Dentro de cuatro días, los jueces que están interviniendo en el debate que tiene a un adolescente de 17 años acusado de haber intentado matar a puñaladas a una chica -que tenía 13 cuando este hecho sucedió en Azul, en la vía pública, en noviembre del año anterior- anunciarán si el imputado es merecedor de reproche penal alguno por lo sucedido.

Desde el pasado día 9 del corriente mes, escenario de ese juicio oral está siendo el Palacio de Justicia de Azul. Y en ese proceso, que se lleva adelante a través del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, intervienen los magistrados Luis Surget, Aída Lhez y Marcos Milano.

También lo hacen, pero en representación de las partes, Mariela Viceconte -la fiscal que tuvo a su cargo la instrucción de la causa penal que se había iniciado por lo ocurrido-; el abogado Roberto Dávila, que en el debate está presentado como Particular Damnificado en nombre de la mamá de la menor agredida; y Germán Vena, quien prácticamente desde que este sumario comenzó a sustanciarse estuvo patrocinando al acusado.

Además de que los jueces deberán anunciar este jueves próximo si el adolescente es merecedor de reproche penal por aquel hecho que cometiera, de pronunciarse por la afirmativa los miembros del Tribunal perteneciente al Fuero de Menores tendrán que definir a escala penal el ilícito que le imputan.

Esa decisión estará, seguramente, amparada en los pedidos que las partes hicieron cuando, al día siguiente de iniciado el juicio oral, dieron a conocer sus respectivos alegatos.

Tanto para la Fiscal que instruyó este sumario penal como para el Particular Damnificado, lo sucedido se trató de un "homicidio calificado de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género, en grado de tentativa", es decir, de un intento de femicidio.

En tanto, de la mano de diferentes argumentos vertidos durante el debate, el abogado Germán Vena sostuvo que su defendido, por aquello que había pasado con la chica a la que atacó a puñaladas en la calle, debía ser declarado responsable de un delito menos grave: "lesiones leves".

El régimen de minoridad vigente actualmente en la Argentina indica que en un debate de estas características, una vez que se resuelve si el imputado es declarado merecedor de reproche penal por ese ilícito que le atribuyen en carácter de autor, los jueces que intervienen en el proceso deben disponer la cesura del juicio. También, que ese debate se retoma una vez que el encausado cumple la mayoría de edad, momento a partir del cual se fija una nueva fecha en la que se desarrolla otra instancia donde se anuncia el monto de la pena que recibe por ese ilícito por el que ha sido declarado autor penalmente responsable.

En este caso en particular, el menor de edad acusado recién cumplirá los 18 años en octubre del año próximo, por lo que después de esa fecha -si es que este jueves que viene es declarado responsable a título penal por lo sucedido- recién se conocería la pena que le será dictada, a modo de condena, por este hecho.

No bien sucedido aquel grave episodio en noviembre del año anterior, inmediatamente el adolescente fue arrestado. Y Javier Barda, a requerimiento de la fiscal Mariela Viceconte, convirtió a la aprehensión del menor en detención. Posteriormente, el titular del Juzgado de Garantías del Joven le dictó la prisión preventiva, medida de coerción cuya vigencia los jueces de la Cámara Penal ratificaron en diciembre pasado.

Tanto las medidas cautelares de primera instancia como lo resuelto por los integrantes de la Alzada departamental -incluida, en ambos casos, la elevación a juicio de esta causa- fueron ordenados siempre bajo una misma calificación: la de un intento de femicidio, sin que en cada una de esas etapas por las que atravesó esta investigación penal prosperaran los diversos pedidos formulados por el Defensor Particular del encausado.

Cuatro puñaladas en la espalda a la víctima

Alrededor de la hora 19 del 17 de noviembre de 2020 el imputado atacó brutalmente en la calle a puñaladas a la menor víctima de aquel hecho, quien en ese entonces tenía 13 años.

