SE PRODUJO EL 9 DE NOVIEMBRE. Aquella violenta entradera

Alrededor de la hora 9.30 del martes 9 de noviembre una familia domiciliada en una casa situada en Belgrano entre España y Rauch y la empleada doméstica que trabaja en ese inmueble se convirtieron en las víctimas de una violenta entradera.

El comerciante Pablo Horacio Rotondo, que tiene 75 años de edad, estaba durmiendo cuando aquella mañana delincuentes armados ingresaron en esa casa en la que vive con su esposa, que fue otra de las víctimas de aquel hecho y se llama Alicia Beatríz Gómez (63).

"Esto es un asalto. No te hagas el pelotudo y dame la plata", le dijo uno de los ladrones a Rotondo no bien ingresó al cuarto donde el azuleño descansaba, lo cual sucedía mientras le apuntaba en la cabeza con un arma de fuego.

Instantes más tarde la esposa del comerciante, una hija que ambos tienen y se llama Mariana Florencia Rotondo (36) y la empleada doméstica que trabaja en la casa de esa familia -Nora Gartland (50)- también se convertirían aquella mañana en las víctimas de este hecho. Inusual para el pulso de una ciudad que todavía, más allá de todo, sigue siendo tranquila.

Alrededor de dos horas los asaltantes mantuvieron a todos ellos cautivos dentro de la casa. Además, los ataron, golpearon a Rotondo padre, amenazaron con torturarlos y con matarlos.

Buscaban plata, en una cifra en dólares que no encontraron. Ni tampoco hallaron una caja fuerte que -decían los ladrones- el comerciante supuestamente tenía en su inmueble.

Datos todos que después, de acuerdo con lo investigado, les habría brindado un presunto entregador del hecho que vive en Azul; quien dos días más tarde a sucedido aquel violento robo sería también detenido.

Aquella mañana los asaltantes huyeron llevándose pesos y dólares de la familia Rotondo.

Cuando pudieron liberarse de los precintos que les habían colocado para inmovilizarlas, las víctimas de esta entradera avisaron a una vecina sobre lo que les había pasado.

Instantes después, varios móviles con efectivos policiales y también una ambulancia con personal médico -para asistir a Pablo Rotondo por las heridas que presentaba en el rostro y la cabeza a causa de la golpiza que recibió- se hicieron presentes en el inmueble para comenzar con las primeras averiguaciones en torno a lo sucedido.

A través de filmaciones de cámaras de seguridad fue posible identificar los tres autos -un Ford Fiesta Kinetic, un Audi y un Volkswagen Fox- en que se movilizaban los delincuentes. Y ante la sospecha, tal como finalmente pasó, de que se habían ido de Azul, desde la Policía se irradió a seccionales de la zona un alerta para localizar a los vehículos y sus ocupantes.

Dos de los ahora considerados autores de este hecho fueron arrestados en Tapalqué. Y en poder de ambos, cuando andaban en el Fiesta, se incautó la plata robada en la casa de la familia Rotondo.

A otro, que se movilizaba en el Volkswagen Fox, lo hallaron en Saladillo. A dos más, que se trasladaban en el Audi, los arrestaron sobre la Ruta 51, en jurisdicción de General Alvear. Y a los demás implicados la Policía los aprehendió cerca de la localidad de Rosas, cuando estaban haciendo dedo en la ruta y al ver a los efectivos de seguridad intentaron darse a la fuga a pie por los campos.

Para cuando todos ellos fueron arrestados ese mismo martes 9 de noviembre, ya se contaba también con el dato que indicada que -después de la entradera en la casa de los Rotondo- quisieron robar en una casa del Barrio Ceramista donde no había nadie, a la que ingresaron tras saltar un paredón pero después optaron por irse al activarse la alarma del inmueble, y en otra que está en el Güemes, donde la víctima de aquel episodio delictivo fue una niñera que estaba cuidando a dos chicos.

En un principio, no bien los considerados autores materiales de estos ilícitos fueron arrestados, no pudieron hallarse las armas empleadas para llevar a cabo aquellos hechos.

Pero días más tarde, una vez que los tres autos fueron traídos a la comisaría primera de Azul, al ser requisados -orden judicial mediante- se encontraron dos pistolas y demás elementos considerados de interés para lo que sigue siendo esta investigación penal.

Para ese entonces ya estaba detenido también el octavo imputado que tienen estos ilícitos: el supuesto entregador de la entradera en la casa de la familia Rotondo, que vive en Azul, se llama Alberto Andrés Gómez y tiene 68 años de edad.

Los considerados autores materiales de estos tres hechos figuran con domicilios en Capital Federal y localidades del Partido de General San Martín, en el conurbano bonaerense. Habían sido identificados como Nahuel Diana Morena, de 31 años; Nicolás Maximiliano Oberosler (39), Lucas Ezequiel Sánchez (28), Gonzalo Teófilo Roldán (38), Benjamín Aníbal Villán (20), Nahuel Jairo Zapata y Alexis Jorge Daniel Molina.

A pedido de David Carballo -el fiscal de la UFI 2 que lleva adelante esta investigación penal- las detenciones de todos los imputados fueron convertidas días atrás en prisiones preventivas, medidas cautelares que ordenara Magdalena Forbes, la titular del Juzgado de Garantías 1.