SU FALLECIMIENTO. Adiós a Juanjo Giammatolo, enfermero de alma y corazón carnavalero

Por Laura Méndez

De la Redacción

de El Tiempo

Falleció Juan José "Juanjo" Giammatolo a los 66 años. Su partida genera una honda tristeza en la comunidad azuleña, especialmente en quienes compartieron con él su pasión por la enfermería, el carnaval y la vida misma. Juanjo estaba internado en el Hospital Municipal "Dr. Ángel Pintos", el mismo lugar donde trabajó con entrega y dedicación durante más de tres décadas, forjando una trayectoria profesional marcada por el compromiso y el cariño de sus colegas y pacientes.

Se jubiló en 2019, antes del inicio de la pandemia, tras años de entrega en distintas áreas del hospital. Siempre supo que su vocación era cuidar, aliviar y acompañar. Así lo expresaba en vida, con la humildad y la humanidad que lo caracterizaban. Nació y vivió en Azul, en la misma casa de su infancia, lo que reforzaba su identidad profundamente azuleña. A pesar de haber vivido un tiempo en Buenos Aires -adonde se mudó a los 28 años en busca de nuevos horizontes- nunca perdió el vínculo con su ciudad natal.

Fue en la capital donde comenzó a trazar su camino en la enfermería, inspirado por su deseo de ayudar a los demás. Trabajó en clínicas de Traumatología, Ortopedia y en Terapia Intensiva Neonatal. Allí también formó una familia junto a Claudia, madre de sus hijos Leonel y Brian, y dio los primeros pasos en su pasión por el carnaval.

Su regreso a Azul fue definitivo. Gracias a una recomendación, ingresó al Hospital Pintos, donde desarrolló una carrera que lo marcó y que a su vez dejó una huella en todos quienes lo conocieron. "Carismático, hiperactivo y humano más que enfermero", así se definía él mismo. Quienes lo trataron recuerdan a un compañero siempre dispuesto, de buen trato, que jamás tuvo conflictos con sus colegas y que dejó su impronta en cada guardia, en cada sala.

Pero Juanjo no fue solo un enfermero entregado: también fue un artista del carnaval. Su melena larga, los anillos en sus manos, su sonrisa franca y sus modales caballerescos lo hacían inconfundible. Bailó durante 13 años en comparsas como Copacabana y otras tantas. Durante cinco años se destacó en los escenarios porteños, y ya de regreso en Azul, se sumó con entusiasmo a las agrupaciones locales. Fue parte de la comparsa "Yasí Berá", donde su hijo Brian dio sus primeros pasos como músico, y luego compartieron juntos el sueño de "Bailá Zambá", comparsa que fundaron y donde Juanjo bailó mientras la salud se lo permitió.

En el último tiempo, su estado de salud se fue deteriorando. Durante una charla mantenida en 2024 con este diario, confesó que estaba en tratamiento en el Hospital Italiano por arterias obstruidas. A pesar de todo, se mostraba agradecido con la vida, orgulloso de su camino, de sus hijos, de sus nietos y del amor que lo rodeaba. Reconocía con cierta tristeza que "la gente se olvida de uno después de jubilarse", pero aun así mantenía la esperanza, la calidez y el humor que lo hacían entrañable.

En sus últimos años vivió para su familia. Adoraba profundamente a sus hijos Leonel y Brian, y sentía devoción por sus nietos Alexander, Keila y Natanael. Mantenía un recuerdo imborrable por sus padres, a quienes reconocía como los pilares que lo sostuvieron en los inicios de su vida y carrera.

Hoy lo despiden con profundo cariño sus hijos, sus nietos, la madre de sus hijos, su hijo del corazón Poi, sus hijas políticas Yesi y Lore, su hermana Emilse, su gran amiga Chechu y toda la comparsa "Bailá Zambá", quienes lo recordarán con amor, alegría y gratitud.

Sus restos son velados en la sala "A" de la empresa ubicada en Necochea 890 y serán inhumados mañana jueves, a las 9 de la mañana, en la necrópolis local, luego de un oficio religioso en la capilla ardiente.

La familia sugiere que quienes deseen expresar su cariño realicen donaciones al Hospital Municipal "Dr. Ángel Pintos", institución que fue su segunda casa y el lugar donde dejó lo mejor de sí.