El pasado viernes se realizó la charla denominada "Aborrecer el odio, construir la paz" en instalaciones del Club San José, encabezada por el obispo diocesano Hugo Manuel Salaberry y el intendente municipal de Azul, Nelson Sombra, y de la que participaron numerosos representantes de instituciones de la comunidad.

Esta iniciativa fue impulsada por la Banda del Sanjo (hinchada de esa institución deportiva local) y auspiciada por Diario EL TIEMPO. La propuesta está enmarcada en la serie de charlas que comenzaron a desarrollarse en 2016 y de las que participaron jueces de la Corte, fiscales, escritores, historiadores, periodistas y especialistas en diversos temas, remarcándose que "siempre en el marco de reconstrucción del pacto democrático".

En esta oportunidad fueron protagonistas, además del obispo diocesano y el jefe comunal, Claudio Rodríguez, presidente de Cáritas; Ramiro Layús, del CEDA; Jorge Ferrarello, de AECA; representantes del Colegio de Magistrados y Funcionarios Judiciales; Pablo Míguez, del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho; Jorge Menchaca, de la Comisión de Despedidos de Fanazul; Silvina Larre, directora del Hospital Materno Infantil; Gastón Blando, del MTE; Gisella Arbiza, de la Federación de Trabajadores de la Economía Social; Belén Piazza, de Atención Primaria de la Salud; Gustavo Rípoli, de Luz y Fuerza; Tomás Puppio, del Sindicato de Trabajadores de la Justicia Federal; Sergio Yakiche, del Hotel Demetrio; Nicolás Valicenti, de la constructora Felor S.R.L.; las referentes barriales de San Martin de Porres y Villa Piazza Norte, Aracelis Aguirre y Lucía Ivars respectivamente; el oftalmólogo Timar Copello; Fernando Ronchetti, de diario El Tiempo; Gustavo Gómez Pascua, de la Iglesia Luterana Reformada; y los periodistas Héctor "Tito" Silva y Carlos Comparato. De ese modo, se escuchó un abanico de voces de nuestra comunidad.

El obispo Diocesano Hugo Manuel Salaberry refirió que "somos un pueblo de mestizos. Las sangres se han entrecruzado de una manera extraordinaria. A tal punto que cada que viene a este país, al poco tiempo está orgulloso de lo que es, del lugar donde vive". "El que nace aquí, por más que sea hijo de extranjeros, es argentino", algo que no ocurre "en todas partes -puntualizó-. En otras partes tienen que pasar varios años para ver si lo aceptan". En tanto, el obispo Salaberry remarcó la necesidad y "el deseo de trabajar por la paz, sin causar daño, sin violencia; en el aprecio y aceptación de los otros; de la aceptación de lo que somos es de donde brota la verdadera amistad y el verdadero orden común". Esas cuestiones, que hermanan y conllevan a la paz, con las que "nosotros debemos poner en práctica inmediata", destacó monseñor Salaberry.

Por su parte, el intendente azuleño Nelson Sombra, puntualizó: "Lo que hay que atender es lo que cada uno tiene dentro, lo que a cada uno de nosotros nos hace vibrar, lo que a cada uno le genera odio y lo que cada uno de nosotros entendemos que es la paz".

"Tratemos de buscar en estos nuevos tiempos, en estas nuevas formas de comunicarnos, cómo podemos en todo caso trascender el hoy" y además, "tenemos que ver, en definitiva, qué es lo que genera odio. Yo trato de no odiar, sí me enojo, pero no me genera una sensación de odio. Lo siento muy fuerte, muy pesado el tema de odiar". Añadió que "me parece que los desafíos son más que interesantes, que nos tocan en este momento de la vida y estamos acá conscientes de que tenemos algo que resolver".

En ese marco, señaló el jefe comunal, "yo trato de construir hacia adelante. Tener este punto de partida, de tantos vecinos y vecinas, creo que lo tenemos que aprovechar, entendiendo que el desafío también es personal, de poder revernos un montón de conductas, de no etiquetarse en ese vaivén que tiene la comunicación hoy".

"Si nos etiquetamos en grupos creo que le vamos a errar olímpicamente; me parece que es una simplificación plena para no discutir nada", por lo que "tenemos que plantearnos los desafíos que queremos afrontar, cómo nos queremos tratar y cómo de alguna manera -cada uno, en su rol, hará su autocrítica, su reflexión- desde la política, si no entendemos los que participamos en política que la mayor bandera que hay que tener en alto es la ética y la moral, no hay proyecto político, no hay idea superadora, no hay nada que trascienda a nadie, porque no se condice lo que cada uno dice con lo que quiere hacer o con lo que hace. Tiene que hacer el esfuerzo de ser el ejemplo de los demás, en el rol que le toque, y más si asume roles de conducción. No hay otra manera si no es a través del ejemplo".

Sombra reflexionó que "el objetivo es claro y que necesitamos puntos de encuentro de cómo operativizamos esos puntos de encuentro. Creo que tenemos que dejar de lado esas diferencias secundarias, diferencias que estigmatizan, diferencias que están nutridas en el prejuicio, desde esa globalización del individuo".

Además, dijo que "para tener una vida pública feliz, creo que hay que ser parte de esa misma vida pública, no puede estar ajeno; no puede ser un revolucionario de control remoto, no puede estar criticando en la pantalla lo que dice el otro si no se toma cartas en el asunto".

Durante la jornada en el Club San José, destacó que "acá hay una representatividad enorme de nuestra comunidad; me parece que el desafío tiene que ver en cómo damos un segundo paso a este enorme primer paso que hemos dado como comunidad. Me siento plenamente orgulloso de ser azuleño. No sé si pasa esto en todas las localidades, no sé si lo buscan; no sé si lo necesitan. Yo creo que nosotros sí, y por eso sucede y por eso estamos acá".

"Ojalá que cada uno de nosotros pueda poner lo mejor de sí, en el rol que le toca -añadió Sombra-, circunstancialmente como es la vida, para lograr objetivos en común. Para poner ese punto de partida que yo llamo de dónde nos podemos poner de acuerdo. O por lo menos mostrar las cartas de hacia dónde queremos ir y cuál es el beneficio que cada uno pretende". Es decir, explicó, "hasta dónde damos ese amor que pretendemos, hasta dónde son los intereses. Me parece que hay cosas que tienen que ver con lo básico, que tal vez genera paz en el vecino y no genere tanto odio. Tenemos que poner puntos de acuerdo en nuestra comunidad, en principio".

Ese objetivo, dijo finalmente, "en comunidades como la nuestra lo podemos lograr si generamos ámbitos de participación para decir lo que hay que decir y buscar puntos en común para poder desarrollarnos".