El nuevo éxito en las redes sociales es Voilá Al Artist, que permite a las personas convertir sus selfies en dibujos en 3D, aunque de acuerdos a los especialistas de la ciberseguridad, "todo lo que brilla no es oro".

Al igual que las otras aplicaciones gratuitas, sus verdaderas motivaciones comienzan a ser reveladas por algunos expertos en seguridad, que descubren el lado oscuro de estos softwares.

Qué tan fiable es ceder a un software desconocido información personal como la que se incluye en fotos del rostro, a cambio de un rato de diversión, se preguntan los analistas de malware.

Al analizar los términos de privacidad de Voilá Al Artist, los técnicos de Kaspersky señalan la cláusula que dice que las fotos subidas a la aplicación pasan a ser propiedad de la empresa.

Sin embargo, un indicio positivo es que la aplicación cuenta con su propio modelo de monetización, con anuncios y ofertas pagas dentro de la app, señal de que el interés comercial, como la venta de las fotos recopiladas, no es el objetivo principal.

"Algo que las personas deben evaluar es que, hoy en día, el uso de tecnologías de reconocimiento facial para la autenticación de cuentas y servicios va en aumento, ya sea para desbloquear un teléfono móvil o acceder a la cuenta de banca en línea" advierte Fabio Assolini, analista senior de seguridad en Kaspersky.

Las transformaciones que logra la aplicación son posibles con la ayuda de IA. Un algoritmo toma la imagen del rostro que se coloca delante de la cámara y lo transforma, basándose en otras imágenes.

Según los expertos, los más probable es que las imágenes se usen para el entrenamiento de tecnologías de inteligencia artificial (IA) y reconocimiento facial, como sucedió en los últimos años con FaceApp. (DIB)