Se llama Héctor Daniel Armentano, tiene 80 años y actualmente vive junto a su familia en Mar del Plata aunque es azuleño y viene seguido a ésta ciudad. Cuando vivía acá, residía cerca de La Colorada hasta sus 27 años cuando se casó con una mujer de Hinojo y se radicaron en Olavarría donde trabajaba en la sucursal del Banco de la Pcia. De Bs. As. de esa ciudad hasta que lo trasladaron a Mar del Plata. Se jubiló y escribió dos libros "Coplas" y "Antes que nada" aunque él asegura que no postergó su actividad artística, sino que siempre pintó y escribió, exceptuando que nunca publicó hasta después de jubilarse. También contó que sus obras siempre tuvieron los mismos destinatarios: familiares, amigos, y quien estuviera interesados en ésta. Es decir, sus publicaciones no se encuentran en librerías.

En diálogo con EL TIEMPO contó por qué se fue de Azul, que disciplinas artísticas son las que lo atraen, e hizo referencia a sus dos publicaciones. Además, expresó qué es la poesía para él, entre otros aspectos que entendió importante desarrollarlos.

"Estoy muy satisfecho con mis libros porque cumplen el objetivopara el cual fueron editados"

- Sos azuleño, ¿cuándo naciste y quiénes son los familiares que tenes actualmente en Azul?. ¿A qué edad te fuiste y por qué?

-Soy azuleño. Nací un 24 de diciembre de 1944 y hasta los 11 años viví en campos cercanos a la ciudad, más precisamente en La Colorada.

Actualmente y debido a que tanto la familia de mi padre como la de mi madre eran numerosas, a pesar de que yo soy hijo único, tengo primos por parte de ambos, a quienes veo cuando visito Azul. También tengo algunos amigos en Azul y en Olavarría y familiares de mi señora, así que viajamos varias veces en el año desde Mar del Plata a encontrarnos con ellos.

De Azul me alejé definitivamente a los 27 años porque me casé y como digo en uno de mis versos: "Cuando tuve que marcharme/. Por cosas del corazón,/ Colgadas de un lagrimón/ Dejé las ganas de quedarme".

Vivimos un tiempo en Hinojo, localidad de la que es oriunda mi señora, para luego radicarme en Olavarría donde trabajaba en la sucursal del Banco de la Pcia. De Bs. As. en esa ciudad.

-¿Qué pasó después en tu vida... es decir, estuviste en Olavarría y después en Mar del Plata.

-En Olavarría estuve unos 15 años hasta que me trasladaron a Mar del Plata. Con el transcurso de los años estuve en distintas sucursales de esta ciudad y la zona, hasta que, finalmente me jubilé en la casa central.

-Pero tu historia siempre estuvo vinculada al arte, porque escribiste dos libros... ¿Por qué la escritura comenzó a ser parte de tu vida?, ¿quiénes fueron/son tus influencias?. ¿Por qué lo postergaste hasta tu jubilación... me imagino que sos un gran lector... qué lees?

-En realidad, los más de 30 años en el banco, estuve dedicado exclusivamente a mi trabajo; si bien siempre, desde niño y adolescente me gustaba dibujar, pintar y escribir algunas poesías, lo hacía simplemente como una diversión con mis amigos. Nunca se me ocurrió hacerlo con una intención distinta. Actualmente lo que he escrito, lo hice solamente para mi disfrute personal y lo comparto con familiares y amigos, como mis libros que son una recopilación de lo que escribo. No están en librerías. Son ediciones limitadas que obsequio a ellos y a toda persona que pueda sentir algún interés por lo que escribo.

Verdaderamente no he postergado pintar, ni escribir hasta después de jubilarme, simplemente se dio como una actividad recreativa en mis tiempos de ocio.

No soy todo el lector que debería ser en la actualidad, aunque si lo hago en forma digital. Sí, he leído bastante desde siempre; no tengo un tema preferido de lectura. Me interesa la historia y las biografías de los grandes personajes de la misma, de Argentina como del resto del mundo. Generalmente leo de todo: desde Emilio Salgari y las historietas en mi adolescencia, pasando por los clásicos de la literatura hasta Wilburt Smith, por nombrar un autor, quien decía que: "hay que escribir sobre lo que se conoce". Así que tal vez sin darme cuenta haya influenciado en mí, y por eso en algunos de mis versos hablo sobre cosas de mi infancia en el campo, y en mi pueblo donde menciono a mi barrio o del amor, sea filial, maternal, a mi esposa, a un amigo, a un paisaje conocido en algún viaje. En fin: a la vida.

