UNO TIENE 34 AÑOS Y EL OTRO, 22. Prisión preventiva para los dos acusados del violento asalto que había sufrido una mujer en su casa

En respuesta a un pedido formulado por David Carballo, el fiscal a caro de la UFI 2 que instruye una causa penal por lo ocurrido, las detenciones de ambos encausados fueron convertidas en respectivas prisiones preventivas por Juan José Suárez, el titular del Juzgado de Garantías 3 con asiento en el Palacio de Justicia de Azul.

A través de lo resuelto en primera instancia ayer miércoles, un joven oriundo de esta ciudad y un hombre nacido en Cacharí -respectivamente identificados como Guillermo Alejandro Lizazo (22) y Cristian Rodrigo Navarro (34)- continúan siendo considerados autores del delito de "robo doblemente agravado por haberse perpetrado con escalamiento y por efracción".

Mientras que Navarro había sido aprehendido el mismo día de ocurrido ese robo por el que sigue privado de la libertad, un hecho que data del pasado sábado 5 de abril, Lizazo resultó detenido el jueves de la semana anterior.

De acuerdo con lo señalado por voceros policiales a EL TIEMPO, actualmente el primero de los imputados mencionados está preso en la Unidad 38; mientras que el joven permanece en la 2, cárceles ambas pertenecientes al complejo del Servicio Penitenciario Bonaerense ubicado en la localidad olavarriense de Sierra Chica.

"La magnitud de la pena en expectativa opera en el caso como un dato objetivo que lleva a presumir un riesgo de fuga o elusión del proceso, atento la calificación delictual otorgada y a la escala penal, que parte de un mínimo de tres años de prisión" y "contempla un máximo de diez", escribió el titular de Garantías 3 en lo resuelto para ordenar las medidas cautelares. Y consideró también, analizando las características que tuvo este violento asalto, "las agravantes que se vislumbran". Concretamente, que ese robo que les atribuyen a Navarro y Lizazo se produjo "en la nocturnidad" y "sabiendo que la víctima estaría durmiendo". Situaciones ambas que colocaron a esa mujer "en una mayor situación de vulnerabilidad".

Lo investigado hasta ahora

El hecho por el que Guillermo Alejandro Lizazo y Cristian Rodrigo Navarro continúan privados de sus libertades se produjo durante las primeras horas del pasado sábado 5 de abril en una casa de dos plantas situada sobre las calles España entre Salta y Amado Diab.

Oriunda de Tapalqué y actualmente de 48 años de edad, una mujer que se domicilia en ese inmueble se convirtió aquel día en víctima de este violento asalto.

Sobre la base de diferentes pruebas incorporadas a lo que continúa siendo esta Investigación Penal Preparatoria que lleva adelante el fiscal Carballo, existen elementos que indican que Navarro y Lizazo ingresaron a esa vivienda minutos después de la hora cinco, luego de que ambos se treparon a un portón que tiene más de dos metros de alto.

Una vez dentro de esa propiedad, estando los dos en un patio trasero forzaron una ventana para meterse al living, desde donde luego se dirigieron hasta una de las habitaciones donde a esa hora la víctima estaba acostada.

A la mujer la obligaron a levantarse y le colocaron en la cabeza una bata que encontraron en ese cuarto. Y mediante amenazas de muerte -situación a través de la cual llegaron a apoyarle "un elemento metálico con punta a la altura del cuello", según se describe en las actuaciones penales- comenzaron a exigirle la entrega de dinero y de objetos de valor.

En un principio los autores de este hecho, uno de los cuales actuó a cara descubierta, se apoderaron de una cadena con dos crucifijos y de un anillo, ambos de oro, que hallaron sobre una mesa de luz en ese dormitorio donde la víctima estaba acostada.

Los delincuentes tenían conocimiento que en la casa había una caja fuerte, por lo que le ordenaron a la mujer que les dijera dónde estaba.

De esa manera, luego de que le quitaran la bata que le habían puesto en la cabeza, la trasladaron hasta un quincho ubicado en la parte trasera de la casa. Y con la llave, la obligaron a abrir esa caja de seguridad, de donde se apoderaron de seiscientos dólares y de alrededor de un millón de pesos, según lo que después pudo determinarse en el marco de la investigación iniciada, contando para eso con la denuncia que en sede policial formulara la vecina.

Durante alrededor de media hora, aquel día sábado 5 de abril los asaltantes mantuvieron cautiva a la mujer en su casa. Y antes de darse a la fuga y dejarla atada a una silla con un caminito que tomaron de una mesa, le sustrajeron también dos teléfonos celulares marca "iPhone", una riñonera, un par de auriculares y una campera.

Esa prenda de vestir, tipo parca y de color verde con capucha, la llevaba puesta Navarro cuando aquel mismo sábado en que este hecho se produjo agentes de la DDI Azul ligados a la investigación de este robo lo hallaron en la calle y lo aprehendieron poco antes del mediodía.

Hasta el primero de los detenidos que tuvo este hecho -cuyo actual domicilio en Azul, en el Barrio El Sol, después sería allanado- fue posible llegar luego ser rastreado uno de los celulares robados a la vecina.

Al móvil los efectivos de seguridad lo recuperaron en un terreno, luego de que en ese baldío había sido descartado por Navarro.

Instantes antes, con intenciones de reducirlo, ese hombre se lo había querido vender a una conocida suya. Una mujer que, sabiendo que el "iPhone" era de procedencia ilícita, se negó a comprárselo.

Con relación a Lizazo, el otro imputado que tiene este robo, su detención se había hecho efectiva durante un procedimiento realizado en Villa Piazza Norte por policías de la DDI Azul el pasado jueves 10 de abril. Mismo día en que en horas de la tarde fue allanado el inmueble donde se domicilia, situado también en esa zona de la ciudad.

La observación de varias filmaciones por parte de los investigadores, registradas en diferentes cámaras de seguridad privadas y oficiales, los ubica a ambos encausados, aquel sábado 5 de abril pasado, saliendo a pie de la casa de Lizazo -a la que Navarro llegó en bicicleta- para ir a cometer el ilícito. También, saltando el portón e ingresando a la casa donde reside la víctima.

Además, se los veía regresando juntos luego de cometido este violento robo, en la previa a que el mayor de los ahora encausados se retirara de la propiedad donde vive el joven coimputado en esa bicicleta en la que andaba, llevando puesta la campera sustraída a la víctima y, entre las pertenencias que le sustrajeron a la mujer, el teléfono celular que luego intentaría reducir, en la previa a que -aquel mismo 5 de abril pasado- fuera identificado y aprehendido como uno de los autores de este ilícito.