Los reporteros gráficos o fotoperiodistas cumplen un rol fundamental al momento de dar a conocer una información. Su labor es realmente de un irrefutable valor, ya que posee características documentales y forma parte de la construcción de la historia.

EL TIEMPO dialogó con tres representantes emblemáticos de esta profesión, quienes han dejado una huella y una marca registrada en la ciudad a través de sus imágenes: José Berger, Jorge "Chino" Maciel y Héctor Marcial García, el "Flaco".

En el marco de esta charla, los reconocidos fotoperiodistas locales se refirieron al trabajo que desarrollaron como reporteros gráficos de este diario.

José Berger contó que "en su momento tuve la oportunidad de ingresar al Servicio Penitenciario y no lo hice por entrar a trabajar al diario y la verdad es que no me arrepiento para nada de la decisión que tomé".

"Un trabajo que me gustó muchísimo"

El primero en tomar la palabra fue José Berger, quien recordó que ingresó a desarrollar tareas en este matutino en el año 1979, cuando los reporteros gráficos eran su hermano Carlos Berger y el recordado Antonio Tamburo, quien es considerado como un verdadero referente de la actividad por muchos de sus colegas.

"Después se fue mi hermano y quedamos Antonio y yo. Más adelante comenzaron a hacer reemplazos, primero, el Chino y después el Flaco", contó.

En ese contexto, Maciel mencionó que "ingresé a reemplazarlo al Tano Tamburo porque se iba a Europa. Enseguida me encontré con lo que es esta historia porque siempre practiqué la fotografía. Era una especie de hobby al cual canalicé a través del diario y con todo lo que siguió después".

"Realmente es un trabajo que me gustó mucho. Yo soy bastante introvertido, no me doy mucho, y en el diario con la gente que laburé en su momento logré abrirme y conocer muchas personas y lugares a los que quizás no siendo reportero gráfico no tenés acceso", refirió Maciel, quien comentó que, por ejemplo, "a mí el fútbol no me llegaba mucho y aprendí a hacer fotos de cancha gracias a este trabajo".

"Es una manera diferente de trabajar. Antes mucho más, cuando había que revelar las fotos y te estaban esperando para poder terminar las notas", rememoró Maciel, para luego señalar que

"profesionalmente laburé como fotoperiodista -poco tiempo- solamente en el diario y en alguna que otra publicación. Después cuando largué acá me dediqué a otras cuestiones fotográficas, como las Sociales".

La tecnología y sus avances

Los tres fotoperiodistas que entrevistó EL TIEMPO destacaron el cambio rotundo que provocaron los avances tecnológicos en lo que a este trabajo se refiere.

"Yo empecé a trabajar con plomo. Era un trabajo artesanal para el armado. Más adelante apareció el fotolitio, que se realizaba con una trama especial para que pudieran imprimirlas en las páginas. Después llegaron las películas, que había que revelar y copiar. Era muy lindo lo que hacíamos en el laboratorio", dijo José Berger.

Además se aludió a que "al principio si vos querías sacarle, por ejemplo, una foto a un hombre que le daba una mano al otro, tenías que disparar una décima de segundo antes porque sino no tenías la foto. Había que tomarle la mano al tema".

"La primera máquina digital que hubo en Azul la tuvo Antonio Tamburo y era una Mavica con discos. Andábamos con el bolso llenos de disquetes y por ahí se te rayaban y te quedabas sin fotos", añadieron los fotoperiodistas.

Anécdotas y recuerdos

En ese contexto fue que recordaron cuando Maciel sacó una foto a la que se le puso un pie para que circulara a manera de broma por la Redacción; pero en una distracción alguien la colocó en el canasto en el que iban las imágenes que a la postre serían publicadas y al otro día... salió en las páginas de EL TIEMPO.

"Hubo periodistas que no fueron a trabajar por dos o tres días", rememoraron entre risas cómplices los tres.

"También salió alguna que otra foto mal publicada. Una que recuerdo es una que decía 'Una bella señorita que cumplió 15 años' y había un gaucho jineteando", dijo Berger despertando las carcajadas de sus colegas.

"Realmente es un trabajo que me gustó mucho. Yo soy bastante introvertido, no me doy mucho, y en el diario con la gente que laburé en su momento logré abrirme y conocer muchas personas y lugares a los que quizás no siendo reportero gráfico no tenés acceso", destacó Jorge Maciel.