Escenario de este intento de femicidio había sido la calle Leyría, en cercanías al cruce con San Martín, cuando luego de hacer un mandando la chica regresaba caminando a su casa con una amiga que después se convertiría en una de las principales testigos de lo sucedido.

El agresor había utilizado la hoja de un cuchillo para atacar por la espalda a la menor, a quien le dio cuatro puñaladas.

La amiga de la víctima, al tomarlo de los pelos, logró que el adolescente cesara con su violento accionar y se diera a la fuga.

Al mismo tiempo, la menor logró llegar caminando hasta su casa, desde donde fue trasladada al Hospital de Niños, centro asistencial en el que permaneció internada varios días, con riesgo de vida.

Aquellas puñaladas que recibió afectaron sus pulmones. Y según un informe médico, había resultado con "múltiples heridas en región dorsal que ocasionaron hemoneumotórax y neumotórax que requirieron de tubo de avenamiento pleural para eliminar la sangre y el aire en la pleura".

El padre del adolescente que ahora está siendo juzgado, cuando ese martes 17 de noviembre del año pasado supo lo que su hijo había hecho, inmediatamente lo trasladó a la comisaría para entregarlo. En un principio, desde la Justicia se dispuso que el menor permaneciera aprehendido con custodia policial en la casa de Azul donde vive. Pero al día siguiente de ocurrido el hecho, cuando el Juez de Garantías del Joven le dictó la detención, fue llevado al Centro Cerrado "Leopoldo Lugones".

A fines del año pasado, al ahora procesado lo trasladaron a un instituto de Bahía Blanca. Y actualmente se encuentra privado de la libertad en uno de Dolores, desde donde fue traído a Azul para presenciar las dos primeras jornadas de este juicio que lo tiene como imputado.

Durante la recepción de la prueba testimonial, en el debate declaró la menor agredida.

A modo de últimas palabras que los jueces del Tribunal le concedieron, el acusado habló y admitió haber sido el responsable de lo que sucedió, motivo por el cual se disculpó ante la chica a la que apuñaló e hizo lo propio con los familiares de ella.

En la previa a que sucediera aquel hecho se pudo determinar que ambos protagonistas de esta historia habían mantenido una relación sentimental. Y que luego, cuando la menor decidió cortar con ese vínculo, el acusado de este intento de femicidio comenzó a hostigarla de manera permanente por diferentes medios. Entre ellos, mensajes que le remitía a su teléfono celular. Además, solía seguirla cuando ella -por ejemplo- iba a visitar a sus abuelos.

Como una de las pruebas incorporadas a esta causa penal figuró la captura de un estado de WhatsApp del agresor, donde en referencia a la menor a la que después atacó a puñaladas en la calle había escrito: "Protegete de la lluvia de odio que se te viene encima".

EL DATO:

En sus alegatos, además, la Fiscal y el Particular Damnificado pidieron a los miembros del Tribunal que el adolescente acusado continúe con prisión preventiva hasta cumplir la mayoría de edad y se reanude este proceso judicial para definir, si es declarado responsable a título penal, la sanción que le imponen como el autor de aquel hecho convertido en materia de este debate.

"Que sea un fallo justo"

"Por ahora estamos expectantes", afirmó el abogado Roberto Dávila en diálogo con EL TIEMPO al referirse a lo que está siendo este juicio que continuará dentro de cuatro días.

Como Particular Damnificado en ese proceso judicial, específicamente representando a la madre de la menor agredida, también dijo: "Estamos muy conformes con todo el desarrollo del proceso y particularmente con el debate, donde tuvimos la posibilidad de incorporar todos los elementos de prueba que creemos que son importantes y que van a servir para fundar la sentencia".

"Tenemos la expectativa -expresó con relación a lo que sucederá el jueves, cuando se realice la tercera de las audiencias de este juicio oral, y sobre lo que pueda pasar más adelante- de que sea un fallo justo, que tenga en cuenta la perspectiva de género que necesita este caso y, también, la gravedad de lo que pasó".