Habían pasado algunos minutos de la hora ocho de ayer. En ese entonces Fernando Luis Gerling salió a sacar la basura del interior del autoservicio que, desde el año 1980, posee en una de las esquinas de las calles Burgos y Aldaz de esta ciudad.

Cuando regresaba a su negocio, en el que ya se encontraba trabajando una empleada, junto con él ingresaron al local al menos dos sujetos que estaban vestidos con ropas similares a las que utilizan los trabajadores de la empresa "Transportes Malvinas SRL", quienes además tenían sus rostros parcialmente cubiertos.

El comerciante, de 66 años de edad, lejos estaba en ese entonces de imaginar lo que sucedería inmediatamente después; cuando él, su empleada y el carnicero del autoservicio -que instantes más tarde se hizo presente en el local- se convirtieron en las víctimas de un violento asalto a mano armada.

El hecho fue cometido por al menos esos dos sujetos que, teniendo en cuenta las ropas con las que estaban vestidos, parecían ser trabajadores de la empresa Malvinas. Los mismos que hasta anoche, en el marco de la investigación penal que se inició por lo sucedido cuando ayer era alrededor de la hora 8.20, continuaban siendo buscados por el personal policial que está trabajando para esclarecer lo ocurrido.

Teniendo en cuenta que el jueves suele ser uno de los días donde al comerciante lo visitan diferentes proveedores, los autores del hecho lograron alzarse con una importante suma de dinero a modo de botín.

Voceros allegados a esta investigación penal mencionaron que los delincuentes se llevaron 1200 dólares y "unos 60.000 pesos".

Toda esa plata Gerling la tenía para pagarle a los proveedores que, como todos los jueves, iban a pasar ayer por su local.

Un culatazo en la cabeza

Que los asaltantes estuvieran vestidos como si fueran trabajadores de Malvinas hizo que el comerciante los hiciera pasar al autoservicio con total confianza y sin sospechar nada raro, después de que había salido a sacar la basura y se encontró con ellos.

Inmediatamente, al que primero redujeron fue al dueño del local, cuando uno de los sujetos le pegó un culatazo en la cabeza y lo hizo caer al piso, donde después peritos de Policía Científica -una vez que fueron convocados para intervenir en lo sucedido- hallaron varias manchas hemáticas.

Gerling comenzó a sangrar, al mismo tiempo que el otro asaltante se encargaba de reducir a la empleada que en ese entonces ya estaba en el autoservicio. Una mujer identificada en la investigación penal como Susana Vidotto, de 61 años.

"Estaba con mi empleada, Susana, a la que le metieron un revólver en la boca. Ahora está con un ataque de nervios y no se puede recuperar todavía", le había dicho ayer a la mañana a EL TIEMPO el propietario del autoservicio, una vez que regresara del Hospital Pintos, donde fue sometido a diferentes curaciones por las lesiones que sufrió durante el asalto.

La tercera de las víctimas de este robo fue el carnicero que trabaja en el autoservicio. Llamado Franco Maximiliano Portillo y de 42 años, cuando ingresó al local se encontró con ambos delincuentes.

Uno de ellos lo interceptó, lo amenazó y de inmediato lo trasladó hasta el baño, lugar donde en ese entonces ya estaban encerrados Gerling y Vidotto.

El propietario del autoservicio seguía sangrando a causa de ese culatazo que instantes antes recibió en la cabeza. Además, con precintos de plástico le habían atado sus pies y manos.

Estando las tres víctimas en el baño, los autores de este violento robo tomaron el dinero con el que se escaparon.

Al menos hasta anoche no se sabía si en las cercanías del comercio convertido en escenario de este asalto aguardaba por ellos un cómplice en algún vehículo para darse a la fuga.

El dueño del local, herido como estaba, logró zafarse de los precintos que lo tenían inmovilizado. E instantes después, al autoservicio concurrió personal policial para comenzar con las primeras averiguaciones por lo sucedido.

Un hermano de Gerling se encargó de llevarlo al hospital para que fuera asistido a causa de ese golpe en la cabeza que sufrió y le provocó un gran sangrado. Al hombre, además, los delincuentes le dieron varios golpes más cuando estaba en el piso.

En el centro asistencial municipal tuvieron que darle al comerciante tres puntos de sutura y vendarle la cabeza; aunque no quedó internado y luego regresó a su negocio.

EL DATO

La causa penal que se inició por este robo agravado quedó radicada en la UFI 6, la Fiscalia que en Tribunales está a cargo de Karina Gennuso. Además de efectivos del Comando de Patrullas, Seccional Primera y Policía Científica, a la investigación que se inició para dar con los autores de este hecho se sumaron policías de la DDI Azul.

"En la cabeza me dieron como tres o cuatro puntos"

"Ahora estoy un poco dolorido. Cuando más pasa el tiempo más me duele todo. En la cabeza me dieron como tres o cuatro puntos. Me sangraba como loco y todavía tengo toda la ropa manchada", dijo ayer poco antes del mediodía Fernando Luis Gerling en un contacto que mantuvo con EL TIEMPO, no bien había salido del Hospital Pintos.

En el centro asistencial -contó también- le hicieron diferentes estudios, entre los cuales figuró una tomografía computada para descartar que ese culatazo que recibió en la cabeza durante el asalto le haya provocado alguna lesión interna.

"Esto fue ocho y cuarto. Salí a tirar la basura y cuando volví creo que había tres tipos vestidos como si fueran trabajadores de Malvinas. Ingresaron al negocio y me pegan de atrás un culatazo. También me pusieron el revólver en la boca y me amenazaban como loco", recordó después sobre ese robo que lo tuvo como víctima, al igual que a su empleada y al carnicero cuando instantes más tarde llegó al autoservicio.

"Me llevaron toda la plata que tenía para pagar a los proveedores", contó también Gerling sobre lo sucedido en su autoservicio, ubicado en una de las esquinas de las calles Aldaz y Burgos.