Inundaciones, elecciones y "D10S" en Boca

En otro tramo de la charla, Berger apuntó que se desempeñó como reportero gráfico en EL TIEMPO durante 23 años y que "soy el único que he tenido la suerte de jubilarme como fotógrafo".

Entre los hechos más destacables que tuvo la oportunidad de reflejar a través de imágenes en las páginas de este matutino, José hizo alusión a la inundación de 1980. "Eso fue terrible. Estuvimos trabajando tres días sin irnos a dormir a casa. Recuerdo que saqué hasta una vaca arriba de una planta", expresó.

También evocó un hecho importante para la vida democrática de este país: las elecciones de 1983. "Empezamos muy temprano el domingo y terminamos a las 6 del lunes. Me acuerdo que en la Escuela 17 había colas desde antes de las 7 de la mañana para votar", indicó.

Igualmente Berger, con algo de orgullo xeneize en sus palabras, dijo: "También le saqué a Maradona jugando en Boca en el año '82".

"Conocer el trabajo y hacerlo responsablemente"

Al ser consultados respecto a cuál es la trascendencia de la labor de un reportero gráfico en la construcción de una nota periodísticas, Berger, Maciel y García consideraron que "para nosotros es bastante importante".

"Una foto muchas veces tiene injerencia en tomar determinada posición. Entonces tenés que pensar qué foto sacás. Hay que tratar de ser muy objetivo al cumplir con la tarea", opinó Maciel.

A su vez, García hizo hincapié en que la imagen "es una porción de la realidad de lo que estás mostrando. Si hay diez riéndose y uno llorando y vos le sacás a este último, lo que ve la gente es eso. Por eso es muy importante conocer el trabajo que se realiza y hacerlo muy responsablemente".

"¿A mí me vas a preguntar?... ¿Qué te voy a decir?....es la vida", dijo el Flaco García al momento de describir su profesión.

Un reportaje fotográfico

En otro tramo de la entrevista, Héctor García recordó una visita que realizó por iniciativa propia a un circo brasilero que había llegado a Azul, donde solicitó permiso para reflejar el trabajo que realizan los artistas durante toda una jornada.

"Estuve 24 horas tomando imágenes y pude compartir todo el día con los artistas. Después fui al diario y se las presenté a Marcial Luna, que estaba a cargo de la Redacción. Le pareció muy bueno el trabajo, hizo los pies de foto y sacó dos o tres páginas de reportaje fotográfico. Debe haber sido la primera vez que salió algo así", manifestó el reconocido reportero gráfico, quien también se ha desempeñado como fotógrafo de todas las gestiones municipales desde la de Rubén César De Paula hasta la actualidad.

"Es la vida"

Sobre el final de la nota los tres reporteros gráficos hicieron hincapié en los sentimientos que les genera el desarrollo de esta profesión.

"A mí me encanta. En ocasiones estoy medio quieto, pero siempre estoy sacando alguna foto. Es una de las cosas que más me gustó, trabajar como fotoperiodista", consideró Maciel.

A su turno, Berger aseguró que "en su momento tuve la oportunidad de ingresar al Servicio Penitenciario y no lo hice por entrar a trabajar al diario y la verdad es que no me arrepiento para nada de la decisión que tomé".

"¿A mí me vas a preguntar?... ¿Qué te voy a decir?....es la vida", concluyó el Flaco García.

Antonio Tamburo: al maestro, con afecto

Dos imágenes que datan del 31 de julio de 2009. Ese día Antonio "el Gringo" Tamburo inauguró una muestra con sus fotos en el Museo López Claro. Aquella exposición se convirtió en la excusa ideal para que sus colegas le rindieran un merecido homenaje.

Durante la entrevista, José Berger, Jorge Maciel y Héctor García también resaltaron la figura de Antonio Tamburo, un emblema del fotoperiodismo -no sólo de EL TIEMPO sino de toda la ciudad- que falleciera en septiembre del año 2013.

"El Tano entró de muy chico como cadete al diario y después fue aprendiendo la profesión con Aldo Grande, que cuando se fue a vivir a Mar del Plata lo dejó como reemplazo", recordó Berger.

Ante lo mencionado anteriormente, Maciel subrayó la perspicacia que tenía Tamburo para desarrollar su labor: "Cuando fue el intento de copamiento del Cuartel de Azul había muchísimos medios nacionales, pero el único que logró sacar fotos fue él. Por eso las imágenes del Tano ilustraron las páginas de muchos medios", marcó.