Siete años y tres meses de prisión fue la pena que una jueza le dictó a un azuleño, tras la tramitación de un juicio abreviado donde ese joven fue declarado autor de la comisión de varios delitos, entre los cuales figuraron una infracción a la Ley 23.737 e ilícitos contra la propiedad.

El encausado actualmente está preso en la Unidad 7, el penal de varones del SPB con asiento en Azul, y fue identificado por fuentes judiciales como Cristian Ariel "el Villano" Chaves.

En un juicio abreviado ante el Tribunal Oral en lo Criminal número 2 que tiene su sede en el segundo piso del Palacio de Justicia local, el joven fue condenado días pasados contando con el acuerdo entre las partes para la realización de dicho proceso.

De acuerdo con lo referido a EL TIEMPO, el fiscal Lucas Moyano y la defensora Oficial Adriana Hernández intervinieron en el juicio. Y el monto de la pena dictada al encausado fue el mismo que ambos funcionarios judiciales pactaran.

Como tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en dosis fraccionadas destinadas al consumidor quedó caratulada la causa principal relacionada con este juicio abreviado y que, junto con varias más, se tradujo en el dictado del referido veredicto condenatorio para el azuleño. Además, por esa infracción a la Ley 23.737 a Chaves le fue impuesto el pago de una multa.

Los demás sumarios penales tratados en ese proceso por los que el joven también terminó siendo condenado en esta primera instancia quedaron definidos por los delitos de robo -tres hechos diferentes, dos de ellos cometidos "en concurso real de acciones"-; hurto agravado por escalamiento y dos casos de encubrimiento. Y en el marco de una causa más que lo tenía como imputado, el azuleño había sido declarado autor en este juicio de los ilícitos de lesiones leves dolosas y amenazas agravadas por el uso de arma impropia, en concurso ideal con el delito de lesiones agravadas por el concurso premeditado de dos o más personas, hechos ambos que cometiera "en concurso real de acciones", según se describe en lo resuelto.

La causa principal

La infracción a la Ley 23.737 que ese joven cometiera -se menciona en lo dispuesto- se relaciona con una investigación penal que, junto con el azuleño que sigue preso en la Unidad 7, tenía más imputados.

Según quedó probado, entre mayo y agosto de 2019 Chaves se dedicó con su pareja a comercializar estupefacientes al menudeo en esta ciudad.

El 8 de agosto de aquel año esa situación comenzó a quedar evidenciada durante un allanamiento que agentes policiales hicieran en el inmueble donde la pareja vivía: una propiedad ubicada sobre la calle Alberdi.

Aquella diligencia finalizó con los secuestros de "catorce envoltorios confeccionados con nylon de color blanco con un peso total de 12,7 gramos de marihuana", se describe en el fallo, los cuales Chaves y su concubina poseían con fines de comercialización.

Teléfonos celulares habían formado parte de lo incautado por personal policial en ese allanamiento, al igual que recortes de nylon utilizados para fraccionar la droga, dinero en efectivo y elementos para "estirar" estupefacientes, ya que la acusación apuntaba a que la pareja vendía también cocaína al menudeo.

Más delitos

El 13 de mayo de 2019 el "Villano" Chaves cometió otro de los delitos por los que resultó condenado en este juicio abreviado.

Según quedara probado, contando con la complicidad de dos varones más y "utilizando elementos aptos para corte, tales como tenazas y/o pinzas", entre todos ellos robaron más de veinte metros de "cable trifásico preensamblado perteneciente al tendido eléctrico de la Cooperativa Eléctrica de Azul".

Dicho cable suministraba energía, desde un pilar donde estaba tendido, a un taller mecánico situado sobre la calle Salta entre Lavalle y Cáneva.

En tanto, durante las primeras horas del 9 de junio de 2019 el encausado ingresó con fines de robo a un departamento ubicado en el primer piso de un complejo habitacional que está sobre la calle Lavalle de esta ciudad.

De esa manera, y tras escalar más de cuatro metros para acceder al balcón del departamento, una vez en el interior del mismo se llevó un secarropas.

Otra causa acumulada por la que el joven fue condenado en este juicio data de un hecho que había ocurrido el 25 de marzo de 2016.

Cuando era aproximadamente la hora 14 de aquel día, en lo resuelto se menciona que Chaves recibió en la casa donde vivía, "pudiendo sospechar que provenía de un hecho ilícito ejecutado por otro", una motocicleta marca Motomel de 110 CC a la que le faltaban sus cachas de plástico y que después -una vez recuperada por personal policial- se comprobó que había sido sustraída a una vecina que se domicilia en Cacharí.

Ese ilícito ocurrió el 24 de marzo de 2016, cuando la moto se encontraba estacionada en una casa situada sobre la calle 25 de Mayo de la localidad perteneciente al Partido de Azul.

A su vez, otro hecho de "encubrimiento" que se tradujo en esta condena para el joven encausado está relacionado con el hallazgo en su poder de un ciclomotor marca Zanella de 110 CC del cual estaba en conocimiento que era de procedencia ilícita, rodado que le habían sustraído a una mujer en esta ciudad años atrás de un domicilio situado sobre la calle Malére, en cercanías a las vías.

El 16 de julio de 2019 Chaves protagonizó más incidentes que derivaron en que también fuera condenado en este juicio abreviado.

Alrededor de la hora 19 de aquel día se había hecho presente en la casa donde residía un varón mayor de edad, quien en ese entonces estaba en la vereda del inmueble.

En un principio, el joven se dirigió hacia la víctima de ese hecho y la amenazó, para después atacarla a "golpes de puños y puntapiés", logrando de esa manera provocarle diferentes cortes en la cara, a la altura de su ojo izquierdo.

Momentos después, aquella agresión continuó. En esa segunda ocasión, acompañado por su padre y más sujetos, Chaves regresó al referido domicilio para amenazar a la víctima utilizando un palo con una soga.

A su vez, uno de los varones que lo acompañaba, mediante el empleo de una gomera arrojó varias piedras que dieron en el cuerpo del atacado; mientras que los demás implicados en lo ocurrido lo continuaban amenazando, al expresarle que cuando lo encontraran en la calle lo iban a "cagar a palos".

Esos más de siete años de prisión impuestos a Chaves en este proceso abreviado surgieron también de dos robos que, según quedara demostrado, cometiera el 8 de febrero de 2019 en propiedades situadas en un inmueble que está en Tapalqué entre Lavalle y Cáneva.

Ambos hechos los cometió en complicidad con otro joven que posteriormente, al igual que sucediera con el encausado, resultaría detenido por parte de personal policial abocado a la investigación de esos ilícitos.

Durante las primeras horas de ese 8 de febrero de 2019, Chaves y el otro autor de estos robos se llevaron, tras forzar una ventana, un televisor tipo LED, un par de zapatillas y una garrafa de uno de los inmuebles referidos. Y en el marco del mismo accionar delictivo, pero de la otra propiedad, ambos jóvenes sustrajeron, tras forzar una puerta para ingresar, "una ventana de dos hojas con marco de aluminio tipo corrediza, de aproximadamente cuatro metros y medio de largo, un inodoro, un bidet y una pileta junto con su correspondiente grifería", se describe en la resolución de este juicio abreviado.

El dato

La jueza de Ejecución Penal Silvia Torres, integrando de manera subrogante el Tribunal Oral en lo Criminal número 2, intervino en este proceso abreviado que se tradujo en la imposición de la condena a siete años y tres meses de prisión para Cristian Ariel Chaves.