"No hay genios, no hay nada especial acá, las únicas especiales son las pizzas. Este es un laburo colectivo, comunitario", dijo Kekena Corvalán en la inauguración de Sudoestada Bonaerense en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Petorutti, en La Plata. Y en su humorada, la curadora asoma ideas muy serias: la exposición que convoca la obra de artistas oriundos, fundamentalmente, del sudoeste de la provincia de Buenos Aires basamenta su curaduría en la expresión artística de varias comunidades (que hacen a la comunidad Sudoestada) que "llegan" al Petorutti sin malograr sus señas particulares: territorio, lenguaje, formas de habitar, problemáticas, denuncias. Hablamos, ergo, de identidad.

Una curaduría elaborada y resguardada con afán por Karina Ruíz -la ex directora del Museo López Claro que la subsecretaría de Cultura cesanteó por razones que aún se desconocen-, Lucía Engert y la mencionada Corvalán.

Luego de lo que fuera la inauguración del sábado 27 de agosto, en el marco de la celebración de los 100 años del museo provincial, la posibilidad de asistir a la exposición se extenderá durante todo septiembre.

Son 30 los artistas que forman parte de Sudoestada Bonaerense, provenientes de: Azul, Benito Juárez, Junín, La Plata, Lanús, Merlo, Moreno, Munro, Olavarría, Olivos, Pehuajó, Tandil, Tigre más CABA, Bariloche y Resistencia.

Silvina Mele, Paula Albornoz, Pino Giménez, Martín Meza, Laura Roth y Laura Paterno son los artistas que -a través de pinturas, bordados y esculturas- territorializaron a Azul en el centenario museo bonaerense. No los únicos: Santa Beibi y Putite de Mamá (An y Patricio Ruiz) también se integraron, a través de performances, en esa impronta curatorial.

Algunos de ellos -integrantes de nuestro Colectivo- hablan en esta nota, recién llegados desde La Plata, de nuevo en el territorio que dota a su expresión artística de la quintaesencia que llaman identidad.

"La estética de la obra de los integrantes del Colectivo llamó mucho la atención"

-Sudoestada: un concepto, pero también una coordenada geográfica, un sentido de pertenencia, una identidad. ¿Cómo abordaron -como grupo- la producción de la muestra a partir de esa idea?

-Lo que se propuso desde la curaduría (que en nuestro caso fue más que nada Karina) es trabajar el tema del territorio: cómo llevamos la ciudad de Azul, las problemáticas que teníamos a La Plata, para mostrar allí el arte del interior como denuncia o reflejo de conflictos.

La muestra, curatorialmente estaba dividida en secciones. Silvina, Pino y Martín se agrupaban bajo el nombre de "La Disputa". La Poética de las Masitas, de Lucía Engert, habla de esa relación de sentidos: para Capital es cookies, para las adyacencias capitalinas es galletita y para el resto de la provincia es masitas.

Después, Paula, Laura Roth y Laura Paterno estaban enmarcadas (sus obras) en la curaduría de Karina, basada en todo lo que es el territorio, de cómo defiende cada uno su territorio.

Federico Rovituso -director del Petorutti- plantea abrir el espacio, que el museo, dado que es provincial, pueda destacar a todos los artistas de la provincia de Buenos Aires. Karina armó el grupo y entre los integrantes hubo, todo el tiempo, un intercambio en el proceso de elaboración de la obra; contar qué íbamos a hacer y cómo justificaríamos eso que estábamos haciendo.

Se trabaja de manera muy profesional; el artista debe hacer, en esa etapa primaria, una bio micropolítica y un statement, que puede entenderse (si lo simplificamos mucho) como todo aquello que argumenta y motiva la expresión artística de cada quien.

-La identidad territorial estuvo presente a cada instante en todo este largo proceso creativo y curatorial.

-Es muy cartográfico, habla del cuerpo como un límite, es decir: cuál es tu territorio, qué lugares habitás, por dónde transita tu obra. Eso es significativo, dado que permite visibilizar tu actividad, qué cosas tengo en cuenta para mi obra ya que ésta va a ser vista o juzgada por criterios disímiles de jurados diferentes. Lo que hicimos, en definitiva, fue pensarnos a nosotros mismos. Azul lo que recibe siempre es la estética de Capital, es como que estás produciendo para Capital Federal y no tenés una obra propia del centro de la provincia. Y Sudoestada logró eso: que la obra de nuestro territorio termine yendo a La Plata.

No se trataba de agradar la imagen estética de Capital Federal, de falsificar una pertenencia. Eso nos pasa cuando mandamos obra a un Salón de Buenos Aires. Es muy difícil que el del interior (sea bonaerense o el resto de las provincias) entre como seleccionado en un Salón Nacional como el de Bellas Artes. Ya hay una estética tan fuerte en Capital que provoca que sólo sean admitidos quienes replican esa estética.

-Hablemos de cómo permeó -en la estética, en el argumento- el contexto de la emergencia cultural que, en buena medida, es simiente del Colectivo de Artistas Autoconvocados.

-La estética de la obra de los integrantes del Colectivo llamó mucho la atención. Pudimos comprobar que al compartir algunas problemáticas con artistas de otras ciudades, lo que estábamos diciendo -nuestro "mensaje", por así llamarle- no se alejaba demasiado del mensaje del resto. Me refiero a obras de artistas de ciudades que no son La Plata o Capital. Nuestra obra terminó amalgamándose con otras y dando forma a una gran obra, Sudoestada. Diferentes ríos desembocando en el mismo mar. Eso es también Sudoestada: el planteo de una misma problemática, relacionada con nuestro territorio y las dificultades que tenemos para poder exponer fuera de nuestros espacios más comunes, más cercanos, propios si se quiere.

-¿Cuál consideran que es el sentido político preponderante en su participación de esta muestra?

-Sudoestada tiene como marco teórico la Curaduría Afectiva de Kekena Corvalán. Esa curaduría piensa un museo abierto hacia la diferencia, un museo con perspectiva de género, un museo diverso, sin determinismos, es decir, el museo que durante mucho tiempo representó lo que no había que decir, la connotación negativa. Todo aquello que ha venido siendo condenado socialmente, señalado como patológico, aparecía ahí como esencia de lo que se quería mostrar en un museo.

Se incluyó en la curaduría las performances de Santa Beibi y de Patricio y Ann Ruiz. Elles también son de Azul. Incluso, una artista presentó el cumpleaños del colectivo LGTB con una torta y una bandera...podías sacarte fotos tirando serpentinas. Hablamos de representaciones que son impensadas para otra concepción de museo y de expresión de la identidad. Merece ser destacada la apertura que practica Federico Rovituso desde la dirección.

-¿Qué implicancia tiene ser parte de Sudoestada para el devenir del Colectivo?

-Vamos logrando afianzarnos como grupo. También, poder lograr vínculos necesarios para poder seguir trabajando en función de los objetivos que tenemos, que es empezar a generar actividades. Pudimos charlar sobre esto con Kekena, por ejemplo, quien nos brindó su apoyo incondicional y se abren las puertas para nuevos vendavales.