La información recibida desde el área de Prensa del Municipio, en la que se dio a conocer que Alejandro Vieyra dejaba de ser el jefe de Gabinete de la administración del intendente Hernán Bertellys para pasar a estar a cargo de la ayer creada "Unidad de Enlace con Organismos Públicos Nacionales y Provinciales", disparó una serie de rumores que después serían confirmados a EL TIEMPO por fuentes confiables: un marcado desacuerdo entre el mandatario comunal y quien fuera -al menos hasta ese momento- el hombre fuerte de su gestión generó en el Gabinete una ruptura que parecía impensada.

Estas discrepancias habrían derivado también en la renuncia al cargo de secretaria General del Municipio de Lucrecia Egger, la esposa de Vieyra.

De acuerdo con lo mencionado a este diario por fuentes confiables, una reunión en la casa de Bertellys -durante la cual el jefe comunal le habría marcado territorio al matrimonio Vieyra, poniendo énfasis en cuestiones relacionadas con la gestión de gobierno- dejó más que en claro quién estaba a cargo del Ejecutivo comunal. Pero también, que entre los principales protagonistas de esta historia ese fuerte vínculo que entre ambos existió desde años atrás ahora quedaba roto para siempre.

La expresión "hacé las valijas... esto hasta acá llegó" reflejaría fielmente lo que fue el saldo de esa reunión, de acuerdo con lo manifestado por algunas de las personas consultadas por este diario, conocedores de los protagonistas de esta historia y de lo que fue la circunstancia en que se dio esta ruptura.

Los alejamientos de Vieyra y Egger generaron sorpresa en propios y extraños. A tal punto, el desconcierto fue mayúsculo cuando el ahora ex Jefe de Gabinete oriundo de Rosario fue convocando a funcionarios y concejales oficialistas para darles a conocer esta decisión.

"Nos tomó a todos de imprevisto", manifestó otra de las fuentes que dialogó ayer con este diario, la cual también mencionó que "el rumor de pasillo es que hubo alguna desavenencia entre ellos". Y agregó: "Todavía está todo muy convulsionado".

Lo que Vieyra les habría dado a conocer a los integrantes del Gabinete y miembros de la bancada de concejales oficialistas es que a partir de ahora se instalaría en La Plata para ejercer un rol diferente, gestionando obras para Azul tanto en la capital bonaerense como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ante los distintos estamentos de Gobierno.

Lo que no se descarta tampoco es que esta ruptura conlleve otros alejamientos en la gestión municipal. Sobre todo, de aquellos funcionarios que forman parte del "riñón" de Vieyra.

Con el alejamiento de quien fuera el principal protagonista de la administración del alcalde azuleño -incluso, desde el surgimiento de Bertellys en el escenario político local- la gestión comenzará a recorrer un nuevo camino.

Seguramente en los próximos días habrá una mayor certidumbre acerca de cómo el Intendente transitará el tiempo que queda de su gobierno, que lo tendrá -según se intuye- como el actor protagónico de una "película" que hasta ayer parecía insospechada.

Lo que aún no se conoce es quiénes formarán parte del resto del elenco. Tal vez el propio Bertellys ya lo sepa; aunque hasta ayer era todo hermetismo por parte de su entorno, desde donde tan sólo afirmaron que el Intendente hablará en los próximos días de lo que ha sido esta ruptura. Totalmente impensada hasta ayer y tan real ahora.