Mujeres privadas de libertad de la cárcel femenina de Azul elaboraron juegos didácticos, mobiliario y hasta un caballito mecedor en madera que fue entregado al Colegio Inmaculada Concepción de la localidad de Azul.

La experiencia solidaria en la previa de Navidad se desarrolló en la Unidad 52 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y contó con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Juan Martín Mena.

Sobre los trabajos

Lo producido en el taller de costura y carpintería, dependientes de la Dirección de Trabajo del SPB, fueron 25 juegos didácticos tipo ta-te-ti, ludo, rompecabezas y memo test, dos juegos de sillas y mesitas, 15 muñecas de trapo realizadas con telas donadas por la institución católica "Caritas" y lo novedoso, un caballito mecedor, y un camión, ambos realizados totalmente en madera.

Este tipo de acciones se impulsan con el apoyo del gobernador Axel Kicillof y en esta oportunidad el colegio beneficiado fue el "Inmaculada Concepción", desde donde se encargarán de entregar todos los juegos y juguetes al centro de desarrollo infantil San José de la localidad de Azul.

La institución educativa fue quien aportó los materiales con los que las privadas de libertad realizaron toda la producción.

La jefa del la Sección Talleres de la Unidad 52, Yanina Selaya, indicó: "La función del trabajo como formador del sujeto social es una herramienta de inclusión, bajo los valores de cooperación y reciprocidad son un beneficio mutuo para los privados de libertad y para la sociedad toda, forjando dentro del Sector Talleres donde se llevan a cabo las tareas un espacio propio de distracción, compañerismo, y confianza entre ellas y también el personal".

De la entrega participaron el vicedirector del Colegio Inmaculada Concepción, Pedro Castiglione, la directora de la Unidad 52, Amalia Vidal; la jefa de la sección talleres, Yanina Selaya, y la subjefa de tratamiento, Silvina Sambrano.

Vidal destacó que "la relevancia que tiene para toda la sociedad el hecho de que, a través del aprendizaje de un oficio, las personas privadas de su libertad tengan la oportunidad de colaborar con distintas instituciones, es importantísimo. Las puertas de la cárcel siempre estarán abiertas para quienes necesiten de nosotros y apuntaremos siempre a los valores de cooperación y reciprocidad, son un beneficio mutuo para los privados de libertad y para la sociedad toda".

Débora, una de las internas que participó de la confección de los juguetes señaló que durante el año hicieron muchos juegos, muñecas, muñecos de apego, todas actividades que las conectan con la maternidad e instó a que el resto de sus compañeras participen porque "es realmente enriquecedor y transformador el trabajo con las manos".