-¿Cómo te fue con los libros, cómo se titulan y de qué se trata cada uno?

-Estoy muy satisfecho con mis libros porque cumplen el objetivo para el cual fueron editados, que como dije anteriormente, era distribuirlos entre familiares y amigos. Además, me reconforta el hecho de ver impreso en un formato de libro, mi manera de ser y de pensar, como un legado a mis hijos y nietos.

El primero de ellos lo he titulado: "Coplas" y el segundo "Antes que nada".

Cada uno es un compilado de mis poesías dispuestas en capítulos que abordan diferentes temas. Ejemplo: amistad, mi lugar, amores, sueños, viajes y también un capítulo con algunas poesías humorísticas.

"Seguiré escribiendo, si no me abandona la inspiración"

-¿A Azul venís seguido?, ¿cuáles son tus proyectos, a corto y mediano plazo?.

-Cada tres o cuatro meses suelo venir y me encanta recorrer mi ciudad, los lugares por los que anduve en otro tiempo, pasar frente a la que fue mi casa, visitar a mis familiares, a mis amigos y disfrutar de esos encuentros.

Mi proyecto a esta altura de mi vida, es precisamente disfrutar de ella, viajar, un gusto que comparto con mi esposa, conocer lugares nuevos, de Argentina y del mundo. Algo que hacemos con frecuencia, dentro de lo posible.

No descarto continuar con la pintura, mi gusto son los paisajes, aquellos que descubrimos en nuestros viajes, por ejemplo.

También seguiré escribiendo, si no me abandona la inspiración, y por qué no, editar un tercer libro con las características de los anteriores.

-¿Volverías a vivir en Azul?

-Claro que sí. Volvería a mi ciudad, por supuesto, pero dadas las circunstancias de mi vida, habiendo construido mí lugar en Mar del Plata es como imposible hacerlo, pero, no obstante, como para compensar, en algunos versos por ahí, digo:

"Volveré, volveré y hasta Azul llegaré/Porque en mi ciudad me espera,/Escondida en cada abrazo/Mi vida entera".

-¿Que dirías de tu poesía?. Cada autor tiene su estilo pero también se caracterizan por algo en especial. En tu caso si te tuvieras que definir como poeta qué dirías o cómo lo harías?, ¿a través de qué palabras?.

-En la introducción de mi primer libro "Coplas", hay una frase donde expreso: "La poesía y el arte en general, son el modo más eficaz de alargar la propia vida". Esa, sería, tal vez, una definición de porqué escribo.

La poesía para mí es un viaje, un espejo del alma y una forma de conexión.

Un viaje porque cada poema es una aventura que me lleva a explorar nuevos mundos. Además, lo es a través del tiempo y el espacio, un recorrido por los lugares donde nací y crecí, los caminos que he transitado, y los momentos que me han marcado. En fin, es como una bitácora de mis vivencias, un retrato de mis raíces. Al escribir, me transporto a esos paisajes familiares y a aquellos destinos que he descubierto, reviviendo las sensaciones y emociones que me dejaron. Es un viaje de vuelta a mis orígenes y una exploración de lo nuevo, un viaje continuo y enriquecedor.

Es un espejo del alma, porque a través de la poesía, uno explora y revela su verdadera esencia y profundiza en su autoconocimiento. A través de ella, reflejo los aspectos más profundos de mi ser: el amor por mis hijos, los amores que han tocado mi vida, y las experiencias que me han moldeado. Mis palabras son una ventana abierta a mi mundo interior, donde plasmo mis pensamientos, sueños, y miedos. Cada poema es un pedazo de mi historia, una expresión sincera de mis sentimientos y una forma de entender y aceptar mi vida. Es un ejercicio de honestidad y vulnerabilidad que me permite conectarme con mi verdadera esencia.

Y es una forma de conexión porque es un puente que une mis vivencias con las de otros, una invitación a que se sumerjan en mis recuerdos y emociones. A través de la poesía, comparto la belleza que encuentro en lo cotidiano y en lo extraordinario, creando un lazo de empatía y entendimiento con quienes se cruzan en mi camino.

Con 80 años de vida, Daniel ha dedicado gran parte de su tiempo a la pintura y la escritura, actividades que siempre le apasionaron pero que tomó con mayor seriedad tras su jubilación. No demuestra que pese al paso de los años uno nunca debe rendirse ante lo que le entusiasma.