CARTA ABIERTA DEL CONCEJAL PUYOU AL INTENDENTE MUNICIPAL . "Arriar las banderas"

Al Señor Intendente Municipal

y Presidente del Partido Justicialista de Azul

Sr. Nelson Sombra

De mi mayor consideración:

En ocasión de la sesión preparatoria del Concejo Deliberante de Azul, desarrollada conforme a derecho y en el marco del normal funcionamiento institucional, se conformó una mayoría legislativa en oposición a su fuerza política, integrada entre otros, por la Unión Cívica Radical, partido el cual presido.

Como consecuencia de dicha mayoría, el Cuerpo eligió a sus autoridades, resultando electo Vicepresidente del Concejo Deliberante quien suscribe, en representación de la Unión Cívica Radical. Al finalizar la sesión, y en estricto cumplimiento del protocolo institucional, los vicepresidentes procedimos al arrío del Pabellón Nacional, acto formal que marca la finalización de las sesiones y que forma parte de las prácticas republicanas habituales del Concejo Deliberante.

Es en ese contexto que deben leer sus recientes declaraciones públicas, en las que no solo cuestiona el rol del radicalismo, sino que además atribuye a la oposición una supuesta intención de dañar la gobernabilidad del Ejecutivo Municipal.

Textualmente, Usted expresó:

"Tenemos una oposición más interesada en ver cómo daña la gobernabilidad del Ejecutivo que en proponer cuestiones."

Y agregó, en el mismo sentido:

"Esto me genera más bien tristeza, dolor, me parece que hay un cambio de época muy evidente, es el papel que ha hecho el radicalismo (...) asumir el rol de furgón de cola de La Libertad Avanza (...) la verdad que me pareció un tanto pobre para el radicalismo, y de hecho me pareció demasiado simbólico... es que a los dos los hagan bajar sus banderas acá en el estrado, los dos juntos bajando las banderas."

He escuchado estas expresiones con asombro, preocupación y gravedad institucional.

Asombro, porque provienen de quien no solo conduce el Partido Justicialista local, sino que además es el Intendente de todos los azuleños.

Preocupación, porque banalizan el sentido profundo de la política y buscan correr el eje del debate de lo verdaderamente importante: la gestión, las prioridades y las responsabilidades de gobierno.

Pero debo decirlo con absoluta claridad: Usted miente e ignora.

Miente, y mentir convierte a quien lo hace en mentiroso, porque la oposición a la que Usted acusa de dañar la gobernabilidad es exactamente la misma que, durante estos dos años de gestión, le ha aprobado la totalidad de los proyectos, convalidaciones, licitaciones e iniciativas que Usted elevó al Concejo Deliberante.

No solo eso: siempre hemos dado prioridad al tratamiento de los asuntos solicitados por Usted, aun en contextos de agenda cargada y debate político intenso.

Resulta entonces falaz -y profundamente irresponsable- sostener que existe una oposición obstruccionista cuando los hechos, los expedientes y las votaciones demuestran exactamente lo contrario.

Ignora, y la ignorancia lo convierte a Usted en ignorante, porque parece desconocer la labor legislativa francamente vergonzosa de su propio bloque legislativo, integrado por cinco concejales que, en dos años de mandato, han presentado apenas 35 iniciativas legislativas -14 proyectos de ordenanza, 5 proyectos de comunicación, 16 proyectos de resolución.

Quien suscribe, integrante del unibloque Unión Cívica Radical, ha presentado en el mismo período 39 iniciativas legislativas -15 proyectos de ordenanza, 19 proyectos de comunicación, 5 proyectos de resolución.

Esto implica una producción legislativa más de un 500 % superior a la de sus propios concejales, dato objetivo, verificable y contundente, que deja en evidencia dónde está la verdadera falta de iniciativa, de ideas y de compromiso con la función pública.

Ignora además -o decide ignorar- la calidad de las iniciativas que le he presentado, muchas de las cuales hubieran sido de enorme utilidad para un gobierno visiblemente limitado, compuesto por más de 50 funcionarios, de los cuales más de la mitad, a dos años de gestión, no pueden exhibir un solo hito concreto de gestión.

En ese mismo registro, Usted afirmó:

"Ojalá que tengan la madurez necesaria porque van a hacer que Azul se ponga de sombrero... no tengo dudas con esta gente."

Permítame entonces aclarar qué entiendo por madurez política.

Madurez no es victimizarse. Madurez no es descalificar al que piensa distinto.

