Hace ya varios años que cada vez que un vecino de Azul se comunica al 911 esa llamada no es atendida en esta ciudad: se recibe en la Central de Atención Telefónica de Emergencias (CATE) que la Bonaerense tiene en Mar del Plata, desde donde posteriormente se informa a la Policía de esa ciudad donde reside la persona que se comunicó para que acuda ante la denuncia formulada.

Esa situación ha generado por parte de la comunidad azuleña varias quejas en reiteradas oportunidades. Y un reclamo de esas mismas características hizo público ahora el comerciante Claudio Tiso, tras haber protagonizado el pasado viernes un hecho donde cuatro menores que ingresaron a su local terminaron sustrayéndole un chocolate valuado en 2.500 pesos.

El hecho sucedió cuando uno de los adolescentes arrebató la golosina de un exhibidor y se dio rápidamente a la fuga corriendo; mientras los demás consultaban al almacenero y su esposa por el valor de diferentes artículos, a modo de maniobra de distracción para que se consumara aquel hurto.

Según contó ayer Tiso en un contacto mantenido con EL TIEMPO, al darse cuenta de lo ocurrido alcanzó a retener a uno de los menores.

Pero la situación se complicó instantes más tarde, cuando tenía demorado a ese chico y, al mismo tiempo, llamó con su celular al 911 para solicitar la presencia de personal policial en su despensa, situada en una de las esquinas de Prat y Rivadavia.

En aquella comunicación telefónica, cuando el almacenero fue atendido en el CATE con sede en Mar del Plata se suscitó el inconveniente del que ahora dio cuenta, ya que durante ese diálogo que mantuvo con la operadora -a pesar de las varias explicaciones que le dio para que pudiera entender con certeza dónde estaba ubicado en Azul su despensa- la demora que se suscitó hasta que efectivos de seguridad concurrieron a su local hizo que el chico al que tenía retenido se diera a la fuga.

El comerciante, ofuscado como estaba por lo sucedido, después decidió no denunciar lo que había pasado cuando cuatro efectivos de seguridad que estaban vestidos de civil acudieron en una camioneta hasta su almacén, en respuesta al referido llamado al 911.

"A la mujer que me atendió le dije que me habían robado", todo lo cual sucedía "mientras forcejeaba con el chico, que se me quería ir cuando lo tenía tomado del brazo", recordó Claudio Tiso sobre lo sucedido el pasado viernes cuando era alrededor de la hora 19.

Después señaló que, a pesar de las varias precisiones que le dio a la operadora con la que se comunicó cuando llamó al teléfono de emergencias de la Policía con relación al lugar dónde quedaba su negocio, eso no sirvió para que tiempo más tarde, una vez que concurrieron al almacén, los efectivos de seguridad lograran demorar a ese menor que él retuvo, que no había sido quien le arrebató el chocolate sino uno de los que llevaba a cabo esas maniobras de distracción para que el otro se diera a la fuga con la golosina.

Después de que cortó ese llamado al 911, Tiso refirió que con el chico retenido salió a la calle para ver si podía dar con el otro menor que se había llevado el chocolate.

En esa oportunidad, el adolescente al que tenía demorado logró también escaparse; mientras todavía el comerciante aguardaba por la llegada del personal policial.

"Cuando estaba volviendo a la despensa recibí un llamado a mi celular. Era la Policía de Azul, de la comisaría primera. Antes los había llamado y no me atendieron. En ese momento les dije que no vinieran, que ya estaba porque los chicos se habían ido", refirió sobre ese instante donde -confesó también- estaba bastante molesto por lo ocurrido.

De todas maneras, minutos más tarde se hicieron presentes en una camioneta cuatro efectivos que estaban vestidos de civil, con la intención de intervenir en lo que había pasado.

"Yo en ese momento estaba exaltado y caliente porque cuando lo tenía al chico retenido no había venido nadie", por lo que al entrevistarse con uno de los efectivos de seguridad que se hizo presente en el almacén se generó un tenso diálogo con ese agente, según Tiso admitió.

"Uno de los policías me reprochó para qué había llamado si después no iba a hacer nada", teniendo en cuenta que el comerciante desistió de denunciar lo ocurrido.

"Gritaba más que yo", recordó el dueño de la despensa "Lo de Claudio" sobre la manera en que se dirigía a él ese efectivo de seguridad.

"Uno supone que si viene un policía tiene que estar calmado para que yo le cuente lo que me pasó. Pero este policía gritaba como un marrano. No me insultó, pero me faltó el respeto gritándome cuando vos esperás de un policía que te respete y te contenga en un momento así", afirmó también el comerciante.

"En el 911 -señaló Tiso- habrá quedado asentado que un señor ofuscado llamó y después no supieron más qué pasó".

"Yo siento que estamos desamparados. Así, el 911 no sirve para nada. Necesitaríamos que vuelva a ser como era antes, que vos llamabas a tu comisaría, que sabe dónde queda Prat y Rivadavia, y al instante los policías llegan", reflexionó finalmente.

El dato

Los operadores del CATE con sede en Mar del Plata reciben llamadas al 101 o al 911 provenientes de Azul, Las Flores y Tapalqué. También, de los corredores viales ruteros próximos a esas ciudades. Según el protocolo, no bien reciben ese llamado de emergencias se encargan de enviar la asistencia, tratando de obtener datos precisos de la ubicación del vecino que se comunica con ellos y para saber en qué consiste la emergencia. En el caso de Azul, ese llamado posteriormente es derivado de manera online al Centro de Despacho y Emergencias Policiales que funciona en esta ciudad, desde donde se envía a la brevedad al personal de seguridad para que intervenga en lo que está pasando.