"Yo no lo puedo creer todavía", dice Valeria Alustiza sobre lo que hace cinco días sucedió con su abuela Herminia Lirio, la mujer de 81 años a la que un menor que tiene 13 la convirtiera en víctima de un violento episodio delictivo que se produjo en Villa Piazza Sur.

De acuerdo con lo investigado, ese adolescente -no punible para el actual régimen de minoridad- se hizo presente en la casa de la anciana con la excusa de pedirle un vaso con agua. Pero después terminó robándole plata que es parte de la jubilación que ella percibe, ocasión durante la cual también la agredió e intentó violarla.

El menor señalado como el autor de este hecho pudo ser retenido por la Policía esa misma noche en que este robo e intento de abuso sexual sucediera.

Pero al día siguiente, teniendo en cuenta la edad del chico, no prosperó un pedido -formulado desde la UFI 17 a cargo de Mariela Viceconte, la fiscalía donde se continúa instruyendo una causa penal por lo ocurrido- para que, al menos transitoriamente, se ordenara una medida restrictiva de su libertad.

De acuerdo con lo que Alustiza contó ayer en una entrevista con EL TIEMPO, luego de que el menor recuperara la libertad le dijeron a ella que ahora el chico está con su papá.

Sigue vigente para ese adolescente -según lo que ordenara Javier Barda, el magistrado a cargo del Juzgado de Garantías del Joven- una medida cautelar que le impide al considerado autor de este episodio delictivo mantener contacto alguno con la jubilada a la que intentó violar y le robó. Y esa restricción incluye que el chico no pueda acercarse tampoco a los familiares de la anciana.

"Lo único que sé es que el Juez lo largó. Siento mucha impotencia. Me dijeron que se lo habían entregado a su papá", señaló ayer Valeria Alustiza en una entrevista mantenida con este medio, ocasión en que la acompañó su abuela "Peta", la víctima de lo sucedido el pasado viernes cuando faltaban unos minutos para la hora 20.

"Yo lo conozco"

La historia de lo que pasó ya es ampliamente conocida. Y ayer por la tarde -durante la charla con este diario- la contó la propia jubilada, que se domicilia en Villa Piazza Sur, en una casa donde vive sola y está situada sobre la calle Guaminí.

"Este chico es del barrio y llegó en bicicleta. Yo lo conozco", recordó "Peta" sobre las circunstancias relacionadas con el hecho que después el menor cometiera en perjuicio de ella.

"'No me da un vaso de agua'", dijo Herminia que el menor le pidió. "Si hijo, esperá...", contó la jubilada que le respondió.

"Entonces entró y me agarró. Enseguida fue un degenerado, me di cuenta. Me quiso violar", narró mientras a su nieta Valeria se le llenaban los ojos de lágrimas al recordar lo que su abuela -a quien ella considera como su mamá- sufrió.

"Vos le mostrás la foto de este pibe y ella lo reconoce", refirió Alustiza.

Así fue como en un principio, no bien el hecho ocurriera, intervención policial mediante fue posible dar con el menor considerado autor de aquel grave episodio delictivo.

Este mismo jueves que pasó, instantes más tarde a sucedido el ilícito en la casa de la jubilada, efectivos de seguridad retuvieron al chico, que transitoriamente permaneció alojado en sede policial hasta el día siguiente, cuando debido se resolvió que fuera liberado.

La medida se ordenó al no prosperar ese ya mencionado pedido formulado desde la Acusación para que le fuera dictada una cautelar tendiente a restringir -según se solicitaba, por el plazo de treinta días- su liberad ambulatoria.

"Cuando llegué a la casa y le pregunté qué le había pasado, me dijo que la habían violado. Después, para cuando llegaron los peritos, me enteré que a este chico la Policía ya lo había agarrado", contó la mujer sobre lo sucedido el pasado jueves, tras producirse el ilícito que la tuvo como víctima a su abuela.

"Me partieron la vida"

En su teléfono celular Valeria Alustiza tiene todavía las fotos que dan cuenta de la agresión sufrida por la jubilada.

Concretamente, una serie de imágenes sobre hematomas que estuvieron localizados en la cola de la víctima, originados cuando el menor -que también está acusado de haberle robado unos ocho mil pesos que "Peta" guardaba debajo del colchón de su cama- intentó accederla carnalmente; aunque finalmente no pudo lograr ese cometido.

"Ella está golpeada. Tiene la cola muy golpeada", señaló la nieta de la jubilada, lo cual -también refirió- sucedió cuando el adolescente comenzó a agredir a la anciana y la empujó contra un sillón, donde después le quitó la ropa con intenciones de someterla sexualmente.

"Los primeros en auxiliarla a ella fueron sus vecinos", dijo Alustiza. Después, con la llegada del personal policial, el reconocimiento de su agresor que hiciera la jubilada -a través de una foto del menor en las redes sociales- se tradujo en la retención del considerado autor de lo sucedido.

"La Policía fue muy atenta, llegó enseguida", destacó ayer en la charla la nieta de la vecina que fuera atacada hace cinco días.

Desde la Fiscalía interviniente en esta investigación penal, lo sucedido había sido definido como "un hecho de extrema gravedad" en ese escrito formulado el pasado viernes, en busca de que se ordenara la medida para restringir la libertad del menor, el pedido que luego fuera rechazado por el Juez de Garantías del Joven.

En esa misma resolución, el magistrado consideró que existían otras alternativas previas a disponer esa cautelar. Motivo por el cual, además de la ya señalada perimetral que le impuso al chico -tendiente a proteger a la víctima de este hecho y sus familiares- ordenó pericias psiquiátricas y psicológicas para el adolescente y la intervención en su situación, considerada de extrema vulnerabilidad, de organismos del Estado especializados en Niñez y Adolescencia.

"A mí me partieron la vida, es muy delicado todo esto que pasó", dijo ayer Valeria Alustiza. "Todo esto me tiene muy shockeada, estoy muy nerviosa. Pareciera que me hubiese pasado a mí", confesó finalmente la mujer, quien por estos días decidió llevarse a su abuela con ella porque teme que pueda ocurrirle algo a la jubilada si continúa viviendo sola en esa casa donde fue atacada.

EL DATO

Una cuestión importante, surgida también de la resolución que se tradujo en la liberación del chico de 13 años señalado como el autor de este hecho, indicaba que de haber sido ordenada la restricción transitoria de su libertad se habría suscitado un inconveniente con relación al eventual lugar para que fuera alojado. Al respecto, en todo el ámbito de la provincia de Buenos Aires no existen establecimientos con cupos para albergar a menores que cometen algún ilícito y no hayan cumplido los 14 años de edad.