algún elemento. En este caso en particular, ese trozo de hierro que luego sería hallado en el cantero de la casa donde la víctima vivía y le fue exhibido a la médica durante su declaración en el debate.

Los jueces del Tribunal 2 Alejandra Raverta y Albano Gallicchio, dialogando durante la audiencia desarrollada anteayer.

LA FILMACIÓN CLAVE.- En el primer día del juicio por el asesinato de Celia Edelma Wagner fue exhibido el registro fílmico que muestra el instante en que, aquel 18 de enero de 2020, los acusados de haber cometido el hecho se retiran de la casa de la víctima en un automóvil Renault 9 de color blanco.

En una pantalla montada en la sala de audiencias del TOC 2, el fiscal Fernández exhibió ese video, que grabó una cámara de seguridad que aún sigue instalada en una vivienda ubicada sobre la misma cuadra, pero sobre la vereda de enfrente, del inmueble donde se domiciliaba la otrora maestra.

La proyección de lo registrado se hizo cuando declaró la vecina que reside en la casa donde tiene instalada la cámara.

Esa mujer fue otra de las testigos convocadas para declarar en la primera de las audiencias del juicio oral.

Considerada una de las evidencias fundamentales en esta investigación penal, a través de esa filmación se observa a los dos acusados ingresando al auto, que guiaba Magariño Vásquez, luego de introducir dentro del mismo diferentes elementos sustraídos a la víctima.

Un televisor de 48 pulgadas -que los autores del hecho se llevaron envuelto en una manta de la que también se apoderaron-, joyas, dinero en efectivo, autitos de colección, una tetera y el teléfono celular de la víctima, que luego sería hallado en poder de López cuando lo aprehendieron como uno de los probables autores de este asesinato, formaron parte del robo.

EN MEMORIA DE LA VÍCTIMA.- Tanto en algunos de los testigos que declararon en el juicio como entre las personas que presenciaron la primera de las audiencias -público que en su mayoría estuvo integrado por familiares y allegados de la docente jubilada asesinada- fue posible observar a varios de ellos con un pin que tenían colocados en el pecho, del lado izquierdo, con una foto de la víctima; a modo de homenaje, recuerdo y, también, en reclamo de justicia por lo sucedido con ella.

Celia Wagner era la madre del periodista Fernando Wilhelm.

Activo militante de los Derechos Humanos, "Nano" falleció en noviembre de 2016 y durante algunos años formó parte del staff de EL TIEMPO.

DOS ACTITUDES BIEN DISTINTAS.- Durante la audiencia inicial de este debate ambos acusados evidenciaron actitudes bien diferenciadas.

Mientras que a Facundo Emiliano López se lo vio dialogando en varios tramos de la jornada con su Defensora Oficial y repasando las actuaciones penales cuando declaraban los testigos, la actitud de Gabriel Ignacio Magariño Vásquez fue otra: muy pocas veces levantó la mirada, que casi siempre la tenía fijada en el suelo.

Desde el público, mientras el juicio transcurría, una familiar de la víctima lo increpó; pero el azuleño imputado continuó sin levantar la vista.

La situación obligó a que agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense que estaban en la sala advirtieran a la joven por lo que había hecho, sin que ese incidente se tornara más grave y derivara en que la retiraran del recinto donde se desarrolla este juicio oral.

LO QUE VENDRÁ.- Este juicio oral sigue mañana lunes, donde continuarán declarando más testigos ofrecidos por las partes.

Según lo referido anteayer viernes, se espera por la presencia de diez más, comunes tanto a la Acusación como a la Defensa de ambos encausados.

Al menos por ahora no se sabe si alguno de los dos imputados declarará en el debate.

Magariño Vásquez lo hizo estando preso por este crimen.

A tenor de lo que establece el artículo 317 del CPP y cuando todavía era asistido por un abogado particular, en esa audiencia había admitido que tanto él como López concurrieron con fines de robo a la casa de la docente jubilada.

En cuanto al asesinato de Wagner, ante el Fiscal de la causa intentó desligarse de lo sucedido, indicando que quien la mató había sido el joven oriundo de Ensenada.

"Yo planifiqué un robo, jamás quise un homicidio", había afirmado el azuleño imputado sobre lo que pasó ese mediodía del 18 de enero de 2020 en que Celia Wagner fue brutalmente asesinada.