16 de noviembre de 2025
El impacto de las nuevas tecnologías obliga a la humanidad a reinventarse en sus trabajos. El autor de esta nota afirma que la Inteligencia Artificial tiene que funcionar como una aliada en el actual escenario para los empleados. Y que el Estado debe estar presente, con el objetivo de protegerlos en ese contexto de readecuación laboral que ya llegó para quedarse.

Por Lucas Moyano (*)
Sé lo que sentís. Leés las noticias o escuchás "Inteligencia Artificial" y el primer pensamiento que te surge es: "¿Mi trabajo corre peligro?".
Es una preocupación genuina, humana. Pero te propongo que, en lugar de congelarnos, reaccionemos.
La Inteligencia Artificial no te va a quitar el trabajo.
Así lo refirió Jensen Huang, CEO de Nvidia (empresa líder en tecnología), quien dijo: "La IA no te quitará el trabajo, lo hará alguien que sepa usarla".
El dilema, entonces no es la tecnología versus lo humano.
Se trata, eso sí, de la adaptación de la humanidad a una nueva era laboral, que está en pleno cambio y no podemos negarlo.
Los números del Foro Económico Mundial (WEF) son contundentes: 92 millones de puestos de trabajo podrían desaparecer en esta década.
Lo más crudo es que un 41% de las empresas ya planea reducir personal para 2030 ¿El motivo?: porque la IA puede hacer mejor y más rápido diferentes trabajos.
Pero ello seria reducir la información. El titular completo de la noticia es otro; ya que -al mismo tiempo- se crearán más de 170 millones de empleos, lo cual nos permite ver una ganancia de al menos 78 millones de nuevos puestos laborales a nivel global, según puede leerse en una publicación digital.
¿Qué tareas están en la mira?
La Inteligencia Artificial (IA) no debe verse como un monstruo que viene por tu empleo. Hay que verla como un catalizador para la redefinición de los roles laborales.
Su implementación está intrínsecamente ligada al principio de eficiencia, buscando fundamentalmente optimizar el tiempo y los recursos de las empresas u organismos públicos, al absorber aquellas tareas repetitivas, mecánicas y de bajo valor estratégico que consumen una parte significativa de la jornada laboral humana.
Seamos sinceros, la IA viene a optimizar el trabajo en tareas aburridas y repetitivas, tales como todo lo que sea registrar, archivar, agendar o clasificar de forma predecible.
Este dato abre la oportunidad para un debate central en el Derecho Laboral argentino, donde cabe formularse ahora la siguiente pregunta: ¿la falta de adaptación a una herramienta tecnológica por parte del trabajador configura una justa causa de despido?
En este sentido, la introducción de nuevas tecnologías es una modificación a las condiciones de trabajo que activa la obligación patronal de capacitar al empleado.
Un despido por la mera incapacidad para usar una herramienta, sin que la empresa haya provisto la capacitación necesaria y el tiempo razonable para el aprendizaje, es -en principio- un despido sin justa causa.
La clave es adaptarnos
La transición hacia una economía impulsada por la IA es una expansión de oportunidades.
Las proyecciones globales indican que, por cada puesto de trabajo que experimente una automatización total o parcial, el mercado laboral generará un número significativamente mayor de roles nuevos y reconfigurados.
La verdadera ventaja competitiva reside en la adaptación proactiva y el desarrollo de habilidades digitales.
La clave es migrar para, de ser un "consumidor de tareas", pasar a convertirse en un "usuario de poder de la IA".
Los "AI power user" son profesionales de cualquier campo laboral, quienes han aprendido a integrar herramientas de Inteligencia Artificial generativa en su flujo de trabajo diario.
No son genios de Silicon Valley. Son gente como vos, que aprendió a "hablar" con la IA (con herramientas como ChatGPT o Claude, por ejemplo) para ser mucho más productivos.
¿El resultado? Pueden ganar hasta un 56% más de salario que sus compañeros que no dominan estas herramientas.
Las empresas lo tienen clarísimo: una encuesta realizada por Microsoft en 2024 revelaba que el 71% de los líderes prefiere a un candidato que sepa de IA. Incluso, si tiene menos experiencia.
La cobotización
El nuevo paradigma es la "cobotización", concepto que engloba y se traduce en trabajar con la máquina, no contra ella.
Se necesita cambiar de paradigna y pensar que la IA es tu mejor asistente, liberándote de lo tedioso para que puedas concentrarte en lo que sólo vos podés hacer.
Vos sos el Director y la IA, tu potenciador: la Inteligencia Artificial genera borradores, datos. Vos, el humano, verificás, corregís y das el toque de calidad. Aprendé a darle órdenes precisas a la IA (esto se llama "prompting") y verás cómo tu productividad se dispara. Ahora sos el director de orquesta de la tecnología.
Ponete en lugar de Estratega: la IA procesa información; pero vos analizás, creás estrategias, innovás y resolvés problemas complejos. Tu creatividad y pensamiento crítico son ahora más valiosos que nunca.
La empatía: la IA no tiene alma. No sabe de empatía, de liderar un equipo, de negociar con un cliente o de entender una preocupación. Tus habilidades sociales, tu inteligencia emocional y tu capacidad de relacionarte son irremplazables. Esto incluye roles en ventas, coaching, recursos humanos, y cualquier posición que implique una profunda interacción humana.
Adaptación: es el pilar más importante. El mundo cambia. Y tu habilidad para aprender y adaptarte constantemente es tu mayor activo. Capacitate. Buscá cursos, talleres o -incluso- videos en YouTube sobre cómo usar estas herramientas.
Las empresas y el Estado
Queda claro que esta revolución laboral no puede quedar sólo en manos del trabajador. La IA impone una readecuación laboral de la que deben formar parte la empresa y el Estado.
Es necesario que se sancionen leyes para proteger a los trabajadores, conforme a la readecuación laboral.
Para aquellas empresas que buscan obtener mayor productividad mediante IA y así lograr la optimización de sus recursos, se les debe existir la obligación legal de invertir en la capacitación de los empleados en nuevas herramientas tecnológicas, previo a considerar sus despidos.
Es importante que el trabajador se actualice en nuevas herramientas. Pero es necesaria también la actualización de leyes que lo protejan ante nuevos desarrollos tecnológicos.
La idea de estas líneas, estimado lector, es darte ánimo para que te capacites y no te quedes afuera de este mundo laboral. Entiendo el miedo. La incertidumbre es dura. Pero quedarte quieto es el único camino seguro para no integrarte a las nuevas necesidades laborales.
La IA no viene a robarte el trabajo. Viene a desafiarte para ser tu mejor versión profesional. El momento es ahora.
También es necesario exigir a nuestros legisladores leyes que protejan las fuentes de trabajo y obliguen a las empresas a capacitar a sus empleados en los nuevos desafíos laborales.
(*) Especialista en Cibercrimen y Evidencia Digital. Docente y autor del libro "Ciberdelitos, cómo investigar en entornos digitales", de editorial Hammurabi.
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