Madurez es afrontar la carga pública con honradez y dedicación, con ideas, con estudio, con planificación y con el coraje necesario para tomar las decisiones que permitan llevar adelante las transformaciones que nuestra ciudad demanda. Condiciones que, lamentablemente, Usted y buena parte de sus funcionarios han demostrado no tener.

Permítame entonces decirlo con absoluta claridad:

Arriar las banderas no es disentir. Arriar las banderas es otra cosa.

Arriar las banderas es recortarle el salario a los trabajadores de la salud, en un contexto de enorme esfuerzo cotidiano y de deterioro sostenido del poder adquisitivo.

Arriar las banderas es sentarse a negociar con el sindicalismo municipal para ajustar los salarios de los trabajadores, trasladando el costo de las decisiones políticas a quienes viven de su trabajo.

Arriar las banderas es ser el primer gobierno peronista en la historia que no cuenta con una política de empleo, ni siquiera con un área específica dedicada al trabajo.

Arriar las banderas es que los principales funcionarios de un gobierno que se dice peronista no lo sean, ni en su identidad política ni en su compromiso doctrinario.

Arriar las banderas es ser el primer intendente desde la recuperación democrática que, a dos años de gestión, no ha realizado una sola visita a un barrio, ni una sola charla abierta, sostenida y real con la comunidad.

Arriar las banderas es privilegiar la obra pública en los barrios más acomodados, relegando una vez más a los sectores históricamente postergados de nuestra ciudad.

Arriar las banderas es proponer que quienes tienen recursos financien las obras de sus propios barrios, profundizando una desigualdad inadmisible entre quienes pueden y quienes no.

Arriar las banderas es conducir un gabinete heredado del gobierno anterior, sin conducción política clara, sin doctrina y -lo que resulta más grave- sin compromiso real con las transformaciones que Azul necesita.

Arriar las banderas es que un gobierno que se dice peronista reduzca el presupuesto destinado al desarrollo social, dejando librados a su suerte a los sectores más vulnerables.

Arriar las banderas es dos años de gestión sin una sola política pública integral para los adultos mayores, para quienes más sufren, para quienes trabajaron toda su vida.

Arriar las banderas no es declamar épica ni gritar consignas.

Arriar las banderas es gritar agallas mientras se renuncia -por cobardía o por ineptitud- a dar las batallas que la realidad exige.

Arriar las banderas es sostener más de 20 funcionarios políticos que, a dos años de gestión, no pueden exhibir un solo hito transformador.

Arriar las banderas es perder el coraje para conducir.

Arriar las banderas es, además, naturalizar la inmoralidad de percibir un salario de 12.000.000 de pesos mensuales y negarse por vergüenza o cobardía, a hacer público el recibo de sueldo, mientras un jubilado que trabajó toda su vida no alcanza siquiera a percibir una vigésima parte de ese ingreso.

¿Sabe qué me causa dolor a mí, Señor Intendente?

¿Sabe con qué me desvelo?

Con el hambre.

Con la falta de empleo.

Con la injusticia de que en nuestra ciudad haya pibes que coman salteado, que no tengan horizonte ni futuro.

Con madres sin oportunidades y con abuelos abandonados a su suerte.

Yo trabajo todos los días -diez, doce horas- para honrar la carga pública con la que el pueblo de Azul me honró. Para mí, la política no es un trámite ni una conveniencia: es el mayor orgullo de mi vida.

Por eso lo invito, Señor Intendente, a que haga lo mismo.

A que recorra cada rincón de nuestra ciudad como yo la recorro.

A que la conozca de punta a punta, incluso aquellos lugares donde parece no saber que Azul existe.

Trabaje todos los días, los siete días de la semana, los 365 días del año. Y créame: ese enojo y esa indignación que hoy expresa por una derrota política en el Concejo Deliberante quedarán reducidos a un detalle menor frente a la realidad cotidiana de una ciudad que reclama soluciones.

Usted es el Intendente Municipal y Presidente del Partido Justicialista de Azul.

Yo soy concejal y Presidente de la Unión Cívica Radical de Azul.

Dedíquese a gobernar para todos los azuleños. Y despreocúpese del Radicalismo, que de eso me ocupo yo.

Y no confunda el legítimo disenso político con "arriar banderas".

Porque las banderas no se arrían cuando se discute.

Se arrían cuando se renuncia a gobernar con justicia, con coraje y con compromiso social.

Se arrían cuando se pierde el coraje y la honestidad para asumir la responsabilidad que el pueblo le confió.

Atentamente.

Agustín Puyou.

Presidente de la Unión Cívica Radical de Azul.

Concejal del Partido de Azul.