Por Laura Méndez de la Redacción de EL TIEMPO

La Boca de las Sierras es un lugar extremadamente hermoso, confortable y tranquilo que exceptuando ahora que estamos en cuarentena, es una zona donde la gente asiste, tanto a tomar mate, a caminar, hacer trekking o simplemente a disfrutar de esta naturaleza tan valiosa que tenemos en Azul.

Ocurre que hasta el momento no hay un servicio gastronómico, es decir hay que llevarse todo lo que se requiere para un almuerzo o merienda para poder proyectar un disfrute.

Pero esta desventaja culminará pronto ya que esta zona tendrá su propio complejo turístico.

Es decir habrá un lugar donde disfrutar con todas las comodidades y otro para los comensales que deseen complacerse sin llevar el dichoso pic-nic.

En enero del corriente año se rubricó un convenio para que la compañía Procesadora de Carnes en Azul S.A. tome posesión del Complejo Turístico Boca de las Sierras para su explotación turística.

Por ese motivo EL TIEMPO dialogó con el presidente de la Sociedad Anónima, Daniel Arrastúa, quien contó en qué consistirá este proyecto.

Es importante destacar que una de las cuestiones para subrayar es que se generarán fuentes de empleo. De hecho ahora se está buscando personal para trabajar allí.

"La idea es lograr que el parador se transforme en un punto de referencia para Azul"

En principio, el presidente de la Sociedad Anónima, Arrastúa contó que "nosotros habíamos estado observando que el parador es un lugar muy lindo como para poder desarrollar un proyecto que si bien no tiene mucho que ver con la parte agropecuaria, decidimos buscar otro rubro y pensamos en Azul".

Sobre por qué están apostando por esta ciudad, Arrastúa mencionó que "creemos que esta ciudad nos ha visto crecer a nosotros, al igual que a nuestras familias".

"Así que nos presentamos a licitación, salimos adjudicamos, cumplimentamos todo lo que pedía el Municipio. De ahí en más comenzamos a desarrollarlo", sostuvo.

Alternativas varias

De la misma manera describió cómo será este proyecto y por qué áreas estará dividido cuando culmine.

"Por un lado habrá un maxi kiosco con reposeras canadienses para que se pueda pasar un fin de semana en familia, con amigos y por otro, en el mismo parador, se va a desarrollar el restó bar en el cual habrá mesas con sombrillas en la parte externa, comidas típicas en la zona y en sus comienzos se trabajará viernes, sábados y domingos", informó.

Consultado sobre los precios, comunicó que "serán los del mercado".

Acerca del objetivo sostuvo que "la idea es lograr que el parador se transforme en un punto de referencia para Azul. Es decir, los turistas vengan a Azul y digan 'tengo que ir al Parador'". Está hecho en referencia a ese pensamiento. Estamos trabajando mucho en la parte digital, hasta el momento se hizo una serie importantes de obras como dotar la zona de energía eléctrica".

Además, señaló que "se está acomodando un sistema de riego, se pintó todo, se arreglaron los techos, la cocina para ponerlo en condiciones y ya trabajar lo antes posible. Durante esta cuarentena hemos podido trabajar con un poco más de tranquilidad".

Así que es probable que en principio estival esté abierto al público.

También mencionó que este es un proyecto inclusivo y aclaró por qué.

"Estamos en conversaciones con la subcomisión de turismo del CEDA, también estuve con Gustavo Ridao que tiene el refugio de las Sierras, vamos a desarrollar actividades con los chicos de La Oveja Negra que organizan, cada año, el Pullu Callel".

Incluso generará fuentes de trabajo, de hecho ya estamos buscando personal para trabajar".

Para terminar, Arrastúa recordó "El Malón" que se encuentra ahí mismo, la obra de Carlos Regazzoni que tanto valor cultural tiene.

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